Lactancia materna: mitos y recomendaciones

Existen numerosos mitos alrededor de la lactancia materna. Una experta los aclara y comparte algunos consejos para tu bienestar y el de tu bebé.

La lactancia materna es la forma natural en que le proporcionas a tu hijo el alimento ideal para su crecimiento y desarrollo. Así lo asegura Bibiana María Álvarez, nutricionista dietista de SURA y consultora internacional en lactancia materna, quien se apoya en la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) frente a la lactancia como una práctica exclusiva durante los primeros seis meses de vida (sin que el bebé consuma ningún otro alimento o bebida, ni siquiera agua) y que, posteriormente, reciba alimentos complementarios, junto con la lactancia materna, hasta los dos años o más.

 Sin embargo, abundan los mitos alrededor de esta fase esencial, los cuales pueden generar temor o preocupación. Álvarez aclara, a continuación, varios de ellos y sugiere que consultes siempre al médico antes de tomar cualquier decisión que llegue a afectar tanto tu bienestar como el de tu hijo.

Mitos relacionados con la alimentación

• ¿Si lacto debo comer el doble para producir más leche?

El estímulo para la producción de leche lo da la succión de tu bebé a libre demanda. Lo importante es que tengas una dieta balanceada, que incluya todos los grupos de alimentos, y que te mantengas hidratada.

• ¿Es necesario que restrinja el consumo de algunos alimentos para evitar gases y cólicos en mi bebé?

Puedes continuar con tu alimentación habitual. No obstante, el consumo excesivo de leche de vaca y sus derivados quizá desarrolle procesos alérgicos en los bebés, principalmente en aquellos con mayor predisposición. Asimismo, es vital controlar el consumo de gaseosas, té, café y chocolate, pues podrían irritar a tu hijo.

• ¿Algunos niños son alérgicos a la leche materna?

La leche materna es la sustancia más natural y fisiológica para tu bebé. Si él muestra señas de sensibilidad relacionada con tu alimentación, puede ser por alguna proteína ajena que entró en contacto con tu leche. Consulta al médico y elimina, por un tiempo, el alimento que identifiques como perjudicial en tu dieta.

Mitos relacionados contigo y tus condiciones físicas

• ¿Es verdad que si tengo senos pequeños no podré amamantar o produciré menos leche?

El tamaño de tus pechos se relaciona con la cantidad de grasa que hay en ellos, no con la capacidad de producción de leche.

• Si tengo pezones planos o invertidos, ¿puedo amamantar?

 Los bebés agarran el seno desde la areola, no desde el pezón. Con un adecuado acompañamiento y una buena técnica puedes lograr una lactancia feliz.

• Si amamanto, ¿mis senos se caen?

El principal cambio en tus pechos se produce durante el embarazo debido al aumento del tamaño. Su caída depende de factores como la distensión de la piel, la cantidad de grasa corporal, tu edad y factores genéticos.

• ¿Debo suspender la lactancia en caso de tomar medicamentos o quedar embarazada de nuevo?

La mayoría de los medicamentos que te envían son compatibles con la lactancia y llegan a tu leche en cantidades inofensivas para el bebé. Sin embargo, antes de que te ordenen un tratamiento, informa que estás lactando. Por otro lado, aun estando embarazada y si así lo deseas, es posible que continúes amamantando. Es más, puedes alimentar a ambos hijos después del parto de manera satisfactoria.

• Si me sometí a alguna cirugía (aumento o reducción de senos), ¿puedo amamantar?

Sí, puedes alimentar a tu recién nacido, pero debes contar con acompañamiento oportuno durante el proceso.

• ¿No debo ejercitarme durante la lactancia?

 La actividad física y la lactancia son compatibles. El ejercicio te aporta bienestar.

• ¿La baja producción de leche se hereda de madres a hijas?

La producción de leche se relaciona con la frecuencia de colocación al seno, el buen agarre y la succión efectiva, que permiten el correcto vaciado del pecho.

• ¿El calostro (la primera leche producida por tus pechos) es insuficiente para alimentar a mi bebé?

