Hay muchos mitos y percepciones entorno a los beneficios o perjuicios de hacer una siesta, pues mientras para unos resulta necesario y reparador, otros lo ven como una excusa para hacer pereza o perder el tiempo. Lo cierto es que tiene muchas ventajas siempre y cuando se haga de la manera correcta, cuando el cuerpo lo necesite y durante un tiempo prudente.

El neurólogo Leonardo Serra, recomienda que la siesta dure entre 20 y 30 minutos máximo, para que sea un descanso reparador importante. Hacerlo por más tiempo nos llevaría a caer en un sueño profundo que se convertiría en tiempo de ocio y que le generaría al cuerpo mayor esfuerzo para despertar y continuar con las labores cotidianas.

Es tan importante descansar bien que la NASA financió un experimento en cooperación con el Instituto Nacional de Investigación Biomédica Espacial, con el objetivo de ayudar a los astronautas a hacer la siesta. Los resultados evidenciaron que algunas funciones cognitivas se benefician durante la siesta. El experimento no funcionó igual para los voluntarios del programa nocturno, es decir que la siesta fue más efectiva cuando los cuerpos de los astronautas pensaban que era de día, pues la mente en la noche pide un descanso más prolongado, mientras que en la tarde se puede programar para un breve sueño.

Dormir una siesta ayuda a relajarte, mejora tu estado de ánimo, incrementa tu rendimiento, hace que te concentres mejor y ayuda a tu memoria. Sin embargo, como todos los organismos son diferentes, algunas personas pueden perder capacidad de estar alerta, sufrir dolor de cabeza al despertar y hasta experimentar episodios de insomnio.

Según Daniel Vigo, especialista en psicofisiología e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Pensilvania, actualmente se duerme entre una hora y una hora y media menos que hace 50 años, por lo que se pueden desatar diferentes problemas de salud a causa de la falta de descanso.

Hacer una buena siesta requiere de algunos detalles que facilitarán un apropiado descanso. Estas son algunas recomendaciones para que esa pausa del día te recargue de la energía necesaria para el resto de tu jornada:

1. Elige un buen lugar. No todos los sitios son adecuados para hacer la siesta. Quedarse dormido en el escritorio de la oficina o en la silla en la que vas a seguir trabajando no son buenas ideas. Busca un lugar sin ruido, preferiblemente alejado de la luz y una superficie confortable. Algunas personas llevan a sus lugares de trabajo pequeñas colchonetas similares a las utilizadas para hacer yoga, fáciles de doblar y que aíslan el cuerpo del frío del suelo.

2. Una siesta corta es mejor. Aunque pudieras dormir más tiempo, evita que tu siesta se prolongue por más de media hora. Así no tendrás problemas de sueño ni alterarás los tiempos que acostumbras dormir durante la noche.

3. Nada reemplaza el sueño de la noche. No creas que una siesta ayudará a que tu cuerpo reemplace las horas de descanso que necesita. Si no has logrado dormir adecuadamente, una siesta común podría tener efectos contrarios en tu ánimo y sentido de alerta, haciendo que el resto del día tu sistema nervioso quede alterado.

4. No todos los días se podrá. Algunos días tienen una velocidad particular: reuniones, entregas, entrevistas, visitas a un cliente, cierres de fin de mes, etc. Es posible que en días agitados tu mente no sea capaz de frenar durante la jornada, así que no te esfuerces por obligarte a tomar una siesta, pues lo más seguro es que no logres un descanso relajante y por el contrario aumentes tu nivel de ansiedad por las tareas pendientes.

5. El celular no es amigo de la siesta. Antes de tomar tus 20 o 30 minutos de siesta, apaga los datos o el Wifi de tu móvil y déjalo a una distancia no menor a un metro. Puedes usarlo para activar una alarma que evite que ese tiempo se prolongue, una vez esta suene tendrás que levantarte pues no tendrás el celular tan cerca como para apagar la alarma y seguir durmiendo.

6. Un café puede hacerte bien. La cafeína se activa una media hora después de tomarla. Si tomas un café antes de tu siesta es probable que al despertar te sientas con una recarga importante de energía y llegues al final de la jornada con la vitalidad que necesitas.

Si todavía no tienes la costumbre de hacer la siesta, recuerda que un descanso corto puede ayudarte a recargar energías, a liberar tu mente del exceso de pensamientos, a bajar tus niveles de ansiedad y a tener jornadas felices y productivas en tu lugar de trabajo o durante tus actividades personales.

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