Estos consejos te sirven para que tus hijos pequeños aprendan a comer alimentos de todos los grupos y que los más grandes tengan buenos hábitos nutricionales.
Que tus niños coman saludable y con gusto no se logra de la noche a la mañana. Los padres que lo han alcanzado saben bien que requiere tiempo, dedicación, constancia, paciencia, ingenio, disciplina y buen ejemplo. Este proceso inicia desde el momento en que introducimos la alimentación complementaria a los pocos meses de vida de nuestros hijos y los acompaña, por lo menos, hasta sus primeros diez años.
Si pese a tus esfuerzos no has logrado que los alimentos sean atractivos para tus niños y no han adquirido el gusto para probar y comer ‘de todo’, tranquilo. Claudia Restrepo, experta en neurociencias, cuenta qué podemos hacer para que los más pequeños reciban alimentos nuevos y los más grandes se reeduquen y retomen hábitos de alimentación balanceada.
Hasta los tres años:
- A la hora del juego: es el momento ideal para presentarle a tu hijo alimentos diferentes. Desde la estimulación, conoce sus texturas, olores y apariencia. Además, se los lleva a la boca y prueba sus sabores.
- Cuando aparezca el primer diente: el cerebro hace clic y cambia el reflejo de succión a trituración. En esta etapa, se deben introducir los alimentos sólidos, como frutas y verduras de colores variados, para fortalecer los músculos de la masticación: bastones de apio, zanahoria, manzana, mango y pera.
- En el plato: mezclar los grupos de alimentos es clave para producir el estímulo sensorial que los niños necesitan.
De los tres años en adelante:
- Cuando los prepares: involucra a los niños a la hora de cocinar con tareas sencillas, así les despiertas el interés de probar otros alimentos.
- Al sentarse en la mesa: nada a la carta: todos deben comer los mismos alimentos. Hasta los diez años, los niños activan el sistema de neuronas espejo con ellos y adultos representativos. No es coherente pretender que el niño ingiera una comida completa al desayuno, por ejemplo, mientras tú te tomas solo un café.
Cualquier edad es buena para reeducar:
- A la hora de generar hábitos: enséñale a tu hijo a consumir alimentos de todos los grupos, a eliminar de su rutina diaria la comida chatarra y con altos niveles de azúcar y a evitar el sedentarismo.
- Al momento de comer: tu ejemplo es fundamental, por eso, siéntate a comer a la mesa, demuéstrale que no hay afán a la hora de alimentarse y que debe respetar los horarios. Y algo esencial: no uses el celular. Esta es la mejor manera de que el pequeño entienda que en el comedor no son bienvenidas las pantallas: tableta, televisión, videojuegos, computador o teléfono inteligente.
Recomendaciones de alimentos que son superpoderosos
Con estos cinco alimentos, ricos en omega 3 y 6, tus niños disfrutan al máximo sus comidas:
- Aguacate: es el preferido de grandes y chicos por su color intenso, textura deliciosa y fácil digestión. La OMS lo ha denominado como uno de los superalimentos.
- Cacao: con un porcentaje mayor al 85 % de contenido, es un estimulante de las endorfinas y la serotonina, neurotransmisores relacionados con los estados de bienestar, tranquilidad y armonía. El olor y la textura son sus mayores atractivos.
- Pescados azules: como la trucha, el salmón y el atún fresco. Estos son esenciales para el desarrollo cerebral. Su fácil digestión los convierte en la proteína predilecta de muchos niños.
- Quesos madurados y yogur sin azúcar: los alimentos fermentados contienen grandes cantidades de prebióticos y probióticos. Son muy atractivos para los niños por su potente sabor y remplazan el mecato.
- Nueces, almendras y marañones: son muy energéticos y, si el pediatra lo autoriza, muy apropiados para incluirlos en la alimentación de niños mayores de tres años. El maní debe ser consumido con prudencia porque tiene muchas grasas saturadas.
Fecha de publicación: mayo 13 de 2020.
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