El calostro está adaptado a las necesidades específicas del recién nacido y contiene nutrientes y factores de defensa que fortalecen su sistema inmunitario. Es la primera ‘vacuna’ de tu bebé, muy nutritiva y rica en proteínas y vitaminas.

• ¿Mi bebé llora porque queda con hambre o porque mi leche no es suficiente?

El llanto es la forma de comunicación de tu bebé. Este llora porque tiene hambre o dolor, necesita calor o consuelo, o porque está incómodo, asustado o insatisfecho. Si asocias el llanto solo con hambre, es probable que acudas a complementos innecesarios. En caso de que tu hijo llore por apetito, ponlo de nuevo en tu pecho.

• ¿Debo espaciar las succiones para que mis senos se llenen de nuevo?

Es fundamental que amamantes frecuentemente: a mayor succión y constante vaciamiento del pecho, mayor producción de leche.

• ¿Todas las mujeres producimos leche suficiente y de buena calidad?

Todas las mujeres producen leche de buena calidad y en cantidad suficiente para su bebé. Alimenta al tuyo sin restricciones.

• Si mi bebé toma leche con mucha frecuencia, ¿me quedaré sin ella o sin la capacidad de producirla?

 Existen episodios de mayor consumo de leche por parte de tu hijo, puesto que pasa por picos de crecimiento. En algunas ocasiones, además, hace más tomas por sed, pero siempre puedes estar disponible para satisfacer estas necesidades.

• Si le doy leche a mi bebé cada vez que pide, ¿lo puedo malcriar?

Tu hijo no solo necesita la leche materna para alimentarse, sino también para tener contacto físico. Un apego seguro será la base de su confianza y autoestima.

• ¿Es posible que mi leche sea muy aguada?

Tu leche varía durante la toma, así que es vital que tu bebé reciba tanto la leche inicial (es más clara, rica en agua, lactosa y proteínas) como la final (rica en grasa). 

• Después de los doce meses, ¿mi leche no le aporta casi nada al bebé?

La leche humana continúa siendo importante a esa edad, pues le aporta al niño 40 % de sus requerimientos de energía.

Mitos sobre la técnica de amamantamiento

• ¿Debo amamantar en un horario regular, cada dos o tres horas, y entre diez y quince minutos por cada seno?

Este proceso es libre, sin restricciones ni horarios. Deja que tu bebé termine cuando esté satisfecho y que obtenga la leche del inicio y del final de la toma.

• ¿Los pezones me duelen o se agrietan porque mi piel es delicada, porque no los preparé durante la gestación o porque mi hijo toma leche por períodos largos?

Tanto el dolor como las grietas del pezón son provocados por no ubicar al bebé en tu pecho de manera adecuada, lo que lleva a un mal agarre del mismo. Estos también podrían ser síntomas de infección u otros problemas de mama, así que consulta al médico.

• En cada toma de mi bebé, ¿debo darle de ambos senos?

Antes de ofrecerle el segundo, haz que tu bebé tome el primer pecho completamente para que obtenga la leche más rica en grasa, que es la que sale al final.

Beneficios de la leche materna

La leche que produces es el alimento apropiado para tu bebé, pero los beneficios no son solo para él, sino también para ti, tu familia y la sociedad. Te contamos más en la siguiente infografía.

Lactancia materna y covid-19: lo que debes saber

Ana María Salgado, enfermera experta en lactancia materna, recomienda extremar los cuidados en tiempos del covid-19, sobre todo antes y después del parto: debes restringir las visitas en tu casa, pues exponerte a varias personas incrementa el riesgo de contraer el virus y, por ende, contagiar a tu bebé.

Siempre que sospeches de una infección respiratoria en tu hogar, tú y tu familia deben acudir al uso de mascarilla. “La OMS no recomienda aislar al bebé, pues necesita los nutrientes de la leche materna y el vínculo que forma con su mamá. No obstante, se debe contar con la recomendación de un pediatra”, afirma Ana María. 

En SURA queremos que disfrutes esta etapa única. Cada proceso es distinto, así que evita comparar tu experiencia con la de otras madres y no dudes en buscar ayuda profesional.

Fecha de publicación: julio 29 de 2021.

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