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Riesgos de consumir suplementos proteínicos

15 enero 2021 Revista 5 Sentidos

Aunque son naturales y muchos de los entrenadores físicos los recomienden, piénselo muy bien antes de consumirlos. Conozca por qué.

Envase de suplemento alimenticio

Aunque le digan que son naturales o su entrenador físico se los recomiende, piénselo muy bien antes de consumirlos. Conozca por qué.

La proteína es importante en la dieta, ya que cumple funciones fundamentales en el organismo como brindar energía, ayudar a construir tejidos, hacer reserva de energía a nivel muscular e intervenir en la producción de hormonas. Sin embargo, un abuso en su ingesta puede generar problemas graves e irreversibles en la salud y por ello hay que tener cautela en su consumo.

Si la proteína que se ingiere es solo la de la dieta, difícilmente se llegará a sobrecargar el organismo. El riesgo, sin embargo, ha aumentado en los últimos años de la mano de la cultura fit y saludable, que ha generalizado la idea de que es necesario consumir proteína adicional (suplementos orales) para incrementar la masa muscular y obtener esos torsos de película.


  • Los mitos
    Creer que el consumo de proteína ayuda a aumentar la masa muscular. En realidad, la cantidad de músculo que tenga una persona depende de la genética y la etnicidad: los afrodescendientes poseen mayor masa corporal y menor grasa corporal desde su genética y por ello pueden ser más fornidos. Hay personas que por mucho ejercicio que hagan seguirán siempre siendo delgadas, ya que su genética no tiene codificado el desarrollo de una gran musculatura.
  • La dieta también influye, no solo la actual, sino la que tuvimos de niños: si se ha recibido buena proteína en la alimentación durante la fase de crecimiento, posiblemente podamos tener todo nuestro potencial en cuanto a masa muscular se refiere.
  • Si bien es cierto que se tienen que consumir proteínas en la alimentación cuando se incluye actividad física dentro de la vida diaria, porque el músculo para crecer necesita esa fuente energética, lo que aumenta el músculo en sí no es la proteína, sino la propia actividad física.

Los estudios científicos no confirman que el uso de proteína suplementada (incluso en deportistas de élite) afecte su fuerza, lo vuelva más grande o más rápido, que serían los objetivos del alto rendimiento. Parece ser que su efecto es más cercano al efecto placebo que a un efecto biológico real


Alimentos vs. suplementos
Los requerimientos normales de una persona en cuanto a proteínas giran alrededor de un gramo por cada kilogramo de peso (una persona de 60 kg, por ejemplo, necesitaría 60 gramos diarios de proteína), hasta dos gramos por kilogramo dependiendo de la intensidad de la actividad que esté haciendo y de los objetivos que busque.

Una buena alimentación está llena de proteínas de todo tipo: carne, leche, huevos, leguminosas, arroz y cereales, almendras y frutos secos, e incluso semillas (de calabaza, chía, girasol, ajonjolí) que pueden suplir esa necesidad proteica.

Los suplementos o fuentes externas de proteína se desarrollaron para los deportistas de alto rendimiento que emplean entre seis y ocho horas de entrenamiento diario, con requerimientos calóricos que triplican los requerimientos de cualquier persona y que son físicamente imposibles de obtener, si no es a partir de la suplementación y que por lo general provienen de la leche (caseína o whey protein) o la soya.

Para las personas que no tienen esas rutinas (así vayan dos horas diarias al gimnasio), no solo es innecesario, sino peligroso utilizarlos. Ni la intensidad de la actividad física, ni el nivel de exigencia, se acerca al del alto rendimiento y las cargas nutricionales por dosis son tan grandes que hay peligro real de generar innecesariamente, un problema de salud.


Los riesgos

  • Sobrecargar el riñón, es el principal y más grave. Puede conducir a una insuficiencia renal aguda (que se mejora con la suspensión del compuesto y puede requerir diálisis), hasta generar un daño irreversible de riñón.
  • Pueden desencadenarse alteraciones de metabolismo, ya que algunos de estos productos para cumplir su promesa de mejorar el estado físico o la composición corporal incluyen sustancias adicionales, que pueden ser hormonales (esteroides, anabólicos, testosterona) o muchas veces desconocidas, que generalmente no aparecen en la etiqueta o simplemente aparecen bajo la fórmula de ser “naturales”, lo que no evita su efecto nocivo en el metabolismo corporal.
  • Muchos de estos productos no se comercializan de manera legal y por lo tanto no tienen ningún registro que valide su seguridad. Los que sí tienen registro del Invima están bajo la categoría de suplementos y no como medicamentos, respondiendo a exigencias menos estrictas y por lo tanto no se garantiza que sean innocuas para la salud.

Los riesgos de los suplementos proteínicos son mucho mayores que los beneficios. La recomendación consiste en obtener la proteína de una alimentación regular, natural y balanceada.

¿Ha consumido suplementos de proteína?, ¿cómo fue su experiencia?

Fuente: Sandro Gómez Maquet, M. D. Nutriólogo.