Las crisis convulsivas son provocadas por descargas eléctricas irregulares en nuestro cerebro. Te contamos sobre sus características y cómo tratarlas.
El cerebro es uno de los órganos más complejos de nuestro cuerpo. Con un peso aproximado de un kilo y medio, este tiene, en promedio, ochenta y seis mil millones de neuronas. Para su funcionamiento normal requiere una descarga moderada y coordinada de impulsos eléctricos y, mediante estos estímulos, se comunica con la médula espinal, los nervios, los músculos y consigo mismo.
Sin embargo, cuando se altera la actividad eléctrica del cerebro, se producen inconvenientes en la salud. Entre los más comunes están las convulsiones. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 1 % de la población podría tener una convulsión en cualquier momento de la vida.
Hablamos con Diana Gómez, neuróloga de SURA, sobre las convulsiones y los mitos que se han generado en torno a estas.
¿Qué son las convulsiones?
Son episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar todo el cuerpo o una parte de este. Las convulsiones se acompañan de síntomas visuales, olfativos o auditivos y ocurren por la aparición súbita de una actividad eléctrica anormal en el cerebro. “Las características de las convulsiones pueden ser diferentes en cada persona. El 98 % de ellas duran menos de dos minutos.”, afirma la especialista.
Las crisis convulsivas pueden ser provocadas por condiciones anormales como hiponatremia (sodio bajo), consumo de alcohol o sustancias psicoactivas, hipoglicemia (azúcar bajo), algunos medicamentos o infecciones, entre otras.
Las convulsiones son el síntoma principal de la epilepsia. Cuando estas no son provocadas por ninguna de las causas mencionadas anteriormente y se tienen dos o más episodios, separados por 24 horas, puede ser epilepsia. No obstante, siempre es esencial el concepto médico para poder llegar a un diagnóstico.
Síntomas de las crisis convulsivas
Estos varían dependiendo del área comprometida. Por ejemplo: si se afecta la parte visual, específicamente el lóbulo occipital, la persona podría presentar síntomas de alteración de la vista. Si se genera en el área motora, manifestaciones relacionadas con el movimiento, es decir, una desconexión generalizada que perjudica el autocontrol en las extremidades.
Las crisis también pueden presentarse con pérdida de conocimiento, caídas al piso, rigidez, movimientos involuntarios de extremidades, exceso de saliva, incontinencia de esfínteres, mordedura de lengua, brincos o sacudidas, entre otros efectos.
Adicional a esto, suelen estar precedidas por sensaciones como olores, sabores y episodios de déjà vu que avisan al paciente que viene una crisis.
Tipos de convulsiones
- Convulsiones focales: se producen a causa de la actividad eléctrica anormal en una parte del cerebro y pueden ocurrir con la pérdida del conocimiento o sin ella. En este conjunto existen dos tipos: convulsiones focales con alteración de la conciencia y convulsiones focales sin pérdida del conocimiento.
- Convulsiones generalizadas: a diferencia de las anteriores, estas menoscaban las áreas del cerebro en su totalidad y generan parpadeo rápido, rigidez muscular, pérdida del control muscular, entre otras consecuencias. Los diferentes tipos de convulsiones generalizadas son: crisis de ausencia, crisis tónicas, crisis atónicas, etc.
¿Qué hacer y qué no ante una crisis convulsiva?
Lo principal es mantener la calma, pues en ocasiones los movimientos involuntarios de quien padece una crisis pueden asustar a los presentes. La neuróloga Diana Gómez confirma la importancia de ayudar a la persona afectada: “Lo mejor es ubicarla en el suelo, de medio lado, protegiéndola de golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo”.
Además, es importante observar los ojos y la postura de la cabeza y las extremidades para comunicarle estos signos al especialista. Durante el episodio, quien auxilia debe medir el tiempo y, si este tiene una duración de entre tres y cinco minutos y el paciente no recupera la conciencia, se debe acudir al servicio de urgencias más cercano.
Otros consejos de la experta son:
- No grites.
- No inmovilices al paciente ni le introduzcas objetos en la boca: esto puede causarle lesiones (y también a quien intenta ayudarle).
Desmintiendo creencias:
- Las convulsiones matan neuronas
Falso: su duración es muy corta y no alcanzan a afectar las neuronas cerebrales. Solo las personas en estado epiléptico pueden padecer este riesgo. Sin embargo, no aplica en todos los casos.
- La epilepsia solo se presenta en jóvenes.
Falso: puede iniciar en cualquier momento de la vida.
- Las convulsiones producen retardo mental o discapacidad.
Falso: de las personas que sufren epilepsia, el 70 % se controla con medicamentos y puede tener una vida normal.
Recuerda que el diagnóstico y tratamiento posterior depende de la valoración de un médico. Cada caso es distinto y debe ser estudiado a profundidad. Ten en cuenta estos consejos y, si presentas alguno de los síntomas o conoces a alguien que los padezca, no dudes en consultar.
Fecha de publicación: marzo 25 de 2020.
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