Para llegar a la adultez lo mejor es prepararse. La salud debe ser una prioridad, cuidarla garantiza calidad de vida para gozar a plenitud.
Qué viva la adultez y para llegar a esta etapa de la vida lo mejor es prepararse. La salud debe ser una prioridad, cuidarla garantiza la calidad de vida esperada para gozar a plenitud.
Hace más de tres décadas se viene hablando de cómo envejecemos; sin embargo, hoy es un hecho que la pirámide cambió. Mientras la población adulta crece rápidamente, la de los jóvenes no lo hace en la misma proporción.
Varios factores han influido en el fenómeno, desde los avances médicos que lograron que la esperanza de vida se ampliara, que las enfermedades que antes eran mortales hoy se puedan prever o tratar, hasta el cambio cultural en las nuevas familias que deciden posponer el nacimiento de los hijos o tener menos descendencia.
El hecho de que exista una mayor población adulta implica un cambio en la mentalidad y las estructuras sociales e individuales. La sociedad debe ofrecer soluciones y brindar oportunidades para personas que requieren, muchas veces, medios para generar ingresos por más tiempo o que buscan estar activos y contribuir a su entorno con su conocimiento y experiencia. De los individuos, se precisa un cambio de perspectiva, dejar de ver la adultez como una época de declive, valorar sus potencialidades y reconocer la salud como prioridad para disfrutar hasta el último momento en las mejores condiciones y con la mejor calidad de vida posible.
Para ello es fundamental aceptar el futuro como una realidad, cambiar el “cortoplacismo mental” por una visión a largo plazo. Tener claro que todo lo que hacemos hoy se verá reflejado en nuestro mañana. Que una buena alimentación, una adecuada rutina de ejercicios y la prevención nos garantizarán autonomía y bienestar en el futuro, tranquilidad para nuestros seres queridos y disminución de la carga económica para un Estado que ve cómo la población mayor estará en aumento.
La población mayor crece y esto también constituye una oportunidad para que la sociedad se replantee, después de décadas de culto a la juventud, que cada etapa tiene sus ventajas, sus fortalezas, sus bondades. La adultez requiere mayor protagonismo, así como valorar todo aquello que traen los años: la sabiduría, la experiencia y la capacidad de análisis.
Que viva la juventud, pero también que viva la adultez, porque se trata de disfrutar y hacer lo mejor que se pueda con esa vida que vale hasta que se exhala el último aliento. Una adultez sana, cómoda, justa y rica en experiencias, vivencias y posibilidades que lograremos con la creatividad y responsabilidad de todos.
En Colombia hay más de 5,2 millones de personas mayores de 60 años, 10,8% del total de la población. Para 2020 se espera que la cifra llegue a 14,1 millones, según el informe Misión Colombia envejece.
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