
Más que una bebida, el café es el ingrediente que activa nuestra rutina diaria. En esta infografía te contamos qué lo hace especial y cómo prepararlo.
El café colombiano es un grano con tradición, aroma y sabor inconfundibles. Las condiciones geográficas y climáticas de nuestro país permiten el cultivo de este producto de excelencia y reconocimiento mundial. Lo anterior, sumado a su consumo permanente y masivo, han generado una fuerte cultura en torno a esta bebida que despierta amor y arraigo generacional.
Según Café de Colombia, una plataforma informativa de la Federación Nacional de Cafeteros, este grano se produce en 588 municipios de 20 departamentos del país y de él derivan su sustento cerca de 563 000 familias, lo que lo hace un cultivo con alto impacto económico y social.
En los últimos años, los cafés especiales han venido ganando terreno y hoy son tendencia entre caficultores, compradores, aficionados y expertos en la materia. De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, “un café se considera especial cuando es percibido y valorado por los consumidores por alguna característica que lo diferencia de los cafés convencionales, por lo cual están dispuestos a pagar un precio superior”. Esta cadena de valor se consolida cada vez más y transforma el café en una experiencia para todos los sentidos.
Así lo considera Joan Molina, cofundador de Rituales Compañía de Café, un proyecto que nació hace dos años en Medellín y que visitamos para conocer más sobre un producto que apasiona a miles de personas. Para él, los cafés especiales redefinen la idea del sabor del grano y se caracterizan por el cuidado de los detalles y la información adecuada que se tenga para producirlo.
Fecha de publicación: mayo 25 de 2019.
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