La comunicación, el afecto y la empatía son fundamentales para apoyar a las personas que padecen cáncer de mama.
En el proceso de enfrentar y aceptar un diagnóstico de cáncer de seno, las mujeres pueden ver afectada su vida familiar, social y laboral. Afloran los sentimientos de frustración, tristeza y, en muchas ocasiones, al no saber cómo actuar, pueden llegar a sentir que su vida pierde sentido.
Por tal razón, es fundamental que la atención médica y el apoyo emocional de la familia siempre estén presentes, y más cuando el tratamiento de esta enfermedad trae diversas secuelas físicas y sicológicas como la pérdida de los senos, la caída del cabello, cambios súbitos en el estado de ánimo, entre otras.
Según Nathalia Tamayo, médica general de la Universidad Pontificia Bolivariana, “los familiares deben entender que desde el momento del diagnóstico inician un proceso de acompañamiento, apoyo, y sobre todo, comprensión con la persona que padece la enfermedad. Se presentan cambios emocionales y físicos en los pacientes al exponerse a cirugías, a radioterapias y quimioterapias”.
Además, añade la especialista: “los familiares son un pilar fundamental para el manejo de los pacientes, la actitud debe ser siempre receptiva, buscando dar el mayor apoyo posible. Aunque es cierto que para ellos también es difícil, lo mejor es mostrar fortaleza ante la situación y sobre todo ser conscientes de los pasos a seguir con la enfermedad”.
La familia siempre será un actor clave en el tratamiento y recuperación del paciente debido a su cercanía emocional. Vivir el proceso en unión y con actitud optimista, ayuda a superar con mayor facilidad las dificultades que conlleva la enfermedad.
Consejos prácticos
Cristhian Gallón Monsalve, líder de acompañamiento y seguimiento psicosocial, comparte algunos consejos para acompañar física y emocionalmente a una familiar diagnosticado con cáncer de mama:
- Comunicación: es de vital importancia comprender la realidad que vive esa persona, ponernos en su lugar, trabajar la empatía y la escucha fortalecerá la comunicación, posibilitando la catarsis.
- Resignificar la realidad: aceptar las condiciones que se presentan en el momento y tomar lo mejor del contexto, recordar que todo lo que negamos nos somete y lo que aceptamos nos transforma, ser adaptativos a comportamientos y hábitos que hacen parte de ese nuevo ciclo vivencial.
- Ser inteligente emocionalmente: una enfermedad genera tensión tanto para el cuidador como para el que la padece, pero en el cuidador está proferir un ambiente de tranquilidad y calidad emocional para el familiar, y para ello, es de vital importancia que este recuerde que los cambios anímicos y la irritabilidad, hacen parte del proceso de aceptación de la enfermedad, evitando caer en confrontaciones o provocaciones.
- Trabajar en las relaciones interpersonales: una de las primeras reacciones es aislar o sobreproteger como estrategia preventiva, pero en ocasiones tiende a ser altamente contraproducente, porque anula la autonomía, se recomienda compartir más en familia.
- Apoyo y compañía: es importante que el paciente se sienta acompañado, brindarle amor y compañía en sus actividades diarias y revisiones médicas que lo requieran.
- Buscar grupos de apoyo mutuos: compartir con personas que tienen o padecen una misma condición genera en el paciente que su realidad sea menos ajena.
Fecha de publicación: octubre 16 de 2019.
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