Cada vez nos preocupamos más por lo que consumimos. Y, ¿qué mejor manera de tener control sobre lo que estamos preparando en nuestra cocina que cultivando nosotros mismos? Traemos para ti unas recomendaciones a la hora de hacer una huerta casera.

Cada vez toma más fuerza la tendencia de tener una huerta propia. A las plantas ornamentales se están uniendo las aromáticas, las llamadas plantas medicinales, las verduras, las hortalizas y hasta las frutas. Todo depende de nuestras necesidades, placeres, gustos y del espacio del que dispongamos para comenzar este proyecto que embellecerá nuestro hogar, nos dará tranquilidad, relajación, entretención y alimentos.

¿Qué debemos tener en cuenta para comenzar nuestra huerta en casa?

La Fundación Social Palomá, dedicada a impulsar proyectos ambientales, nos ofrece los que serían los primeros pasos a tener en cuenta para nuestro proyecto:

1. Espacio del que disponemos: lo ideal es contar con un solar, un patio, una terraza, un amplio ventanal o un balcón. Dos son las condiciones, en todo caso, que el espacio debe cumplir: estar abierto al sol y tener una excelente ventilación para la circulación del aire.

2. Recipientes para la siembra: podemos utilizar canastas, cajones, tarros, vasijas, bolsas de tela fina, recipientes, en fin, cualquier elemento en el cual podamos verter tierra. Si tienes una terraza, se recomienda utilizar las llamadas «huertas horizontales» que se ubican contra una pared. Estas son muy utilizadas en casa porque ocupan poco espacio y son fáciles de mantener.

3. ¿Qué quiero sembrar?: si somos primerizos, debemos comenzar por lo más fácil. Si lo nuestro son las aromáticas, los expertos recomiendan sembrar hierbabuena, menta, orégano o tomillo, ya que crecen con facilidad. Los vegetales u hortalizas más fáciles de cultivar son el repollo, la zanahoria, el tomate, el pimiento y la espinaca. Si lo nuestro son las ensaladas o los condimentos, el cilantro y la cebolla larga son fáciles de producir en casa.

4. Cuidados: Fuera de proveerlas de buen sol y aire, es necesario que abonemos la tierra cada quince días, la removamos cada tres para que no se compacte, y la reguemos con agua, al menos, cada dos días, procurando solo humedecerla. Debemos estar atentos también a que nuestras plantas no estén siendo atacadas por algún hongo, animal o insecto, en cuyo caso debemos tomar medidas o, incluso, resembrar las plantas.

¿Qué beneficios obtenemos al tener una huerta en casa?

Después de un mes, y si hemos sido constantes con nuestras plantas, estas podrían ya estar brindándonos, fuera de un ambiente natural, paz y confort, alimentos.
Otros beneficios son:

1. Adquirimos conciencia ambiental y comprendemos mejor la importancia de proteger la naturaleza y el agua. Los niños adquieren el hábito del cuidado y aprenden conceptos básicos de botánica.

2. Hacemos ejercicio moderado y esto se debe a que, mientras estamos trabajando en nuestra huerta, realizamos movimientos provechosos para nuestro cuerpo.

3. Comemos más fibra vegetal, cuyos beneficios van a mantener limpio y sano nuestro intestino.

4. Fomentamos el consumo sostenible ya que, conforme trabajamos en nuestra huerta, podremos cosechar plantas para nuestra alimentación. Esto también supone un ahorro en nuestros gastos.

5. Reutilizamos algunos desechos con la preparación de abono para nuestras plantas.

Por lo regular, para cultivar una planta solo necesitamos semillas y un buen lugar para enterrarlas. O podemos sembrar plantas ya germinadas o en desarrollo y sacarle ‘hijitos’, que podemos ubicar en otras vasijas. Conforme va pasando el tiempo, iremos adquiriendo el conocimiento necesario para que todo lo que sembremos, retoñe.

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