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¿Por qué hay que estimular a los bebés?

8 noviembre 2016 Revista 5 Sentidos

En los primeros tres años de vida del niño se desarrollan los procesos de conexión neuronal más importantes y la estimulación temprana es de gran beneficio para ellos.

Papá haciendo burbujas junto a su bebé

La estimulación temprana busca propiciar el desarrollo de los sentidos del bebé, lo que a futuro potenciará sus capacidades al máximo. Jugar con él es beneficioso y ayuda a que sea un niño seguro de sí mismo, sociable, con una mayor capacidad de aprendizaje, al mismo tiempo que se previenen posibles déficits y se potencia toda su inteligencia.

En esta etapa de la vida se maduran muchas funciones cerebrales:

  • De control y automatización de movimientos.
  • Desarrollo de las funciones emocionales en las estructuras límbicas.
  • Desarrollo del equilibrio.
  • Se madura y enriquece la información visual, auditiva, gustativa y táctil.
  • Desarrollo de las funciones de coordinación, secuenciación, precisión, equilibrio.
  • Adaptación de los movimientos al medio exterior.
  • Adquisición de todas las conexiones neuronales del lenguaje.

Todos estos aprendizajes se evidenciarán cuando los niños comiencen a hablar y sorprendan con vocabulario y facilidad de dicción; cuando muestren habilidades para el fútbol o el baile. La estimulación temprana no hará al niño más inteligente, lo que consigue es desarrollar su potencial al máximo por eso la importancia de hacerlo.

Bebé sobre superficie con una pelota

Conocimiento propio y desarrollo de los sentidos

1. Propiocepción. Es un aprendizaje básico y necesario para que el niño, durante su vida, pueda reconocer si está sano o enfermo física, mental o emocionalmente. También lo ayuda a ubicarse en relación con el mundo, si tiene frío, hambre, calor, si está en equilibrio o si debe ajustar su postura a los cambios del terreno. Este conocimiento empieza con las caricias de mamá. Acariciar todas las áreas sensomotrices le dará confianza, tranquilidad y placer y le ayudará a “despertar” su capacidad sensorial táctil y a conocerse.

Bebé gateando sobre bloques de goma

2. Sabores y olores. Para los mamíferos el olfato es un sensor fundamental para la supervivencia: se detectan peligros, elementos que se deben evitar y aquellas cosas que hay que buscar o en las que se pueden confiar. Para el bebé, el primer olor que lo calma y le da seguridad es el de mamá, por eso la insistencia en cargarlo y amamantarlo.

3. Mundo de imágenes. Colores, formas, un día soleado y uno nublado, distancias, volúmenes, esto y mucho más entra por los ojos y va creando un mundo rico y con sentido en el cerebro del bebé.

4. Motricidad. Tanto la motricidad gruesa como la fina empiezan a desarrollarse desde el primer día de vida, aunque los resultados palpables se vean a los dos o tres años. Primero se aferra a la piel de mamá, luego agarra un dedo, el pelo, su cobija o su biberón. Que desde pequeño rompa papelitos, agarre un juguete o un lápiz promueve la finura y especialidad en sus movimientos, lo cual le será útil para todo, como amarrarse los zapatos o incluso, ser un cirujano.

Bebé gateando sobre bloque de goma

5. Lecturas. Leerle a un niño debería ser una rutina desde el primer día de vida o desde antes, porque favorece la creación de neuronas y conexiones complejas que saldrán a la luz cuando comience a hablar. Muchos procesos cerebrales se activan a través de las lecturas, como las áreas del lenguaje, pero también se promueve la imaginación y la capacidad de conectar e hilar historias. Adicional, mostrarle las imágenes ayuda a que relacione vista, significado y lenguaje, y si lo relaciona con su propia realidad será una experiencia más enriquecedora: “Pepito tenía una cobija azul. ¿Y de qué color es tu cobija?”

Los padres deben leerle de todo un poco al niño para detectar qué es lo que más le gusta. Los procesos de aprendizaje y atención se basan en la motivación y si le gusta un cuento va a estar atento, interactúa, pregunta, va a estar integrado y querrá saber mucho más. Es importante repetirlo una y otra vez porque en la repetición está el fortalecimiento de sus conexiones y la fijación de su memoria.

Los niños lo perciben todo, por eso no hay que leerles por “hacer la tarea”, se perderá el efecto. Hay que conectar con él, entonar las palabras, mostrarle las imágenes y estar cómodos, sin afanes para que en el futuro la lectura sea placer, disfrute, lúdica y alegría.

Bebé sonriendo

6. Sonidos. El mundo suena a risa, a sonajero, a hora de comer y hora de dormir. También a música, que tiene múltiples beneficios en todas las áreas de su desarrollo, el más importante: fortalecer vínculos afectivos con padres y cuidadores. No es ponerle música e irse del cuarto, es interactuar con ellos, cantarles, bailar con ellos, sobar sus pies o estirar sus piernas escuchando un tema, enseñarles equilibrio o repetir el estribillo para reforzar su memoria.

Nuestro programa de estimulación temprana

Bebé reconociéndose en el espejo

SURA cuenta con Descubre, un programa dedicado al desarrollo infantil donde se brinda un espacio dirigido a la estimulación temprana y a la educación de los padres sobre el cuidado y la crianza de los niños. Allí, por medio de actividades, música y juegos se crea un ambiente y se establecen unas rutinas que promueven el mejor desarrollo del bebé.

Psicólogos, profesionales en educación infantil, fisioterapeutas y profesores de música están a cargo del programa y son quienes acompañan y guían a los padres y a los pequeños al mismo tiempo que aprenden habilidades de forma gradual, escalando niveles con objetivos específicos, divirtiéndose y afianzando su vínculo de amor mientras descubren el mundo.

Dónde: Salud SURA Industriales, Medellín; Calle 100, Bogotá. Para quiénes: Niños entre los dos meses y los dos años.

La música influye en los estados de ánimo de los niños. Según los estudios, los sonidos graves tienen más efectos relajantes que los agudos.

Nuestra responsabilidad como padres no es solamente cuidar a los niños. Es ayudarles a desarrollar todas las herramientas que les permitirán sobrevivir en un futuro.

Fuente: Mariana Restrepo Restrepo. Psicóloga especialista en neurodesarrollo y aprendizaje.