¿Qué hacer para que el aislamiento no afecte tu mente?

Conoce cómo mantener una mente saludable durante la cuarentena y cómo gestionar tus emociones.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud​ (OMS), la salud es un estado de completo bienestar y no solo la ausencia de afecciones o enfermedades. Por tal razón, se requiere una alineación esencial para que haya integralidad: la salud física debe estar conectada con la salud mental.

La misma entidad define la salud mental​ como una condición humana con la que desarrollas capacidades para enfrentar el estrés normal de la cotidianidad, trabajar de forma productiva y contribuir a la comunidad. Andrea Pérez, sicóloga especialista en seguridad y salud en el trabajo y líder nacional de salud mental de la Consultoría en Gestión del Riesgo de SURA, afirma que “tener una buena salud mental es importante cuando se busca solucionar problemas, tomar decisiones y tener un equilibrio personal, social y relacional”.

Hoy más que nunca, en medio de las dificultades que atraviesas por el aislamiento colectivo y la emergencia sanitaria, es importante que te preocupes por cuidar tu mente para disfrutar la vida a pesar de los desafíos que enfrentas. Y es que una mente sana —dice la experta— te lleva a conocer cosas de ti, a ganar autoestima y autoeficacia, lo que te permite estar en armonía contigo y con las demás person​as”.

¿Cómo cuidar tu salud mental?

Las personas que están emocionalmente sanas tienen el control de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos y, al sentirse bien con ellas mismas y tejer buenas relaciones, son capaces de recuperarse de los contratiempos. Esto, según la OMS, no significa estar feliz todo el tiempo, sino ser consciente de las emociones positivas y negativas para lidiar con ellas: estas personas sienten estrés, ira y tristeza, pero pueden distinguir si un problema sobrepasa su manejo y también saben cuándo buscar ayuda.

De acuerdo con Andrea Pérez, “por lo general, cuando a alguien le dicen salud mental suele pensar en algo negativo, en un trastorno o problema de la mente, pero esto no es así. La salud mental es buena y hay que mantenerla, pero hay que partir de la visión del ser humano: aquel que está conformado por los aspectos biológico, sicológico, emocional, cognitivo, comportamental y, por supuesto, una dimensión espiritual”.

Siendo así, encargarte de tu salud implica acudir a prácticas de autocuidado como la higiene del sueño (dormir entre siete horas y media y ocho horas), la actividad física, la alimentación sana y consciente (disfrutando lo que comes) y la regulación emocional.

Es importante no solo que reconozcas qué te transmiten y enseñan tus emociones, sino también que desarrolles capacidades y habilidades individuales como aprender a resolver un problema, a tener conversaciones con los demás y a hablar de lo que te pasa: “Poner en la palabra y en el discurso lo que estamos sintiendo es un proceso importante para cuidar nuestra salud”, puntualiza Andrea.

Por último, plantea que plasmes por medio del arte (pintura, música, escritura, entre otras expresiones) tus sentimientos para después reflexionar sobre ellos en instantes de respiración, oración o meditación, pues, dice Pérez, “estos espacios resultan fundamentales para el manejo adecuado y saludable de tus pensamientos”.

Mantén tu salud mental en el trabajo remoto

El trabajo a distancia, al que nos ha llevado la emergencia por el covid-19, “nos reta a establecer pautas organizacionales, profesionales y personales para garantizar eficiencia, balance vida-trabajo y cuidado de la salud”, afirma Luz Amparo Plata, profesional sicosocial y de salud mental de ARL SURA.

La experta comparte las siguientes recomendaciones:

• El trabajo remoto es una oportunidad para que los líderes consoliden su rol dentro de sus equipos: no se trata de establecer un número de interacciones, sino de tener conversaciones de calidad (así sean pocas, lo importante es que fortalezcan la confianza, la autonomía y el cumplimiento de logros). También hay que abordar el estado emocional de las personas y cómo se han sentido.
• La casa sigue siendo el lugar para el descanso y los líderes deben promover la planeación y conciliación de esos momentos: definir horarios y agenda y que todos, sin excepción, los cumplan.
• Las personas ahora comparten espacios de manera permanente con su grupo familiar, por esta razón, las empresas pueden asumir como naturales las interrupciones que se presenten durante la jornada de trabajo por el manejo de los niños, las mascotas, los adultos mayores o las personas con discapacidad.
• Los cuidados por el covid-19 implican labores domésticas y estas, a su vez, se suman a la carga diaria de obligaciones. Entre las facilidades que las empresas tienen por brindar está la flexibilización de algunos tiempos. Por ejemplo: ampliar el horario del almuerzo, disminuir las reuniones innecesarias y asegurar el desarrollo del trabajo por objetivos.

Fecha de publicación: mayo 7 de 2020.

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