Sebastián Gil: «El reto es decirte cada día que eres capaz»

Conoce más del deportista Sebastián Gil, para quien el reto es decirte cada día que eres capaz. Amor y pasión por el deporte y la salud.

El deportista Sebastián Gil se prepara para vivir una aventura increíble: una nueva edición de Ironman, uno de los triatlones más exigentes del mundo, que se realizará el próximo 22 de octubre en Estados Unidos.

Con entrega total, con una pasión que no tiene fronteras, Sebastián lleva meses preparándose e impulsando un mensaje de conciencia y amor por el deporte y la actividad física como formas de vida.

La salud no da espera, afirma Sebastián, quien en esta segunda entrevista nos cuenta sobre su rutina, su alimentación, su familia y mucho más.

Después de recorrer Estados Unidos de costa a costa, ¿qué siguió para ti?

Después de esa aventura vuelvo a Colombia y sigo montando en bicicleta. Me propongo viajar de Medellín a Cartagena en menos de 24 horas. Lo hice en 22 horas y media con un amigo, teniendo asistencia de un carro, el apoyo de algunas marcas; con hidratación permanente y dos personas acompañándonos para que pudiéramos lograrlo. Comíamos pedaleando o parando tres minutos para después seguir.

¿Cómo es el proceso de preparar al cuerpo para asumir el reto de reducir un trayecto en bicicleta de 26 a 22 horas?

En cualquier reto, el que uno se proponga, siempre se tiene un ideal. Por ejemplo: a la gente le dicen que tiene que ser saludable, que haga deporte, y la primera imagen que se le viene a la mente es trotar o montar bicicleta. Sin embargo, creo que la palabra saludable no está bien dimensionada. Una persona dice “estoy yendo al gimnasio, estoy juiciosa”, pero no ve más allá. Creo que hay que tener más retos.

En mi caso, siempre estoy preguntándome qué están haciendo los demás en el mundo deportivamente para proponerme nuevas cosas… así ‘salió’ el reto del Everesting, que es acumular 9000 metros en una sola loma repitiendo el trayecto las veces necesarias hasta cumplir la distancia. Tres amigos y yo subimos Las Palmas 12 veces hasta alcanzar los 9000 metros, eso fue en octubre del 2015… este reto lo propuso una marca australiana para el que lo quisiera hacer y lo logramos. Yo siempre vivo muy inquieto, haciendo triatlón, bicicleta… mirando qué sigue, qué más hago, qué más hay, cómo me reto, cómo hago para aguantar más. El mayor esfuerzo no es tanto físico sino mental. Tu bienestar es mental porque esas metas te aporrean. Es excelente cuando algo que diseñaste y planeaste durante meses sale muy bien en la ejecución.

¿Qué dice tu familia de que hayas hecho del deporte el reto de tu vida?

Siempre ha sido muy receptiva porque soy muy profesional. Cuido mucho mi seguridad, planeo todo, investigo y soy responsable. Así la familia se preocupe, creo que a uno no lo pueden frenar. Es importante que los seres queridos lo apoyen a uno y eso es lo que he recibido siempre: apoyo.

¿Cómo es un día en tu vida?

Ahora que estoy entrenado para el Ironman de Carolina del Norte, que es el 22 de octubre, la semana la tengo muy dividida: un día normal me levanto a las 5 o 5:30 a. m., voy al gimnasio y luego al trabajo. Al mediodía trato de nadar más o menos una hora y en la noche hago bicicleta o trote. Un día a la semana descanso, casi siempre el lunes. Estiro, hago yoga o algo diferente al entrenamiento de la semana… a uno le preguntan si no trabaja, si no hace nada más. La realidad es que hay días en los que uno no tiene ánimos, pero el reto es decirte que eres capaz. En la noche, quedo muy activado por el ejercicio, por lo que me acuesto entre las 10 y 11 de la noche. Me gustaría descansar más, pero en promedio duermo 6 horas.

Cuéntanos sobre tu alimentación. ¿Cómo es? ¿Cómo te cuidas?

