Comer de manera balanceada y sin restricciones que comprometan tu bienestar es posible. Te contamos cómo llevar una alimentación saludable y sostenible que te haga sentir bien.
Llevar una alimentación saludable es fundamental para prevenir enfermedades, tener la energía que requieres, cuidar tu salud mental y mantener un peso adecuado de acuerdo con tu composición corporal. Consumir los alimentos que te benefician no implica seguir dietas restrictivas ni renunciar a lo que te gusta; se trata de dar pequeños pasos hasta lograr un balance sostenible en el tiempo.
Estas recomendaciones pueden ser útiles en tu tránsito hacia una alimentación más consciente que se convierta en un hábito reflejado en todos los aspectos de tu vida.
Saber elegir los alimentos es clave
Cuando renuncias a algo, te desgastas pensando en lo que dejas de consumir. Por eso, lo mejor para lograr un resultado efectivo es enfocar la energía en lo que quieres para ti, cambiando el no puedo por el sí quiero.
Una elección adecuada de los productos que consumes regularmente es fundamental, así que opta por los más naturales y con mejores nutrientes en lugar de los procesados. Aunque existen muchas versiones sobre las ventajas y desventajas de comer carne y lácteos, lo importante es que cada decisión que tomes sobre tu nutrición esté respaldada por el conocimiento de un profesional que conozca tu condición de salud.
Aprende a hacer sustituciones saludables
El pan y los cereales, como el arroz y el maíz, debes consumirlos en su versión integral. La fibra de estos granos es necesaria para asimilar correctamente sus nutrientes y ayuda a reducir el índice glucémico.
Por su parte, el azúcar es el resultado de un proceso industrial en el que se sustraen sales minerales y oligoelementos de la planta original (caña o raíz de remolacha). Al consumirla, esta toma del organismo vitaminas del grupo B, calcio y otras sustancias vitales, restándote nutrientes. Para evitar esto, remplázala en cantidades prudentes con panela (azúcar de caña sin refinar), dátiles y otras frutas, estevia natural, sirope de agave y melazas de cereales.
Otras opciones saludables son:
- A la hora de hacer un postre o acompañar el cereal, sustituye la leche animal por alguna de sus variantes vegetales como la bebida de almendras, arroz o avena. Notarás una diferencia con respecto al sabor y la textura, pero te acostumbrarás con el tiempo.
- Los alimentos vivos son aquellos que no se han procesado, por lo que conservan todas las vitaminas y las enzimas de manera natural, como frutas y verduras sin cocinar.
- Una forma fácil de incorporar a tu vida los fermentados, germinados y alimentos deshidratados (que forman parte de los alimentos vivos) es agregar ensalada en cada comida.
- Añade al desayuno o la merienda un batido verde, combinando una fruta ácida (limón, naranja, guayaba) con verduras, preferiblemente de hojas verdes.
- En lugar de comer una empanada, un buñuelo o un pastel en medio de las comidas, opta por grasas saludables que encuentras en los frutos secos: almendras, pistachos o nueces (la cantidad que quepa en tu mano). Aguacate, frutos secos, aceite de oliva y semillas de linaza o de chía son otra opción para tus antojos.
- Crispetas caseras, frutos secos bajos en sal, semillas o aceitunas, uvas o ciruelas pasas son otra alternativa saludable si te dan ganas de ‘mecatear’ en casa o en el trabajo.
- Remplaza los embutidos (carnes de baja calidad mezcladas con grasa animal y químicos que le dan color y sabor) por atún sin sal, carnes maduradas, huevo duro y aguacate.
Anímate a mejorar tus hábitos alimenticios con estos cambios que te aportan vitaminas, fibra, minerales y energía. Recuerda que la alimentación saludable debe complementarse con la realización de actividad física periódica; yoga, pilates, trotar, correr y caminar son ejercicios que se pueden adaptar a tus gustos y necesidades. Antes de empezar, consulta al médico.
Amplía la información sobre alimentación saludable en el episodio de Pódcast SURA que escuchas en Spotify aquí.
Fecha de publicación: diciembre 28 de 2020.
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