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Consejos para ser un buen suegro

18 enero 2021 Revista 5 Sentidos

Los hijos crecen y hay que dejarlos hacer su propia vida. Ponga en práctica estos tips para evitar disgustos con ellos o sus parejas.

Familia

Los hijos crecen y hay que dejarlos hacer su propia vida. Ponga en práctica estos tips para evitar disgustos con ellos o sus parejas.

En algún momento los hijos deciden dejar la casa de los padres, bien sea porque se van a vivir solos o porque van a formar una familia junto a su pareja. Los padres deben respetar esa decisión y dejarlos hacer su propia vida, que implica errores, caídas, problemas, discusiones, pero sobre todo, aprendizajes.

Cuando los hijos se casan o conviven con su pareja, muchas veces sucede que los padres –o uno solo– quieren controlarlo todo: utilizan estrategias como visitas sorpresas, consejos no pedidos e incluso, chantaje emocional. Si no se establecen unos límites, estas actitudes, a mediano o largo plazo, afectarán la relación de la pareja.

Para que la suegra o el suegro no se convierta en una molestia para la nuera o el yerno y la relación entre ambos sea cordial, es necesario ser prudente y entender que tanto el hijo como su pareja son personas adultas, autónomas y están en la libertad de tomar las decisiones por sí mismos y que ahora su prioridad la constituye esta nueva familia, por lo que la de origen se encuentra en un segundo plano.


Algunos consejos para no ser un suegro molesto:

1. Deje que los hijos y sus parejas construyan su propio hogar como quieran, con las normas que crean adecuadas y con el estilo que más les guste

2. No sienta celos de la pareja que él o ella escogió para compartir su vida, pues, primero, ellos no son propiedad de nadie y, segundo, los celos están fundados en la inseguridad: aunque ya no vivan juntos ni compartan mucho tiempo, el amor y cariño que les tienen no va a cambiar. Recuerde que no le están quitando un hijo.

3. No juzgue ni hable mal de la nuera o el yerno, ni quiera cambiarlo. Cada persona es diferente: de acuerdo con la educación recibida y con las experiencias vividas se tienen unos valores, creencias, habilidades, gustos y maneras de hacer las cosas que definen la personalidad de cada uno. Por eso, no se puede pretender que la pareja del hijo o la hija sea como su madre o su padre y tampoco se debe esperar que lo trate de la misma forma.

4. Dese la oportunidad de conocer a la nuera o al yerno, de acogerlo y hacerlo sentir parte de la familia, eso sí, tenga claro que no es un hijo y que la relación tiene unos límites. Hay que saber acercarse: ni muy distante ni muy cercano, tener un equilibrio.

5. Respete las decisiones que toman, por ejemplo: el barrio donde viven, la decoración de la casa, si quieren tener hijos o no, la manera como educan a sus hijos, el manejo de las finanzas del hogar y del tiempo libre, entre otras. Es la vida de ellos y no está bien intervenir con mensajes directos o con sarcasmos para que hagan las cosas de determinada manera.

6. No haga visitas sorpresas. Es molesto para la pareja porque se trata de una invasión a su espacio que, por lo general, los hace cambiar de planes para poder atenderlo: solo vaya cuando lo inviten. Así mismo, evite las llamadas a la casa y hacer seguimiento, pues la pareja no es su mensajera.

7.No manipule ni chantajee con emociones para que el hijo o la hija cambie su modo de actuar, es adulto y libre de decidir qué considera lo mejor para sí mismo. Adicional, no hay razón para hacer sentir a la pareja culpable de lo que le pasa a él o a ella, es decir, que si bajó o subió de peso, o si está ojeroso, preocupado, malhumorado o que si no quiere ir al almuerzo del domingo es por culpa de la nuera o del yerno. Nadie es culpable, cada familia decide cómo vivir y hay que respetar.

8. Dé consejos y opiniones solo si se los piden y hágalo con prudencia. Para cualquier persona resulta molesto que otro le diga, en todo momento, qué hacer frente a una situación en particular o peor, que lo comparen. Evite decir frases como “es mejor si lo haces así”, “a mí siempre me funciona de esta forma”. Y si da un consejo no espere que lo cumplan al pie de la letra, pueden aceptarlo completo, a medias o simplemente rechazarlo.

9. En una discusión de pareja no se involucre y mucho menos, tome partido: no ponga al hijo en contra de su cónyuge, confíe en que ellos son capaces de resolver sus diferencias y problemas. Sin embargo, si se trata de una situación que puede afectar la integridad de uno de los dos, resulta válido intervenir.

10.Sea paciente, prudente y observador para que el hijo y su pareja tengan la confianza de pedir consejos o compartir situaciones que les preocupan, sin temor a ser juzgados.


Deberes de las nueras y los yernos

Las parejas de los hijos no deben olvidar que ellos tienen padres y tienen derecho a compartir y pasar tiempo juntos. Hay que propiciar espacios de encuentro y tener una buena actitud para que la relación entre unos y otros sea cordial, de cooperación y confianza. No hay razón para aislar al hijo de sus padres, en su lugar, se trata de establecer límites pensando no solo en las necesidades propias, sino también en las del otro, ponerse en sus zapatos.

“El papel de los padres es preparar a los hijos para que salgan del nido y vuelen, encuentren su autonomía y hagan su propia vida. Cuando lo logran, esa debe ser la satisfacción mayor”, Gloria María Pérez A.

¿Tiene otro consejo para ser un buen suegro? Dejénos sus comentarios.