Siempre he sido muy juicioso. En teoría uno podría comer de todo, pero la alimentación es una ventaja en una competencia si la usas de manera correcta. Siempre he estado muy asesorado por deportólogos, haciendo un plan específico de qué debo comer para tener mejor rendimiento. Básicamente es comer balanceado, alimentos que no te afecten el peso. Las grasas animales es lo único que trato de evitar, aunque a veces son necesarias y más si haces deporte por periodos tan prolongados. Una clave es comer varias porciones pequeñas en el día. En 2012 tuve problemas gástricos por comer a deshoras y en porciones muy grandes.

Es esencial alimentarse de manera saludable y asesorada. Mucha gente se mete en dietas sin ayuda. Siempre es mejor que alguien estudie tu cuerpo, tus condiciones, y que te diga que comer cuidar tu salud.

De todo lo que has hecho, ¿qué es lo que más te ha marcado como deportista y como persona?

Creo que el viaje a Estados Unidos sin duda porque recorrido solo una distancia enorme con días de 45 grados. Hubo muchas dificultades porque iba con expectativas que terminaron por no ser ciertas: por ejemplo, creía que iba a ser mucho terreno plano, pero los primeros diez días había que pasar la Sierra Nevada en California y las Montañas Rocosas en Colorado. Fueron diez días de montaña y montaña, todo muy empinado. Se supone que era recorrer carretera en bicicleta de carrera… había investigado mucho, incluso había ido en carro pero, claro, la experiencia era muy distinta.

También fue dura la soledad, tener tanto tiempo para pensar me marcó mucho. Verme solo, derrotado en ocasiones, bajarme de la bici a llorar con el cuerpo descompensado… ¡fue muy complejo! Uno cree que después de algo así no te van a quedar ganas de medírtele a otro reto, pero es al contrario. Me digo: si fui capaz de recuperarme de esas crisis y pruebas, me le mido a lo que sea. Ahí empecé a buscar dónde más competir, qué más hacer. Esa experiencia de 2012 me marcó y me remito a ella para decir que, lo que me pongan, lo hago.

«Mi perfil no tan competitivo. Me encanta el contacto con la gente, contar mis retos y decirle al mundo lo importante que es el deporte en su vida cotidiana. Buscando apoyo, porque las competencias y la preparación cuestan, llegué a SURA. Desde entonces, he recibido una colaboración importante para estar en la carrera de octubre”.

¿Cómo llegaste al triatlón y cómo es el que vivirás el próximo 22 de octubre?

Eso fue en el 2013. Había muy poquitas competencias y empecé en los duatlones, que es trote y bicicleta. Después vi que había triatlones, en los que se suma la natación. Dije: no estoy preparado, pero metámonos. Estuve en el de Calima, que era muy largo, y me fue bien, quedé contento y me gustó. El triatlón se ha vuelto muy popular en el mundo.

El del 22 de octubre es una de las distancias más largas del deporte. Son cuatro kilómetros de natación, 180 de bicicleta y 42 de trote. Todo es seguido. El año pasado estuve en el de Idaho, Estados Unidos, y quedé de quinto. El objetivo es mejorar esa posición. En la competencia participan personas de todo el mundo. Unas 2700 personas que se inscribieron.

Uno sabe a lo que va, pero lo más duro es el entrenamiento. La carrera es un día y la preparación se tarda meses, esa es la parte más crítica. El cansancio a veces te hace pensar: cómo le sigo dando, pero hay que sacar las fuerzas. Me empecé a preparar hace más de seis meses.

El ciclismo es más competitivo, pero el triatlón es más familiar…

Una de las razones por las que hago deporte es los amigos. Uno vive tantos momentos al lado de esas personas, el sufrimiento… a veces no tengo ganas de entrenar y solamente salgo porque van amigos, ¿cómo no ir? Si un día habíamos programado un asado, salimos a entrenar y ya en la noche nos reunimos. Ese ambiente es muy alentador a la hora de hacer deporte.

Cuando uno hace deporte solo hay más rivalidad y estrés, creo yo. En el triatlón, por ser tres deportes, cada persona tiene su ritmo, sus horas de entrenamiento, a las tres prácticas hay que darles su importancia. Cada uno maneja su vida y la acomoda como quiera. En el triatlón es el tiempo lo que importa, por lo que la competencia resulta más tranquila.

Espera pronto la última parte de la entrevista al deportista Sebastián Gil Tamayo y sigue su aventura de cada día en Instagram y Twitter.

Fecha de publicación: septiembre 17 de 2016.
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