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Todo lo que debe saber de la nariz

3 agosto 2018 Revista 5 Sentidos

Conozca las principales funciones de este órgano y ponga en práctica algunas recomendaciones para su cuidado.

Conozca cuáles son las principales funciones de este importante órgano y ponga en práctica algunas recomendaciones para su cuidado.

Función ventilatoria

Su anatomía y sus estructuras proporcionan irregularidades (válvula nasal, tabique nasal y cornetes) que hacen que el aire inspirado fluya hacia arriba, hacia la porción olfativa de la nariz. Pero este aire no puede permanecer tal y como lo aspiramos, debe llegar lo más limpio y estéril posible al sistema respiratorio inferior. La nariz es la primera barrera de defensa del organismo y esto lo logra de varias formas:

  1.  Los pelos de la nariz son la primera barrera mecánica. Impiden el paso de partículas grandes de polvo y polen, entre otros.
  2.  La mucosa nasal tiene dos estructuras fundamentales en los procesos de defensa que son las células calciformes, que producen el moco y las vibrisas, una especie de vellosidades que baten moviendo el moco hacia atrás evitando que se acumule. Al día producimos y tragamos sin darnos cuenta aproximadamente un litro de moco.
  3.  El moco nasal se compone 95% de agua, 3% de elementos orgánicos y 2% de minerales. Aparte de filtrar (es una barrera viscosa y pegajosa que captura las partículas de mayor tamaño en forma mecánica), humidifica la mucosa nasal y proporciona propiedades de defensa e inmunológicas importantes por medio de células especializadas que secretan enzimas (lisozimas), proteínas (inmunoglobulinas) y sustancias antioxidantes que nos permiten combatir los virus y las bacterias.
  4.  La nariz también funciona como un calentador de paso: el aire frío que entra se va calentando al tener contacto con el sistema circulatorio que rodea las paredes nasales. Si el aire externo es demasiado caliente, al circular por las cavidades se humidifica y disminuye su temperatura.

Función olfativa

El olor viaja desde el exterior al techo de la nariz donde se encuentra la zona olfativa y se impregna en una mucosa en la que se encuentra una base de datos innata de mil olores y células y terminaciones nerviosas especializadas que traducen el estímulo químico (el olor) a un estímulo eléctrico que entiende el cerebro. La información se envía a diferentes zonas del cerebro: al núcleo olfativo central (más primitivo y básico); al núcleo lateral, que tiene ramificaciones hacia el lóbulo frontal y que genera las sensaciones, experiencias y aprendizajes (experiencia organoléptica), y al sistema límbico, que da la emoción, la pasión y el recuerdo y con el que cada cual dará su veredicto particular sobre el mismo (me gusta, no me gusta).

Consejos para cuidar la nariz

Bebés

  • Mantener la nariz del bebé lo más limpia posible, ya que son muy dependientes de la respiración nasal.
  • Utilizar duchas nasales micronizadas que le proporcionan al moco humedad y estimulan a las vibrisas. Aunque también se pueden hacer lavados con jeringa, estas solo ejercen un efecto mecánico temporal.
  • No manipular con el dedo o con copito seco.
  • No utilizar compuestos petrolados (incluyendo la vaselina, ya que puede llevar a una neumonía por reacción a la sustancia).

Niños

  • Mantener la nariz limpia e hidratada con una solución salina isotónica.
  • Enseñarles a sonarse correctamente: tapar una fosa, hacer presión de sonado hacia fuera con la otra, expulsando el moco, y luego intercalar.
  • No manipular con el dedo.
  • Evitar la introducción de cualquier objeto extraño. Casi siempre que hay una descarga mucopurulenta por una sola fosa nasal, se debe sospechar la presencia de un objeto extraño.

Adultos

  • Proteger boca y nariz cuando se esté en ambientes con mucho material particulado.
  • Hidratar la nariz con espray de solución salina isotónica o gel cuando se perciba resequedad, muy posiblemente cuando hay cambios de temperatura, viajes, aires acondicionados muy fuertes o sensibilidad nasal.
  • Vigilar lesiones en la piel, que, en algunos casos, pueden implicar origen tumoral.
  • No usar vaselina o sustancias petroladas para hidratar.
  • No abusar de los antihistamínicos, ya que resecan el moco y pueden generar tapones a la altura de los senos nasales favoreciendo infecciones.
  • No arrancar los vellos de la nariz.
  • Tener mucho cuidado si se va a realizar un piercing, en que sea una persona entrenada, en un entorno y con instrumentos esterilizados y evitar las zonas cartilaginosas que son más proclives a sufrir infección o deformidad.
  • Evitar el uso de duchas azucaradas (como remolacha o achiote), la esponja vegetal o el pepinillo, ya que pueden dejar partículas que favorezcan reacciones de cuerpo extraño o contaminación sobreagregada.

Adulto mayor

  • Utilizar gel lubricante, ya que los tejidos suelen resecarse y volverse más delgados y frágiles con la edad.
  • Frente a una rinitis senil (producción permanente de moco) es recomendable acudir donde el otorrino para que brinde una solución al problema diferente del sonado y los “tornillos” de papel, que terminan lacerando la piel y favoreciendo el sangrado y la infección.
  • Vigilar lesiones en la piel, que, en algunos casos, pueden implicar origen tumoral.
  • No abusar de antihistamínicos para controlar el moco.
  • No sonarse con papel o tela frecuente y lacerante.
  • No manipular la nariz.

Personas alérgicas o con rinitis frecuentes

  • Mantener la nariz limpia e hidratada con ducha de solución salina que estimula las vibrisas.
  • Evitar los alérgenos o los ambientes con mucho material particulado.
  • Buscar ayuda del otorrinolaringólogo, alergólogo o neumólogo, de forma que se pueda establecer la causa de la reacción alérgica y darle solución con inmunoterapia o con medidas evitativas.
  • Evitar el abuso de antihistamínicos.
  • Evitar el abuso de esteroides tópicos, ya que a largo plazo pueden atrofiar la mucosa y sus excipientes pueden lacerarla.
  • Evitar los medicamentos tópicos descongestionantes (vasoconstrictores) porque generan efecto rebote (luego la persona está más congestionada), pero más aún, cuando se utilizan por largos periodos pueden generar perforaciones septales o huecos en el tabique.
  • Sustancias como la cocaína generan vasoconstricción en la nariz, lo que, a largo plazo, lleva a necrosis de los tejidos y perforaciones.

Además de darle carácter al rostro, la nariz protege nuestro cerebro de contusiones y es la puerta de entrada del aire sin el que no podríamos vivir.

Fuente: Jorge H. Dávila Jaramillo. M. D. Otorrinolaringólogo.