Tres expertos dan valiosos consejos sobre alimentación y equilibrio emocional que puedes aplicar en tu cotidianidad.
El sicólogo clínico John Carlos Hernández, la coach de salud y nutrición Paula Andrea Henao, y la médica del deporte Claudia Marín conversaron sobre la conexión entre las emociones, el cuerpo y la alimentación en el bienestar de cada individuo.
Compartimos contigo 11 preguntas y respuestas comunes sobre las que estos expertos dieron sus recomendaciones.
1. Me gusta compartir con amigos y familiares alrededor de comida y bebidas. En cuanto a estas últimas, ¿cuál son las más recomendables?
La primera recomendación es consumir las bebidas alcohólicas con moderación y ser conscientes del riesgo que implica hacerlo en cantidades elevadas, no solo para el cuerpo físico sino también para el cuerpo emocional. El exceso de alcohol puede afectar directamente las relaciones interpersonales, dado que este es un depresor del sistema nervioso central y altera el comportamiento normal de las personas.
Si hablamos del aporte de energía, las bebidas alcohólicas que tienen un menor aporte, comparadas con otros licores, son la cerveza light y el vino, los cuales se deben consumir con precaución tratando de no sobrepasar más de 2 copas.
Aunque los espacios para compartir con familia y amigos nos han llevado a desarrollar hábitos como el consumo de alcohol, es importante reflexionar si lo estamos haciendo desde la concepción de que “pasar bueno” va de la mano de consumir bebidas alcohólicas. Varios factores pueden desarrollar este comportamiento:
- Proceso de aprendizaje: en muchas familias este comportamiento se convirtió en una especie de “lealtad generacional”, ya que ha sido un hábito repetitivo de generación en generación.
- Presión social: en el proceso de adaptación social se imitan comportamientos con el objetivo de “encajar” y no ser excluido. También, en el caso de los hombres, demostrar masculinidad y hombría; y en el de las mujeres, un acto de independencia e igualdad.
- Estados emocionales: el licor se ha convertido en una herramienta para afrontar situaciones difíciles, en un escape y un detonante de emociones reprimidas o de duelos no resueltos en nuestra vida emocional. Por eso es importante atender estas emociones de manera consciente para que puedan cerrarse de sanamente.
2. En el caso de quienes viven solos, ¿qué consejos hay para que la comida no se dañe rápidamente?
- Es aconsejable consumir los alimentos recién hechos y calientes, porque es la única manera de evitar la descomposición por la proliferación de microorganismos.
- Si tienes mucha comida que se deba guardar, lo aconsejable es hacerlo en la nevera, mantenerla a 4ºC y consumirla, máximo, al día siguiente. Si vas a dejarla durante más días, debes almacenarla en el congelador, teniendo en cuenta que puede perder las propiedades organolépticas como el color, textura, sabor, entre otras.
- Los alimentos crudos, como frutas y verduras, pueden durar mucho más tiempo en el congelador, pero cuando ya están cocidos deben consumirse en el menor tiempo posible.
3. ¿Qué tips puedo aplicar para empacar la lonchera del trabajo?
- Asegúrate de que cumpla con los grupos de alimentos que tiene el plato saludable: porción grande de verduras, proteína saludable y una porción de carbohidrato (papa o plátano cocido, arroz integral, entre otros).
- Debes empacarla, preferiblemente, en un recipiente de vidrio, tipo refractaria, para evitar que el plástico afecte el sabor y la calidad de los alimentos.
- Procura preparar la comida el mismo día en que vas a consumirla para evitar contaminación. Si no es posible, entonces hazlo la noche anterior, espera que se enfríe y consérvala en la nevera a 4ºC. Cuando vayas a consumirla, debes calentarla muy bien.
- Varía diariamente el contenido de tu lonchera para mejorar la cantidad de nutrientes.
- Evita excederte en el consumo de carnes frías (no más de dos porciones por semana).
- Lleva las verduras crudas aparte.
- Empaca los alimentos a temperatura ambiente y, si es posible, refrigéralos en tu lugar de trabajo.
4. ¿Qué cantidad de dulces puedo comer en un día?
Lo ideal es no consumir dulces, porque lo que estos aportan son carbohidratos y azúcares simples, y estos los encontramos en los cereales, plátanos y tubérculos, por lo que no es necesaria más cantidad. Si por calmar un antojo, quieres consumirlos, lo recomendable es que sea una porción de máximo 50 gramos, conjuntamente con el almuerzo, para que no se estimule la producción de más insulina, hormona que convierte el exceso de dulce en grasa.
Otra opción son las frutas y los frutos secos, que son mucho más saludables y contienen mayores nutrientes que un dulce.
5. ¿Cómo evitar comer de más en las reuniones familiares o sociales?
- Llega siempre a las reuniones después de haber comido, ojalá con buen aporte de proteína, que produce mucha saciedad.
- Ve con ropa ajustada, para ser consciente que tu cuerpo tiene un límite.
- Evita bajarte el cierre del pantalón para tratar de que quepa más comida.
