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Lo que debe saber sobre la falta de deseo sexual
30 septiembre 2016
Revista 5 Sentidos
Diferentes factores físicos y psicológicos pueden afectar la sexualidad tanto en hombres como en mujeres. Entérese de cuáles son esos problemas que están en el fondo de este asunto.
Cuando existe una anomalía en el deseo sexual se debe diferenciar si hay una pérdida de deseo general (apatía), si es falta de deseo específicamente sexual, si se está evitando un acercamiento aun sintiendo deseo, si es pérdida de deseo global, si ya no se desea a la pareja o las condiciones en las que se están dando los encuentros. Tener claro esto ayuda a identificar más fácilmente los orígenes del problema y buscar así una solución efectiva.
Mitos alrededor del deseo
1.¡Siempre listos! Antes se pensaba que el hombre siempre debía estar dispuesto a tener una relación sexual y quienes no respondían a este patrón eran cuestionados en su hombría. Desde 1966, con el estudio de Masters y Johnson, primer análisis científico sobre sexualidad, se sabe que hombres y mujeres funcionan más o menos de la misma forma: tienen excitación, meseta y resolución y su deseo se ve afectado por los mismos condicionantes.
2.La mujer frígida. El rol femenino decía que la mujer era objeto de deseo y debía responder al hombre que la escogiera. Como se consideraba simplemente un receptor, los esfuerzos masculinos por “ser deseados” eran mínimos. Era más una exigencia que un cortejo. De allí viene el famoso “dolor de cabeza” para evitar los encuentros y la cercanía sexual: era el único mecanismo de control para la mujer de entonces. En 1974 Helen Kaplan, psicóloga austriaca, propuso un cambio del modelo de Masters y Johnson e introdujo el término deseo sexual: antes de que la mujer se excite o tenga un orgasmo, debe haber deseo. La mujer deja de ser un objeto de deseo para ser una deseante.
3.El hombre, físico/la mujer, mental. Aunque los estudios del cerebro han demostrado que durante la excitación solo un área del cerebro masculino se activa y en el de la mujer son varias, ambos factores son importantes para los dos. Inseguridad, miedo a “no responder”, estrés afectan el deseo y el desempeño del hombre; y factores físicos como incomodidad por una irritación, miedo al dolor afectan el deseo y el desempeño de la mujer.
4.Primero el deseo, segundo la excitación y tercero el orgasmo. En el año 2000 la psiquiatra Rosemary Basson mostró cómo el deseo, la excitación y el orgasmo van en paralelo para la mujer y que estos están muy conectados con el estímulo: cuál hombre, cuándo, en qué forma el estímulo y en qué contexto.
5.Deseo ciego. El deseo y el desempeño sexual no son procesos biológicos ciegos, sino una cuestión de “búsqueda de recompensa”. Mientras más placentero y más sensaciones agradables se tengan, se va a querer repetición, mayor frecuencia y más búsqueda de encuentro. Si hay sensaciones desagradables o negativas, más se evitará.
6.Frecuencia adecuada. Aunque los estudios hablan de un promedio de 2 encuentros sexuales por semana en parejas con una relación sana, esto no quiere decir que sea el ideal o lo “normal”. La frecuencia la determina la pareja.
7.Si hay sexo regular, hay una relación sana. Muchas veces se dan encuentros porque uno de los miembros de la pareja, aunque no desee, se convierte en “complaciente”. El uno se siente satisfecho, pero el otro simplemente se siente “utilizado”. Si esto no se enfrenta, a largo plazo puede generar problemas de alejamiento emocional.
8.Se acabó el enamoramiento, se acabó el sexo. El amor tiene etapas y la del enamoramiento, cuando los neurotransmisores están disparados, no dura por siempre porque el organismo no lo resistiría, pero pasa a niveles más normales, que se deben alimentar y nutrir conscientemente con cercanía emocional, cuidado, creatividad y con la conciencia de que no todos los días el encuentro con el otro tiene que ser igual.
¿Qué causa la pérdida del deseo?
Las causas pueden ser fisiológicas o psicológicas:
Sexualidad y bienestar
La cercanía emocional, el disfrute sexual y el contenido erótico de la pareja favorecen la comunicación, el buen trato y el bienestar físico y emocional. De acuerdo con estudios, durante el orgasmo se segregan oxitocinas, un neurotransmisor asociado con crear y alimentar el vínculo y la relación. Es la biología del vínculo humano. Más aún, la frecuencia sexual mejora la comunicación y las relaciones diarias, ya que la serotonina y las endorfinas están modulándola y la persona está más relajada, tranquila y tolerante.
¿Quiénes son los X?
Actualmente se ha identificado un grupo de individuos que no tienen deseo sexual porque no les interesa el sexo. Es una decisión vital como lo es ser vegetariano. No están enfermos, no tienen problemas hormonales, de identidad ni psicológicos, sino que, simplemente, el sexo no es prioridad en su vida. Identificarlos a tiempo evita tratamientos e intervenciones costosas e innecesarias.