Lavarse las manos es un hábito de vida saludable para prevenir virus y bacterias que causan enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias.
“El hombre es inteligente porque tiene manos”, dijo el filósofo Anaxágoras. Y para corresponderles de la misma manera, nada mejor que cuidarlas y asearlas.
Usamos las manos para crear, sentir, expresar, trabajar, conectarnos y comunicarnos con los demás. Se trata de una herramienta muy valiosa para nuestro día a día. Por ello, es importante lavarse las manos diariamente, las veces que sea necesario.
Pero ¿te lavas las manos siempre?
De niños te enseñan a lavarte las manos antes de comer y después de ir al baño. Pero cuando creces dejas de hacerlo, a pesar de aumentar el contacto con objetos que pueden transmitir bacterias con facilidad.
Suficientes razones para lavarse las manos
El lavado de manos sirve para prevenir enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias en los niños. Incluso el número de muertes infantiles por diarrea se reduciría en gran medida si todos lavaran sus manos después de ir al baño y antes de tomar los alimentos.
Pero si las razones para lavar tus manos varias veces al día te parecen pocas, entonces presta atención:
- Es una actividad que te permite ahorrar visitas al médico, pues te protege de enfermedades.
- Solo necesitas agua, jabón y un par de minutos para cumplir con este hábito.
- Tus manos estarán limpias para tocar tranquilamente tu rostro o llevarte los dedos a la boca y ojos.
- No transmitirás una gran cantidad de virus y bacterias a tus seres queridos.
También es importante inculcar el lavado de manos a los pequeños como una actividad normal y automática de todos los días, algo que es capaz de salvar y mejorar millones de vidas.
Ten presente los momentos en que debes lavarte las manos:
- Al llegar a casa.
- Antes de comer o preparar alimentos.
- Antes de curar una herida o atender a alguien que está enfermo.
- Después de ir al baño.
- Después de sonarte la nariz, estornudar o toser (la mejor forma de estornudar y toser es sobre tus codos y no sobre tus manos).
- Después de manipular alimentos crudos, especialmente carnes.
- Después hacer el aseo de la casa.
- Después de sacar la basura.
- Después de cambiar pañales.
- Después de jugar con las mascotas o recoger sus excrementos.
- Después de hacer deporte.
Fecha de publicación: diciembre 4 de 2019.
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