- Tomar uno o dos vasos con agua antes de las comidas para que el estómago le mande un mensaje de saciedad al cerebro y, por lo tanto, comas menos.
- Elige los alimentos o pasabocas con mayor cantidad de proteínas como carnes, o grasas saludables como guacamole y frutos secos.
6. ¿Qué factores influyen cuando comer en exceso se convierte en un hábito? ¿Cómo afrontarlo?
Todo comportamiento alimenticio llevado a los excesos se detona, generalmente, por altos niveles de ansiedad y conflictos de tipo emocional. El alto consumo de dulce suele ser uno de los hábitos favoritos de nuestro sistema emocional, ya que a través de él buscamos saciar nuestras demandas afectivas, estados emocionales de profunda soledad, tristeza, decepción y frustración.
Cuando somos conscientes de esto y lo aceptamos, necesitamos tomar decisiones, revisar nuestras herramientas de afrontamiento de tipo emocional como el amor propio, pues mantenerlo fuerte permite que nos sintamos tranquilos, plácidos, seguros de nosotros mismos, conscientes de la importancia de cuidar nuestro cuerpo y de no vivir desde la dependencia o el apego.
7. ¿Qué hacer para construir un bienestar emocional?
Revisa tus estados de ánimo de forma cotidiana, ojalá todos los días y no solo en un mes específico. Pregúntate: ¿cómo estoy viviendo mi vida hoy?, ¿qué cosas frenan mi propia construcción de la felicidad?, ¿desde dónde soy feliz?, ¿tengo duelos y situaciones que debo de cerrar y concluir?
Intenta perdonar fácilmente y no inviertas tiempo en el rencor; perdónate a ti mismo, habla siempre con la verdad, sé humilde para aceptar tus equivocaciones, abraza, verbaliza tus emociones asertivamente, expresa el amor que sientes por otras personas, sé amable con todos los que te rodean, sonríe y cerciórate de que esa sonrisa proviene de tu alma. Por último, despídete del silencio que te lleva a guardar cosas dentro de ti, comparte con alguien tus secretos; es insano guardarlos, pues la reserva te lleva a la cohibición y esto no es saludable.
8. ¿Cómo podemos aprender a comprender que, si nos amamos de verdad a nosotros mismos, podemos hacer todo más fácil, sin que parezca un sacrificio?
La mejor forma de comprender esto es, en primer lugar, ser conscientes de la importancia que tiene el amor propio en nuestras vidas. Este es el sistema inmune de cada personalidad, es el que interviene en la forma como decidimos vivir y cómo afrontamos las diferentes situaciones de nuestra experiencia de vida.
En segundo lugar, tomar decisiones sobre esta conciencia, sobre aquello que consideramos no nos hace bien. Tercero, realizar acciones concretas que nos lleven a lograr el objetivo de nuestras decisiones y, por último, volverlas un hábito de vida constante y disciplinado.
Hay una frase que es importante repetir e incorporar: “Las cosas no son como son, son como yo decido verlas”. Si decido que lo que voy a hacer es una renuncia que implica sacrificios, así lo voy a vivir y a experimentar.
No podemos cuidar lo que no amamos, así que la mejor herramienta para transformar hábitos es el autocuidado, pues nos ayuda a tomar las mejores decisiones de bienestar. Hacer cambios en nuestro estilo de vida no es fácil, requiere compromiso, voluntad, constancia, disciplina y, por qué no, algo de sacrificio. Sin embargo, estos pequeños sacrificios se ven muy bien recompensados con los resultados obtenidos, y lo mejor es que si se mantienen por un mes, como mínimo, crean una ruta neuronal en nuestro cerebro, creando un nuevo hábito saludable.
9. ¿Cómo puedo manejar la ansiedad?
Entendiendo la ansiedad como una respuesta a las cosas que vivo, como un indicador de mi ego y la ausencia de herramientas saludables para dar respuesta a las diferentes situaciones de la vida, hoy existen muchas alternativas para afrontarla, como meditar, hacer yoga u otro tipo de ejercicio, buscar espacios de paz y tranquilidad, respirar, entre otras.
No obstante, también debes buscar el origen de tu ansiedad: conocerlo, aceptarlo y decidir resolverlo. La ansiedad se erradica de tu vida cuando tomas la decisión de vivirla de una forma diferente; cuando identificas dónde aprendiste a vivir con ansiedad y te das el regalo de desaprender para aprender una forma diferente de hacer las cosas.
Otra forma de trabajarla desde tu ego es simplificando: se trata de dejar ser, aceptar lo que no puedes cambiar del otro, dar una respuesta tranquila y simple de aquello que ocurre. No significa entrar en actitud pasiva, sino vivir tranquilo sin la necesidad victimaria del ego.
Más consejos
La ansiedad ocurre, normalmente, porque no estamos en el momento presente, sino en el futuro anticipando algo negativo que no ha pasado. Puedes gestionar ese estado emocional con una respiración profunda y pausada, una meditación de cinco minutos, una relajación del cuerpo o un escaneo corporal en el que identifiques dónde sientes esa ansiedad.
