Las habilidades sociales son fundamentales para el bienestar emocional y físico de los niños. Hay que guiarlos en el proceso de relacionarse con su entorno.
Los amigos para la vida son todo un tesoro, pero también tienen poder sobre las personas. Esto es especialmente cierto en el caso de los niños, pues al pasar la mayor parte del tiempo con ellos, son el apoyo para moldear sus personalidades.
Con los amigos se nutren las perspectivas del mundo y se fortalecen el pensamiento crítico, las creencias y los hábitos. Por ejemplo: si al niño le gustan los dinosaurios, va a construir simpatía con otros niños apasionados por las ciencias. Si prefiere pintar, seguro va a buscar un compañero de juegos que tenga sus mismas afinidades con el arte.
Tu labor como padre o madre es ayudarles a tus hijos a tener relaciones saludables pues, por tu experiencia, tienes la capacidad de reconocer en tus pares valores y patrones de comportamiento. Estas son cinco claves que comparte Claudia Restrepo, experta en neurociencias, para que te ayuden en este proceso.
Conoce su entorno: los amigos activan el sistema de neuronas espejo de los niños, que los lleva a imitar e inspirarse en sus comportamientos. Para conocer las conductas y el modelo de crianza de sus compañeros de juegos, además de escuchar con atención a tus hijos, es importante establecer una relación con los padres de los niños que los acompañan en la cotidianidad.
1. Forma con el ejemplo: si un niño observa que sus padres le dedican tiempo a sus propios amigos y propician encuentros, está aprendiendo, desde el ejemplo, el valor de la vida social.
2. Busca familias compatibles: cuando los padres tienen estrategias de crianza, valores y gustos similares, es ideal que fortalezcan su relación y creen momentos de esparcimiento para sus hijos. Por ejemplo: si en tu hogar la actividad física y el respeto por el medio ambiente son importantes y el papá de uno de los amigos de tu hijo practica senderismo, propicia un plan que tenga en cuenta estos gustos comunes.
3. Ayúdales a reconocer las emociones: ¿qué te inspira ese amigo?, ¿qué emociones te despierta? o ¿qué sientes cuando lo ves? Estas preguntas ayudan a los padres y a sus hijos a detectar relaciones que inspiran seguridad, alegría y confianza, pero también a identificar a las personas que generan emociones nocivas o tóxicas.
4. Enséñales a buscar amigos reales: las nuevas generaciones conciben las redes sociales como uno de los medios principales para conocer e interactuar con los amigos. Aunque no está mal que tus hijos hablen con sus compañeros por estos canales, toma precauciones y establece reglas. Por ejemplo: que la lista de amigos que tenga en sus redes sean personas que ellos y su familia conozcan o puedan conocer.
En la niñez se forman las bases de los vínculos futuros
Las relaciones con la familia, amigos y pareja son fundamentales para el bienestar físico y emocional. Así los demostró el estudio más extenso que se ha realizado en desarrollo humano, Harvard Study of Adult Development, un proyecto de investigación que se lleva a cabo desde 1938.
Durante 80 años, los científicos han estudiado a más de 700 hombres, a sus parejas y descendientes. En este camino encontraron que las buenas relaciones son determinantes para alcanzar la felicidad y protegen contra un número importante de enfermedades crónicas y trastornos mentales. Además, los resultados demuestran que para lograr estabilidad física y emocional no se requiere tener una relación de amigos o pareja perfecta, sino la capacidad de superar los altibajos.
La infancia es una etapa determinante para fijar los principios y valores que regirán los vínculos afectivos del futuro y, en este sentido, tú como padre tienes un papel protagonista: eres guía y educador desde los consejos y el buen ejemplo.
Fecha de publicación: julio 12 de 2020.
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