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Carola Martínez y su apuesta por la creación colectiva

25 marzo 2019 Decide

La actriz de voz inconfundible ha asumido el papel más importante de su vida: dirigir el Teatro La Hora 25, que en 2019 llega a su primer cuarto de siglo.

A los nueve años, sin saberlo, Carola Martínez Bandera ya hacía teatro​. El cumpleaños de su padre era la ocasión perfecta para convocar a sus tres hermanos menores, repartir personajes y poner en marcha una representación. Sábanas que se convertían en telones y utilería gestionada por su madre eran parte de un encuentro con lo invisible, como ella lo define, que se hacía palpable en el juego, ese universo tan necesario en la escena y que aún hoy se niega a abandonar.

Antes de cumplir los 18, el deseo de estar parada en un escenario era irreversible. Había visto una obra de teatro en la Universidad de Antioquia y pensó que estudiar allí era la forma de acercarse a aquello que desconocía, pero la llamaba. Optó por presentarse a Comunicación Social y buscar desde allí la forma de empezar a actuar. No pasó, por fortuna, y fue esta la oportunidad para que alguien le presentara el Departamento de Artes Escénicas de la institución, al que realmente sintió que pertenecía. Se inscribió, recibió la inducción, hizo el Preparatorio de Teatro y fue admitida al programa.

De aquellos días, Carola recuerda los primeros encuentros con la caja negra, los pasos tímidos sobre el tablado del escenario y la exploración de esos otros a quienes daba vida en cada ejercicio. Empezaba a entender el lugar que ocupaba el teatro en su vida. “Siempre fue y sigue siendo un espejo de todos los cuerpos que hay en uno, no solamente los físicos, sino también los de la mente y, más allá, los del espíritu (…) Siempre me he considerado una persona muy tímida, pero cuando me paraba en el escenario me lanzaba al vacío. Ahí olvidaba mis miedos, mis inseguridades; era donde sentía la libertad de expresar”, cuenta Martínez.​

Maestros de la vida y la escena

El teatro le ha dado amigos, instantes memorables y mucha poesía, pero si algo le agradece Carola Martínez a ese arte que escogió como oficio es la huella eterna de los maestros que la han formado. De su paso por la universidad guarda con cariño las lecciones de Fernando Velásquez, Clara Arango, Eduardo Sánchez y Luz Dary Alzate, siendo esta última la mujer​ que le infundió las primeras dosis de pasión y fuerza en la interpretación.

Una vez obtuvo su título como maestra en arte dramático, supo que lo siguiente era salir a formar grupo. Nunca había pertenecido a uno, pero estaba convencida de que la creación debía ser colectiva. Sin embargo, de los diez actores que harían parte de este primer proyecto, solo acudían ella y otra compañera. “Me tocó empezar a leer lo que no se dice, entonces entendí que mi necesidad de hacer teatro tal vez no era la misma de mis compañeros. Amaban las tablas, pero también tenían otras inquietudes”, recuerda, así que se alejó por un tiempo y exploró otras dimensiones de su vida.

La Hora 25

En 1998, Carola regresó al teatro con un curso de expresión corporal en la Universidad Eafit. Quien lo dictaba era Farley Velásquez, un hombre alto, delgado, de cabello largo y carcajada inmensa, con una energía​ difícil de ignorar. El encuentro con él sería para ella la posibilidad de cumplir su sueño de integrar un colectivo teatral. Ricardo III, el Rey Matapríncipes, basada en la obra de William Shakespeare, fue su boleta de entrada al grupo La Hora 25​.

Desde entonces, su trabajo no para. Ha sido parte de montajes emblemáticos como Hamlet MáquinaThe New Gangsters B.F.A., una versión libre de Macbeth; El diario de un ladrónEros y ThanatosElectraEl país de las mujeres hermosasRomeo y Julieta, entre otros. Su temperamento fuerte y el espíritu de leona con el que ella misma se describe, le permitieron asumir la asistencia de dirección durante varios años y, actualmente, un rol que no deja de ser complejo y desafiante: el de directora del Teatro La Hora 25​, luego del fallecimiento de Farley en agosto de 2015.​​

“Ahora tengo claro que el que es buen alumno será un buen maestro. Y un buen alumno es el que sabe que tiene las manos vacías y quiere recibir el conocimiento del otro”, asegura Carola cuando evoca las lecciones de su director, ese hombre que, según ella, iba a 200 kilómetros por hora en cada montaje y sabía como nadie leer el espíritu de sus actores para dar con el personaje adecuado. Reconoce​ los miedos que implica ser líder, pero de ellos extrae el carácter que necesita para la ruta de aprendizaje y experimentación que hoy recorre. Sigue apostando por el grupo, por tener un diálogo permanente con los artistas que lo integran y por esa gran pregunta que precede a toda creación: “¿De qué queremos hablar?”.​​

Compromiso con lo humano

Carola Martínez ha estado al frente de dos montajes desde que asumió la dirección general de La Hora 25: Turmalina, la cenicienta del currulao y Las criaturas de un día​, basada en ​Prometeo, de Esquilo, ganadora esta última de la Beca de Estímulos para el Arte y la Cultura de la Alcaldía de Medellín. Conserva con respeto y gratitud la memoria artística de Farley mientras trabaja por encontrar su propia voz en el escenario.

Sus ojos se humedecen cuando habla de los dolores y conflictos de una ciudad que la ha abrigado desde que llegó de su natal Cartagena. Ante el miedo y la desesperanza, la respuesta no es otra que el arte. “Hay posibilidad de encontrar (en el teatro) una ciudad perdida, escondida; una ciudad mágica que se nos está yendo de las manos. Esa es nuestra responsabilidad (como artistas)”, afirma Martínez, quien re​​calca su deseo de montar más obras de teatro sobre el amor y de seguirle apostando a la labor formativa tanto en el grupo base como en los talleres y semilleros que dictan desde hace varios años.

Para Carola es el tiempo de continuar navegando, de respirar nuevos vientos con los artistas que la acompañan, viviendo la vida que ama, dentro y fuera del escenario​​: “Yo no he tenido que hacer otra cosa para vivir del teatro. Tampoco he pensado que con el teatro me voy a enriquecer. Es una cuestión personal y, cuando escuchas esa voz del alma, lo otro llega por añadidura, escojas lo que escojas”.​

Fotos: Cortesía

Fecha de publicación: marzo 25 de 2019​.
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