Inteligencia emocional: clave en la educación de tus hijos

Educar a los niños en la inteligencia emocional es brindarles herramientas fundamentales para que aprendan a relacionarse consigo mismos y con los demás. Así, estarás sentando las bases para que tengan una vida personal y social satisfactorias. 

Durante los primeros años de vida, el mundo emocional de los niños es un lugar lleno de sensaciones sin nombre, por lo que gestionar las emociones en ese momento es una habilidad desconocida. Pueden experimentar muchas cosas, pero solo la cotidianidad, el ejemplo y la enseñanza de quienes los rodean les ayudarán, poco a poco, a identificar lo que sienten.

¿Cómo enseñarle a un niño a cultivar su inteligencia emocional?

El primer camino es el ejemplo de los padres o de quienes están a cargo de la crianza del niño. Sus primeras lecciones de autorregulación se darán a partir de la observación de las reacciones de los adultos ante las circunstancias del día a día, por lo que debes prestar especial atención a cómo actúas frente a ellos. 

Educar a través de las situaciones de la vida es otra forma básica de criar niños emocionalmente inteligentes. Enseñarles a ser autónomos en sus tareas del colegio o del hogar, motivarlos a resolver los conflictos con sus propias herramientas y a autorregular los tiempos de juego, y ayudarlos a que nombren aquello que sienten, son solo algunas de las ocasiones en que se pueden obtener enseñanzas sobre inteligencia emocional desde su vida cotidiana. Recuerda que tu papel no es hacer todo por tu hijo o hija, sino orientarlos y acompañarlos. 

Algunas frases que debes cambiar

La inteligencia emocional implica reconocer las emociones para decidir cómo gestionarlas, así que hay frases con las que se corre el riesgo de anular lo que el niño siente y que debes modificar:

• Cuando se golpea y la herida no es grave, la respuesta suele ser: “No llores que no pasó nada”. Algunas respuestas desde la inteligencia emocional serían: “cuéntame por qué estás llorando”, “déjame ver qué sucedió”, “¿te asustaste?”, “el golpe no fue muy profundo”, “te hago un masajito y puedes regresar a tu juego”.
• El enojo es una emoción necesaria para aprender a poner límites, pero ante él acostumbramos decir: “Enojado te ves muy feo”. Es mejor aludir a frases como: “cuéntame lo que estás sintiendo”, “¿crees que lo que hiciste está bien?”, “¿necesitas un tiempo para calmarte y sentirte mejor?”.

Consejos para incentivar la inteligencia emocional en los niños

• Ayúdales a nombrar sus emociones en las situaciones del día a día.
• Expresa tus emociones como adulto asertivamente para darle ejemplo al niño.
• Enséñale técnicas de respiración y formas de recuperar la calma: pintar, jugar con plastilina.
• Lee en familia libros que tengan que ver con emociones.
• Observa con tu familia la película Intensamente y plantea un diálogo sobre las emociones.
• Realiza o crea juegos con las emociones, como elaborar máscaras con diferentes estados de ánimo o crear una obra de teatro. 

Conducir a un niño en el descubrimiento de sus emociones es una tarea que comienza con el testimonio personal del adulto y se fortalece viviendo cada experiencia como una oportunidad de aprendizaje. Empezar tu propio camino de descubrimiento emocional puede ser el primer paso.

Fecha de publicación: septiembre 10 de 2021.

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