Hábitos clave que ayudan a dejar el cigarrillo

Dejar de fumar es un proceso complejo que requiere ayuda de expertos y fuerza de voluntad. Te contamos por qué es difícil, cuáles son los beneficios de hacerlo y algunos hábitos clave.

Fumar cigarrillo es un hábito al que se ingresa de manera muy lenta, con la promesa de que va a calmar la ansiedad, de que es socialmente deseable o de que va a generar nuevas experiencias. Sin embargo, es común que se transforme en una rutina que se sale del control de las personas, en una adicción compleja de abandonar debido a que produce síndrome de abstinencia.

Este se refiere a un conjunto de síntomas que aparecen cuando los fumadores suspenden el consumo de alguna sustancia a la cual su cuerpo está habituado. De este modo, una persona que fuma tabaco con constancia se acostumbra a él, por lo que su organismo lo demanda para mantenerse en un estado parcial de equilibrio. En cuanto el consumo se interrumpe, el cuerpo se descompensa.

Síntomas del síndrome de abstinencia

• Malestar general y náuseas.
• Sudoración en las manos y en la frente.
• Presión alta y palpitaciones en el pecho.
• Pérdida del apetito.
• Irritabilidad, ansiedad de rebote e insomnio.

Estos síntomas son los principales responsables del aprieto que significa dejar de fumar. Por eso es esencial que, quienes son dependientes de la nicotina, reciban asesoría y, en lo posible, tratamiento farmacológico dirigido por un especialista.

¿Cómo dejar de fumar?

El primer paso para dejar el cigarrillo consiste en tomar la decisión de hacerlo. Se trata de entender que el consumo no ofrece ningún beneficio significativo. Luego, hay que hacer un cambio en el estilo de vida y adoptar hábitos como los que se presentan en la siguiente infografía.

Beneficios de abandonar el cigarrillo 

• A la semana de no fumar, empieza a mejorar la percepción de las comidas y el olfato. Al mes, la capacidad respiratoria y el estado físico.
• Al año de haber dejado el cigarrillo, el riesgo cardiovascular se reduce a la mitad del que se tiene cuando se es fumador. Pasados más de cinco años, este riesgo es casi el mismo que el de una persona que nunca ha fumado, siempre y cuando el proceso de abandono se dé a una edad temprana, que permita la sanación del cuerpo.

Fecha de publicación: abril 5 de 2022.

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