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A ejercitar el cerebro, Adultos mayores

25 septiembre 2020 Sé saludable

Este órgano es nuestro mejor aliado para una buena salud física, mental y emocional. Sin importar la edad, siempre debemos mantenerlo despierto y en acción. Para eso, vale la pena ejercitarlo.

Los sistemas afectivo, cognitivo y expresivo del cerebro permiten pensar, conocer, interactuar y valorar el entorno. La información auditiva, visual, espacial y táctil facilitan la expresión oral, escrita, corporal y comportamental. De ahí, la necesidad de mantener siempre activo el cerebro con ejercicios que aumentan la reserva funcional y cognitiva.

Y no solo estamos hablando de ejercicios “diseñados”. Las actividades de la vida diaria son las que plantean diferentes exigencias, retos y estímulos que ponen al cerebro en acción permanente, obligándolo a responder y a estar en forma. Una conversación, un saludo, cantar, preparar una comida, bañarse, vestirse, sentir un dolor, una tristeza o una alegría, son acciones que involucran procesos cerebrales que se realizan en segundos y que dan como resultado una acción terminada, una meta cumplida, un resultado.

¿Qué se entiende por deterioro cognitivo?

Es la pérdida o disminución de la capacidad de respuesta de las funciones mentales superiores: orientarnos, concentrarnos, recordar, expresar pensamientos e ideas, reconocer lugares y personas, escribir, desplazarnos, imitar, calcular cantidades y tiempos, analizar y dar soluciones, retener información por un tiempo y luego utilizarla, planear o dar significado a los refranes, textos, palabras.

La prevención del deterioro cognitivo no debe comenzar cuando cumplimos cincuenta, sino desde niños. Es en esta etapa que se construye la reserva cognitiva, una cantidad de conexiones neuronales que, cuando hay afectación en alguna parte del cerebro, permiten la mejor adaptación y reorganización de las funciones y facilita la neurogénesis, proceso por el cual se generarán más neuronas y conexiones.

Estas son algunas actividades que puedes hacer en tu vida diaria y que te ayudarán a ejercitar tu cerebro:

  • Leer: ejercitas la imaginación, la memoria, la atención, el lenguaje y la capacidad de análisis.
  • Caminar, nadar, practicar aeróbicos, bailar: la actividad física previene el deterioro cognitivo.
  • Alimentarse bien: el cerebro necesita grasas, vitaminas (de hecho, hay demencias causadas por deficiencia de vitamina B12), carbohidratos y minerales para funcionar perfectamente. Una buena nutrición evita enfermedades que pueden afectar el funcionamiento cerebral como la diabetes, la obesidad, la presión alta, el colesterol alto. Además, nos brinda todo lo necesario para estar alerta, animados y despiertos frente a los retos diarios.
  • Dormir bien: durante la noche, tanto el cuerpo como el cerebro, realizan sus procesos de mantenimiento. Por eso, la falta de sueño afecta el desempeño cerebral.
  • Vivir en entornos saludables: la curiosidad, el optimismo, tener algo por qué levantarnos de la cama, la sensación de que la vida sigue hacia adelante y no está estancada, son fundamentales para que el cerebro se active.
  • Ubicar las cosas que más necesitamos en sitios específicos: las llaves en la mesa de entrada, las gafas en la mesa de noche, las pastillas en la mesa del comedor, la cédula y el carné de salud siempre en la cartera o billetera.
  • Poner las neuronas a ejercitarse: también conocidos como neurogym, estos son ejercicios de psicoestimulación que combinan lo emocional, lo social, lo cognitivo (estimulación del recuerdo, flexibilidad, reconocimiento), lo psicoafectivo (autoestima, apegos) y lo funcional para mejorar el desempeño en las actividades de la vida diaria.
Prácticas de psicoestimulación para hacer en casa
Ejercicio 1: Repasa en la noche lo que hiciste en el día:
  • ¿A quién llamé?
  • ¿Qué alimentos ricos me comí hoy?
  • ¿A quién le di un abrazo?
  • ¿Cuántas veces le dije a alguien que lo quiero mucho?
  • ¿Hice algún ejercicio físico?
  • ¿Hice algún chiste o recordé algo que me hiciera reír?
Con las respuestas puedes planear el día siguiente, definir qué quieres cambiar y escribir aquello que no quieres dejar de hacer.
Ejercicio 2: Recuerda listas:
  • Los meses del año al revés.
  • Los nombres de los hermanos y sus fechas de cumpleaños.
  • Las oraciones o los poemas que más nos gustan.
Ejercicio 3: Párate frente a un paisaje. Luego retírate y en un papel escribe los elementos que recuerdas que había en él. Después, vuelve a mirar el paisaje, compáralo con tu dibujo y descubre qué te faltó.
Ejercicio 4: Con estas series de letras, forma todas las palabras posibles:
  • E C R A B H: cera, haber, brecha, beca, caber, era, bar.
  • R S A O C M: coma, ramo, rosa, raso, cosa, asco, marco, mora, rocas, mar, saco, mosca, mas, amor, caro.
  • T R A C D I: ida, dictar, dar, citar, tira, rica, ira.
  • F L E I A R: real, fila, lira, aire, fraile, fiera, feria, fiel.
Si desde niños aprendemos a ser curiosos, estar siempre dispuestos a aprender, asumir las dificultades como retos y perseverar, ser positivos o interesarnos por aprender nuevos idiomas, estamos aumentando nuestra reserva cognitiva.