El escritor y filósofo nos comparte una charla inspiradora en la que rescata el poder de la vida en sociedad para transitar por este momento de incertidumbre.

Imaginar el mundo nos abre la mirada a futuros posibles, mientras toma de la mano a los aprendizajes y acaricia la esperanza en el camino. Por eso, en medio de tiempos de incertidumbre como el que vivimos, las conversaciones se convierten en lugares, no solo de inspiración y refugio, sino también de encuentro y construcción.

La evidencia de ello está en la reflexión que el escritor y filósofo Fernando Savater nos comparte a través del ciclo de conferencias desde el cual, en alianza con el HAY Festival, buscamos abrirle campo al poder creativo y social de la imaginación colectiva. En esta charla, Savater nos habla desde su casa en País Vasco, España, sobre las “revelaciones” que nos está dejando el momento sin precedentes por el que transitamos como humanidad.

Precisamente en eso insiste el autor: lo estamos transitando juntos, en sociedad, y es justo esa nuestra mejor herramienta para luchar contra la vulnerabilidad que hoy nos abraza. , dice.

Y esa sociedad, nos cuenta desde su espacio íntimo, se edifica desde el conocimiento, la ciencia y la solidaridad, tres elementos esenciales hoy para superar la adversidad, contener la propagación del virus y darle sentido a la aparente soledad que rodea al planeta, pero también para que, cuando regresemos a lo que concebimos como normalidad, vivamos “a propósito y deliberadamente”.

Para él, esta situación extraordinaria trae consigo aprendizajes generosos que nos invitan a volver a lo simple, reescribir nuestras prioridades, disfrutar más de la vida y vibrar en complicidad con otros. Desde tener tiempo para la lectura y el humor, e incorporar las ciencias y el arte en nuestra cotidianidad, hasta cultivar la virtud de la gratitud: todo eso lo podemos vivir tanto en encierro como en libertad.

“Quizá dábamos mucha importancia al dinero y al prestigio. La ternura de una caricia, el calor humano, una palabra amable, un chiste contado a tiempo, la conversación, un paseo al borde del mar o por el campo, una buen vino y compartir comida con amigos… Lo elemental de la vida lo vamos a valorar más”, concluye.

Foto cortesía: HAY Festival

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