Ergonomía en el trabajo remoto: claves para conservar tu bienestar

Trabajar desde casa o un lugar distinto a la oficina implica tener presentes las condiciones ergonómicas de ese nuevo espacio para asegurar tu bienestar y el desarrollo adecuado de tus labores. Conoce algunas recomendaciones para aplicarlas en tu jornada.

La ergonomía del trabajo es un concepto que va más allá de la prevención de enfermedades laborales. Como lo explica Fabiola Castaño, ergónoma y consultora en gestión del riesgo de SURA, este término es más integral en tanto te da las pautas necesarias para que aproveches al máximo tu jornada, encuentres un sitio adecuado para laborar, cuides tu cuerpo y reconozcas tus emociones.

Como el hogar se convirtió en el nuevo espacio para trabajar, hay que establecer límites con el fin de que también haya tiempo para el aprendizaje, la diversión y el descanso. Para ello, la experta recomienda realizar un cronograma que incluya aspectos como:

• ¿A qué hora te despiertas?
• ¿Cuánto tiempo necesitas para desayunar con calma?
• ¿A qué hora es tu primer descanso?
• ¿Cuánto tiempo destinas para almorzar?
• ¿A qué hora es la segunda pausa del día?
• ¿En qué momento termina tu jornada laboral?
• ¿Qué haces en tu tiempo libre?
• ¿A qué hora te acuestas?

Las pausas activas son innegociables: quince minutos bastan para desconectarte del trabajo, compartir con tu familia o mascota y estirarte (enfócate en tu cuello, brazos, dedos y piernas). Asimismo, es clave que respires de forma consciente para reducir el estrés.

Para prevenir el sedentarismo, muévete en el día. Por ejemplo: si estás en una reunión o llamada, y si es posible, desplázate por la casa mientras hablas o escuchas de manera que no estés sentado siempre.

Conciencia corporal: camino para aprender a escuchar tu cuerpo

Antes de profundizar en este aspecto, detente y analiza cómo están tus pies, espalda, manos, antebrazos y visión. Esto es necesario porque, precisamente, la conciencia corporal invita a comprender la importancia de adoptar una postura que favorezca tu salud integral. Para lograrlo debes identificar tus puntos de contacto, es decir, las partes del cuerpo que te soportan y permiten que te relaciones con los objetos y elementos de trabajo.

• Punto de contacto visual: determina la postura cervical. Si estás acostumbrado a tener la cabeza inclinada, ajusta la altura de tu computador o celular y mantén la espalda recta.
• Punto de contacto de las manos y los antebrazos: influye en la postura de los brazos. Al digitar, evita que el teclado esté en la orilla de la mesa para que el último tercio del brazo esté apoyado en la superficie.
• Punto de contacto lumbar y pélvico: te posibilita tener una buena posición de la espalda y los pies para sentir mayor apoyo y estabilidad. No inclines los pies hacia atrás, ponlos al frente, recuéstate sobre el espaldar de la silla y mantén la cadera apoyada.

El reto está en aplicar estas recomendaciones en cualquier lugar. Si decides laborar en el sofá, estás en un coworking o compartes el escritorio con tus hijos, asegúrate de identificar y alinear los puntos de contacto. “Todo el tiempo se realizan cambios y ajustes posturales, pero es fundamental no adoptar posturas forzadas como un hábito”, dice Fabiola.

Proteger tu cuerpo también implica entender tus necesidades particulares. Todas las personas son diferentes, aunque tengan una altura o contextura corporal similar. En ese sentido, si compartes tu puesto de trabajo, ajusta la altura del computador antes de comenzar la jornada para que tu postura sea neutra.

Adapta tus dispositivos

El celular y el computador son esenciales para el trabajo remoto, por eso úsalos con responsabilidad:

• Ajusta el tamaño de la letra y el brillo de la pantalla según tus necesidades y el lugar en el que estés.
• Mantén la cabeza, el cuello y los brazos en una postura recta. 
• Sé consciente del tiempo que pasas frente a la pantalla y establece límites. 
• Si usas computador portátil, cuenta con base, mouse y teclado para que tus puntos de contacto tengan un ángulo de noventa grados.
• Utiliza la opción de dictado por voz para evitar la postura que adoptas al chatear, que consiste en agachar la cabeza y flexionar el cuello, lo cual no es recomendable.

Equilibrio entre mente y cuerpo

Ahora que sabes cómo cuidar tu salud física, identifica las condiciones de tu ambiente de trabajo y dale sentido a lo que haces automáticamente. Pregúntate dónde estás, qué sientes y cómo estás respirando. La ergonomía del trabajo implica ser consciente de las acciones del día a día, que van desde el uso del espacio y los dispositivos hasta la forma en que organizas tu tiempo y escuchas tu cuerpo.

Incorporar estas pautas en tu cotidianidad y convertirlas en hábitos impacta tu productividad y ayuda a prevenir enfermedades asociadas al desgaste y la fatiga laboral.

Fecha de publicación: junio 23 de 2021.

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