Si la identificas en la zona abdominal y sabes que hace poco comiste, puedes estar seguro de que no es hambre fisiológica, sino hambre emocional, la cual puedes gestionar aplazando 15 minutos la necesidad de introducir algo en la boca. Si pasado este tiempo, el hambre emocional continúa, puedes manejarla tomando un vaso con agua, una bebida aromática, una infusión de frutas o verduras, o una fruta entera, hasta la próxima comida principal.
10. ¿Qué relación hay entre los órganos y las emociones?
Es innegable la conexión que tiene nuestro cuerpo biológico con nuestro sistema emocional: somos unicidad, una interacción de varias dimensiones. Si una de ellas no funciona equilibradamente, esta afecta inevitablemente a las demás. Si reconoces que cuidar tus emociones de forma saludable es proteger tu cuerpo de enfermedades, eres un ser ser consciente de tu integralidad.
El sicólogo Carl Rogers hablaba sobre la sabiduría organísmica, en la que el cuerpo manifiesta sabiamente lo que le hace mal y lo que le hace bien. En ese orden, cada dolencia de nuestro cuerpo no es más que la manifestación de un desorden o un desequilibrio en nuestro sistema emocional. Por mencionar alguno ejemplos:
- Todo lo que tenga que ver con las vías respiratorias son afecciones de tipo afectivo.
- Los riñones están asociados a nuestros miedos e inseguridades.
- El hígado tiene que ver con la ira y la rabia.
- La pena o el sufrimiento debilita los pulmones.
- El estómago sufre por las preocupaciones y ansiedades.
- El estrés debilita el corazón y el cerebro, y provoca dolores de cabeza y migrañas.
- La columna está asociada a nuestras cargas, a la falta de apoyo emocional y a sentimientos de soledad.
- El alzhéimer es una enfermedad de tipo emocional, producto de un sentimiento profundo de soledad y sufrimiento.
- El colon irritable tiene que ver con el narcisismo y la dificultad para decir “no” a todo lo que los demás te piden. También, con el exceso de presión y la falta de disfrute y goce de la vida.
La mayoría de las enfermedades tienen su origen en un estado emocional, varios autores atribuyen una relación directa de un estado patológico con la no resolución de una emoción negativa.
La unidad cuerpo, mente y espíritu se sustenta científicamente con algunos autores como:
- La biología de la creencia: la liberación del poder de la conciencia, la materia y los milagros, de Bruce H. Lipton.
- La enfermedad como camino, de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke.
11. ¿Qué recomendaciones existen para eliminar la pereza a la hora de hacer ejercicio?
La pereza es el indicador de varias conductas en nuestro sistema emocional, dado que puede ser una señal de estados de depresión, melancolía o apatía por el sentido de la vida. No se debe confundir la pereza con el ocio terapéutico; este último es una conducta saludable en proporciones conscientes y límites saludables, pues ayuda a regular nuestra actividad cognitiva, física y hasta emocional.
De esta manera, es importante vigilar que los estados de pereza pueden ser la manifestación de una apatía y desmotivación frente a sí mismo, especialmente cuando se presenta en el deporte, ya que puede tener una relación estrecha con conductas de baja autoestima y baja conciencia del autocuidado.
Cuando alguien dice que la pereza le impide hacer ejercicio, generalmente el problema no está en el ejercicio, pues suele ser una actividad placentera (al menos para la mayoría de las personas) y cuando se logra un nivel de acondicionamiento y constancia, se empieza a sentir la necesidad activarse más día a día. El problema está en lo exigente que cada uno puede ser consigo mismo y en las metas (usualmente a corto plazo plazo) en las que se basa la decisión de ejercitarse.
Aunque es verdad que el logro del vigor físico depende del esfuerzo que hagamos, no tenemos que esforzarnos intensamente desde el inicio para llegar a tener salud y una adecuada forma física. Debe ser un avance progresivo.
Lo primero que hay que hacer para «vencer la pereza» es tener el convencimiento de lo que queremos lograr. Segundo, identificar cómo lo queremos lograr. Y tercero, saber con qué recursos contamos: el tiempo es el más decisivo.
Resueltos estos tres puntos, podemos empezar con metas sencillas y aumentar progresivamente el esfuerzo. Algunos tips útiles para alejar la pereza al hacer ejercicio son:
- Empezar con cambios pequeños como bañarse con agua fría, caminar más durante el dia, subir o bajar escaleras.
- Ver cosas que te motiven, como influencers que tengan un estilo de vida saludable.
- Encontrar la motivación interna y no externamente.
- Crear y mantener nuevos hábitos.
- Y lo más importante: tener presente que la pereza solo se combate con acción.
En el siguiente video los expertos amplían la información sobre esas decisiones conscientes que pueden ayudarte a generar mayor bienestar en todos los aspectos de tu vida:
Fecha de publicación: enero 23 de 2020.
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