Todo lo que necesita saber sobre la copa menstrual

Cada vez se posiciona como una alternativa ecoamigable, económica y efectiva. Descubra por qué más mujeres la integran a su cotidianidad.

Cada vez se posiciona como una alternativa ecoamigable, económica y efectiva. Descubra por qué más mujeres la integran a su cotidianidad.

Solo en Norteamérica, cada año alrededor de veinte billones de tampones y toallas higiénicas terminan en los basureros y cada uno puede tardar cien años en biodegradarse, pero esto no es todo.

Un estudio realizado por el Royal Institute of Technology de Estocolmo reveló que el mayor impacto en el calentamiento global lo tiene el procesamiento del polietileno de baja densidad (LDPE) que se utiliza en los aplicadores de los tampones y en el dorso plástico de las toallas, que requiere el gasto de enormes cantidades de energía para su producción. Según el estudio, un año de productos sanitarios de una mujer promedio deja una huella de carbono equivalente a 5,3 kg de CO2. Si se tiene en cuenta que alrededor de 50% de la población mundial menstrua, el tema toma una importancia enorme.

Actualmente existen alternativas que van ganando popularidad por dicha causa:toallas reutilizables, esponjas y copas menstruales, estas últimas ganan terreno rápidamente por su funcionalidad, facilidad de manejo y porque son ecológicas, económicas (una copa puede durar diez años) y saludables.

¿Qué es?

Un recipiente reutilizable, de uso vaginal, que se utiliza para recoger el fluido menstrual. Hoy son de silicona medicada, un material suave, cómodo, flexible, resistente, fácil de lavar y esterilizar y sobre el que, hasta el momento, no se conocen reportes de intolerancia o alergias. Se encuentra en tallas de la S a la XL para que se adapte a todo tipo de organismo, desde las niñas que están comenzando a menstruar hasta las mujeres adultas con varios partos. Escoger la talla adecuada es fundamental para que funcione correctamente y por ello se recomienda pedir la asesoría del ginecólogo o ginecóloga de cabecera.

¿Cómo se utiliza?

La copa se inserta doblada en forma de “C” y se introduce en el tercio inferior de la vagina, donde recupera su forma natural, sellando y reteniendo el líquido. No es porosa, rugosa ni fibrosa, por lo cual no lastima ni seca las paredes vaginales. Si se ha escogido la talla adecuada y se ha colocado bien, no debe haber escape. Si se ha puesto mal, puede ocurrir un poco de fuga, lo que se soluciona rotándola en el sentido de las manecillas del reloj hasta que se adapta a los músculos de la vagina, por medio de la chupa de manejo que tiene en su exterior.

¿Cómo funciona?

A diferencia de los tampones o las toallas higiénicas, la sangre no se absorbe, sino que se almacena. El dispositivo va recogiendo el fluido a lo largo del día y dependiendo del volumen menstrual, se puede vaciar cada cuatro u ocho horas. Después de verter en el sanitario el contenido de la copa, lávela con agua fría y jabón común, seque bien con una toalla de papel y recoloquésela. Puede utilizarse para ir a piscina, hacer ejercicio o puede dormir con ella sin riesgo de escape ni incomodidad.

¿Es segura?

La vagina requiere las bacterias propias para mantener controlado su pH y defenderse de infecciones. Estas bacterias son muy susceptibles a los cambios de pH y necesitan respirar para sobrevivir. Al ser de silicona medicada, las copas no absorben la sangre y por su ubicación específica no alteran el pH de la zona íntima femenina, permiten la respiración normal de la vagina y por lo tanto ayudan a mantener el equilibrio en esta delicada área.

¿Cómo se limpia y cuida?

Es importante lavar bien las manos con agua y jabón antes y después de removerla o colocarla. Una copa puede soportar alrededor de treinta mililitros, pero la frecuencia de vaciado depende del volumen de la menstruación de cada cual. Una persona con menstruación normal, que cambia su toalla dos o tres veces al día, puede vaciar la copa cada ocho horas. Una persona con menstruación más abundante puede vaciarla cada tres o cuatro horas. Cada vez que se vacíe, la copa debe lavarse bien con agua y jabón, secarla con una toalla de papel y colocarla de nuevo. Al terminar el ciclo se debe esterilizar lavando bien con agua y jabón y luego enjuagando de nuevo con agua hervida.

Mitos

• Miedo de las madres a que sus hijas “pierdan su virginidad” por culpa de la copa; hecho imposible, ya que solo llega al tercio inferior de la vagina.
• Interferencia o contaminación con la orina; factor improbable, ya que se trata de dos orificios independientes.
• Alergias: cierto si se fabricaban de látex, pero no aplicable a las copas de silicona medicada, de las que no se ha reportado ningún caso de alergia.
• Shock tóxico: fue una enfermedad debida a la liberación de toxinas por parte de los tampones, pero hoy en día casi no se ve. En el caso de la copa menstrual no es posible, ya que solo está hecha de silicona medicada, sin colorantes, conservantes, ni nada que pueda generar liberación de sustancias.

En Colombia las copas menstruales aún no se consiguen en las farmacias, pero sí pueden comprarse por Internet. Cerciórese de que tengan certificación del Invima, de la FDA (Food and Drug Administration) norteamericana o la EMEA (Agencia Europea de Medicamentos) europea y pueda comprobar que sí son hechas con silicona medicada.

Fuente: María Isabel Sepúlveda Arroyave, M. D. Ginecóloga.