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El mundo de los piojos

8 marzo 2017 Revista 5 Sentidos

Es una de las plagas más comunes, contagiosa y por la que pasamos todos los seres humanos. Conozca los mitos y verdades sobre ella.

Los piojos son más frecuentes en la niñez, pero también pueden aparecer en la adolescencia, la adultez o la vejez. Son ectoparásitos, es decir, parásitos que afectan la parte externa del cuerpo, como la piel, el pelo o el cuero cabelludo. En algunas etapas de su vida son molestos y macroscópicos, por lo que son fácilmente detectados por las madres, que son la clave para impedir que avance el contagio. Para detenerlos se requiere vigilancia, constancia y un compromiso colectivo.

1. No necesariamente están relacionados con suciedad, no tiene que ver con mal cuidado del niño o mala higiene. Suele ser una enfermedad vergonzosa porque se asocia con esto, pero no es tan simple. Después de un contagio debe haber un tratamiento con champús especiales y medicamentos orales, lavar la ropa de la cama, pijamas, voltear el colchón del niño o de la persona que se contagió; todas son medidas que se toman para evitar que quede algún parásito vivo en los alrededores o liendres.

2. No solo se contagian entre niños. Un niño con piojos puede contagiar a sus hermanitos, a sus padres y cuidadores y estos a su vez, diseminar el parásito en sus propios entornos. Se trata de una enfermedad epidémica porque se expande rápidamente, por eso es importante que al detectar un niño con piojos, no solo se trate el problema en él, sino en su entorno completo: todos los que han tenido contacto con él e incluso, muchas veces hay que avisar a toda la clase o al colegio para que todos se sometan a tratamiento para eliminar el parásito.

3. Los piojos mueren generalmente con el medicamento que se les aplica, pero si queda un solo ejemplar vivo (en una almohada o en alguien que no se hizo el tratamiento) el ciclo comienza otra vez y nos enfrentamos a una nueva epidemia.
También hay que tener en cuenta que los tratamientos matan el piojo adulto, pero las liendres pueden quedar vivas y por ello se debe repetir el tratamiento alrededor de dos semanas después para terminar con los adultos.

4. El tratamiento no siempre consiste en champú o loción antipiojos (tópico), también hay tratamiento oral o tratamiento combinado que usa los dos anteriores. Se deben utilizar según las indicaciones del pediatra o médico tratante, con la dosis recomendada y por el tiempo que él indique.

5. No es suficiente con pasar una peinilla antipiojos, lavar el pelo con jabón de tierra, rinse o con vinagre, pueden ser métodos coadyuvantes efectivos pero nunca reemplazarán el tratamiento médico.

6. Los champús y geles antipiojos son efectivos, son seguros de utilizar aun en niños, siempre y cuando se sigan las indicaciones médicas y no se presente una reacción alérgica frente a alguno de sus componentes. No se deben dejar más de una hora en la cabeza del pequeño y hay que enjuagar con abundante agua, pero el lavado se puede repetir con tranquilidad. Las mujeres embarazadas y madres lactantes no deben usar el gamabenceno.

7. El tratamiento oral no es solo para casos extremos. Generalmente se recomienda un tratamiento mixto de champú y medicamentos como la ivermectina, que circulan por la sangre y llegan al cuero cabelludo y al piojo alimentarse de la sangre, ingieree el medicamento, que es tóxico para él. Siempre debe ser prescrita bajo estricta recomendación médica porque su dosis varía según la edad y peso del niño, por lo que se corre el riesgo de un tratamiento mal administrado.

8. No es peligroso repetir el tratamiento, siempre y cuando se sigan las recomendaciones médicas o farmacéuticas.

9. Una mascota no puede contagiar los piojos al niño, porque hay un tipo de piojo para cada especie: el de un perro no puede vivir en un humano y viceversa. Sin embargo, un animal de compañía sí puede ser el vehículo del contagio, como lo puede ser una almohada, es decir, que un niño con piojos abraza a un perro, el piojo salta en el perro y luego salta en otro niño que también lo abraza. Otros parásitos como las garrapatas sí se pueden transmitir entre especies.

10. Los niños no solo se contagian al compartir un cepillo, un gorro u otro accesorio de la cabeza, el contagio se puede dar jugando, con un abrazo, esperando juntos en una fila o sentados uno al lado del otro.

11. El hábitat natural de los piojos es el cuero cabelludo humano, no sobreviven por largo tiempo en otros medios, pero sí se recomienda una limpieza minuciosa de los espacios íntimos del niño como su cama, espacio de juego, lavar con agua caliente pijamas, ropa de cama, funda de almohada y aspirar juguetes y tapete, si lo hay, para evitar que haya quedado algún “bicho” vivo.

12. No es necesario fumigar los espacios y juguetes, además se corre el riesgo de una intoxicación. Lo que hay que hacer es el tratamiento de desparasitación de las personas y del entorno, como lo recomienda el médico, pero no exagerar con sustancias que puedan ser nocivas para el pequeño.

Fuentes: Juan Pablo González González, M. D. Pediatra.