Ante una situación estresante comprende y entiende tus emociones sin apresurarte a reaccionar.
Al estrés hay que atenderlo a tiempo si quieres cuidar tu salud, no solo la mental sino también la física, protegiendo tu cuerpo de enfermedades potencialmente peligrosas. El asunto no es grave pero sí necesitas buena disposición, capacidad de reacción y considerar las recomendaciones de un experto.
Para compartirte algunas, hablamos con la psicóloga y gestora del riesgo en salud de SURA, Ana María Ramírez, quien está convencida de que el manejo de este conjunto de alteraciones “se basa en pura cuestión de actitud. Para nadie es una sorpresa que estamos viviendo días acelerados y con niveles altos de ansiedad, pero el cómo los sobrellevemos es lo que marca la diferencia”, dice.
Ana María reconoce que no se trata de algo nuevo: “El factor generador de estrés de nuestros antepasados de hace 20 000 millones de años era el ataque de un mamut. En la actualidad hay otros contextos como el exceso trabajo, la falta de comunicación en las relaciones de pareja. La diferencia es la forma como lo enfrentamos. Ellos actuaban a su favor, buscando un espacio para encontrar la calma y volver a enfrentar lo externo, nosotros de manera inmediata reaccionamos hacia lo externo, queriendo controlarlo todo; dejando de lado los efectos a nivel interno generados por esos factores estresantes. Hay que saber que hay un estrés bueno y uno malo y, sea cual sea, el manejo viene desde cada uno de nosotros”.
El primero se conoce como eustrés: es un estrés funcional y es necesario para ser efectivos ante ciertas tareas como la entrega de un informe final o una conferencia frente a cientos o miles de personas. Pero si permites que avance, se convierte en un estrés patológico llamado distrés: aquel con el que pretendes atender y resolver todos los factores que te preocupan de manera inmediata y a la misma vez. El distrés puede desencadenar ansiedad, desesperación, explosión o angustia.
Explicado por Ana María Ramírez, el distrés es cuando se trasciende la activación natural del organismo, ocasionado por el estrés, y se convierte en algo que te enferma y que puede traer consecuencias.
¿Cómo enfrentar una situación de estrés?
Entre las acciones que recomienda la sicóloga para enfrentar cualquier situación de angustia están:
- No apresurarse, el afán no lleva a ningún lado.
- Vivir el aquí y el ahora.
- No sufrir por el pasado ni preocuparse por el futuro.
- Tomar consciencia y aprender a estar atento.
- Aceptar las situaciones tal y como llegan, sin resistirse.
- Olvidarse de los juicios.
- Reconocer que no todo se puede controlar.
- Soltar y dejar ir.
- Despertar los sentidos y escuchar el cuerpo.
- Reconocer los pensamientos y emociones.
Respecto a este último punto, permítete sentir emociones, luego reconocerlas, entenderlas y expresarlas para, finalmente, canalizarlas y actuar desde estrategias planeadas con tranquilidad. Desde un plano saludable, agrega la experta, las emociones que reconocemos o percibimos como desagradables pueden ayudarnos a superar obstáculos. La ira, por ejemplo, lleva a una persona a tomar decisiones y el miedo le da herramientas parar prepararse mejor. Pero no se debe actuar en el mismo momento en el que llegan.
Esta canalización se logra haciendo un alto. Así como los del ejemplo del mamut subían a un árbol, tú debes encontrar tu propio espacio de quietud y seguridad. Según Ana María, “por desarrollo neurobiológico, hacer una pausa es importante porque da tiempo al evento o a la información de que llegue a nuestro cerebro racional. Casi siempre esta información está en la parte emocional, sin procesar ni analizar, y ya estamos actuando con reacciones que pueden ser dañinas”.
Sube a tu propio ‘árbol’
Ese lugar que elijas puede ser imaginario o real. Trata de que sea un espacio silencioso y libre de conflictos pues en él liberarás las ideas que te hacen daño en el momento de estrés.
No olvides que la ayuda principal es interna y depende de tu actitud: si la intención de combatir el estrés no viene de adentro, de tu compromiso de parar para reparar y tomar consciencia, el esfuerzo es insuficiente. Cuando cumplas este reto puedes acudir a prácticas como la meditación o la relajación para que tu cuerpo recupere la energía agotada.
Fecha de publicación: febrero 6 de 2020.
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