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Detecte sí tiene algún síntoma Fatiga Crónica

5 julio 2016 Revista 5 Sentidos

Si siempre está cansado y siente dolores articulares y de cabeza sin causa ni solución, puede padecer el Síndrome de Fatiga Crónica.

Hombre durmiendo en transporte público

El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es un desorden complejo en el que una persona se ha sentido, por lo menos en los últimos 6 meses, permanentemente agotada y ha tenido otros síntomas como dolor de garganta o de articulaciones.

Contrario al cansancio que acompaña a la mayoría de patologías, desde una gripa común hasta condiciones cardiacas o cáncer, incluso el que se siente frente a desórdenes afectivos o mentales, que se pueden diagnosticar y tratar, el SFC no tiene una explicación aparente y no existe un test específico para tipificarlo.

Su diagnóstico no es fácil, la persona debe tener por lo menos 4 de los 9 síntomas que lo caracterizan y se deben descartar una serie de alteraciones que pueden generar cansancio.

Los síntomas

  • 1. Cansancio sin causa aparente por más de 6 meses.
  • 2. Pérdida de la memoria o dificultad para concentrarse.
  • 3. Dolor de garganta.
  • 4. Inflamación de los nódulos linfáticos en cuello y axilas.
  • 5. Dolor muscular.
  • 6. Dolor articular asimétrico, cambiante y sin inflamación o enrojecimiento.
  • 7. Dolor de cabeza de aparición nueva.
  • 8. Sueño no reparador.
  • 9. Agotamiento extremo que dura más de 24 horas después de hacer ejercicio físico o mental. No hay recuperación.

Alteraciones que generan cansancio

1. Trastornos del sueño (dificultades en conciliar el sueño, sueño interrumpido y sueño no reparador).

  • Consumo de sustancias estimulantes como cafeína o bebidas energizantes antes de la hora de dormir.
  • Falta de higiene del sueño, es decir, tener hábitos que no permiten el descanso como acostarse muy tarde o llevar trabajo a casa.
  • Apnea del sueño. La persona deja de respirar por segundos, lo que hace que se despierte. Puede estar asociada a problemas de obesidad o alteraciones fisiológicas como cuellos muy cortos o demasiado gruesos.

2. Trastornos metabólicos y hormonales

  • Hipotiroidismo. Disminuye la función tiroidea y hay menor producción de la hormona tiroidea, reduciendo así el metabolismo y alterando el funcionamiento muscular.
  • Deficiencia de vitamina D. Es muy frecuente, genera debilidad muscular, hipotonía (músculo laxo) y dolor cuando se está en movimiento.
  • Deficiencia de complejo B.
  • Carencia de hierro/anemia. Se relaciona más con dificultad para respirar, asfixia, que con estados de agotamiento.

3. Enfermedades reumatológicas

  • Esclerosis múltiple.
  • Fibromialgia. Caracterizado por puntos de dolor, puntos gatillo y fatiga.

4. Enfermedades mentales

  • Depresión.
  • Trastorno de ansiedad.
  • Trastorno bipolar.
  • Esquizofrenia.

¿Qué causa este síndrome?

Aunque se desconocen las causas y no hay un tratamiento para curarlo, existen algunas teorías pero sin pruebas concluyentes:

  • Aparece en personas que tienen predisposición a este desorden después de padecer infecciones virales como Epstein-Barr, mononucleosis o herpes.
  • Se da por un problema autoinmune.
  • Lo ocasiona un desequilibrio hormonal por problemas en la hipófisis.

Es el médico de familia quien debe diagnosticar y definir el manejo de la patología, incluso, muchas veces se requiere la participación de especialistas para los procedimientos de los síntomas específicos, tal como psicoterapia, manejo del dolor o trastornos del sueño.

Mujer durmiendo en una mesa

Alternativas para manejar y controlar los síntomas del SFC

  • Contra la fatiga: evitar hacer ejercicio intenso, pues la recuperación es difícil. También se utilizan medicamentos antidepresivos por su efecto ‘activador’.
  • Contra el dolor: generalmente interviene un especialista para dirigir el tratamiento a cada dolor específico (de cabeza, articular u otro).
  • En lo cognitivo: trabajar con psicoterapia la concentración, atención y memoria y desarrollar estrategias que le ayuden a convivir con esta condición.
  • Dormir y descansar adecuadamente: desarrollar una buena higiene del sueño, evitar sustancias como la cafeína, no comer alimentos pesados cerca de la hora de acostarse, entre otros.
  • Practicar yoga es una actividad recomendada, ya que busca el equilibrio mente-cuerpo, promueve una buena oxigenación, flexibilización articular y fortalecimiento muscular.

Aunque no existe una cura para el SFC, la actividad física moderada resulta de gran ayuda.

Fuente: Sandro Gómez Maquet, M. D. Nutriólogo.