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Nuestra salud, nuestra primera responsabilidad

22 diciembre 2016 Revista 5 Sentidos

Aunque son múltiples las actividades diarias es indispensable sacar tiempo para descansar. Esto suma en la buena salud física y mental.

Cuerpo humano femenino transparente

Estamos llenos de compromisos todo el tiempo, el trabajo, los hijos y las obligaciones económicas. Igual queremos divertirnos, vamos a fiestas hasta altas horas de la noche, bebemos, comemos y cuando se termina el año estamos agotados y comienza uno nuevo con los restos de energía que nos quedan a punto de extinguirse… Y seguimos manteniendo nuestro cuerpo al límite, hasta que una situación de salud nos obliga a hacer un alto y tenemos que parar.

No es “la vida” la que nos lleva a estas situaciones límite, sino nosotros mismos con las decisiones que tomamos. Esta es la época precisa para replantearnos lo que hacemos con nuestra salud y buscar maneras de enfrentar la cotidianidad sin que haya un costo tan alto.

Modificar nuestros estilos de vida suena fácil, pero hacerlo no lo es tanto. Sin embargo, está en nuestras manos y puede lograrse paso a paso, simplemente teniendo la convicción de que se trata de una inversión que nos dará resultados a corto, mediano y largo plazo.

Una buena alimentación, a horas y en porciones apropiadas y de acuerdo con nuestras necesidades, es un paso básico para encontrar el equilibrio. Incrementar la actividad física en forma paulatina y regular aumentará nuestra energía, fuerza y capacidad para enfrentar los retos de cada día. Adicionalmente, hay que considerar el descanso, tan importante y a veces tan olvidado.

Muchas personas confunden ocio con descanso y piensan que salir con los amigos, tener reuniones familiares o divertirse equivale a descansar y no es así. El descanso significa reposar, dormir bien, contar con un sueño natural, reparador, suficiente y de calidad para que tanto la mente como el cuerpo puedan realizar sus procesos de mantenimiento. Dormir no es perder el tiempo, sino sumarle tiempo a una buena salud.

Descansar también significa escuchar el cuerpo. Detenerse cuando lo solicita, darle tiempo para recuperarse, no llevarlo hasta el agotamiento, porque aunque siga funcionando, estaremos arriesgando el equilibrio fundamental para que todo vaya bien. Un organismo y una mente cansados son más proclives a accidentes, a contraer enfermedades e infecciones y a fallar.

La invitación entonces es a darle su lugar al descanso, no solo por este fin de año, sino como parte de nuestro estilo de vida. Esa también constituye nuestra responsabilidad, pues de ella depende que logremos responder correctamente a nuestras otras demandas cotidianas, velar por los nuestros y disfrutar de una existencia plena.

El mundo exterior nos pone condiciones y retos, pero siempre podemos decidir qué hacer frente a ellos. Ese es el libre albedrío, y aceptar esta responsabilidad implica tomar el destino en nuestras propias manos.

Tan importante como trabajar, exigirnos y cumplir con las demandas del día a día es el descanso. Darle tiempo a nuestra mente y nuestro cuerpo para que se recuperen y estén al ciento por ciento también constituyen nuestra responsabilidad.