¿Alguna vez has visto la etiqueta de lo que estás a punto de comer? Deberías hacerlo por tu salud.
¿Alguna vez le has dado la vuelta al paquete de lo que estás a punto de comer o de lo que vas a preparar? Conocer los ingredientes y la información nutricional de los alimentos que te ayuda a tomar mejores decisiones en tus compras, eligiendo la opción más saludable para ti y los tuyos.
La etiqueta lo dice todo, solo tienes que aprender a interpretarla.
Cuando tengas el producto en tus manos: verifica, limita y balancea.
Verifica:
- Que tu porción sea igual a la que aparece en la etiqueta.
- La cantidad de carbohidratos (aunque el producto sea light). Estos se convierten en glucosa (azúcar) al ser ingeridos.
- Que el contenido de grasa que aparece en el frente del empaque sea igual al de la etiqueta.
- La lista de ingredientes dice exactamente lo que contiene el producto. Si no reconoces el primero que se muestra (el de mayor cantidad), busca una mejor opción con menos químicos.
Limita:
- Las calorías, si tu propósito es bajar de peso.
- El colesterol y las grasas, para cuidar tu corazón, especialmente si tienes factores de riesgo cardiovascular.
- Las grasas trans, pues no tienen ningún nutriente y elevan el colesterol malo y reducen el bueno.
- La sal, para evitar la retención de líquidos o si sufres de presión alta. Haz que en tus preparaciones apenas se perciba su sabor y procura no adicionar sal en la mesa.
- Los carbohidratos y azúcares, pues elevan el azúcar en la sangre. Cuanto menos consumas, mejor.
Balancea:
- Los porcentajes en la etiqueta se basan en una persona que consume 2.000 calorías por día. Tus metas serán diferentes si tus necesidades son más altas o más bajas. Consúltalo con un especialista.
Fecha de publicación: diciembre 6 de 2019.
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