Ponle fecha, hora y lugar a esas conversaciones pendientes para que tu vida fluya. Estos pasos te ayudan a darles un buen cierre.
“Es que yo no lo voy a llamar porque él fue el que me hizo sentir mal”, “es que ella fue la culpable de la discusión”, “es que no me provoca ni encontrármelo en la calle porque no le quiero hablar”. ¿Has oído estas frases o las has dicho alguna vez? Estas afirmaciones las hacemos cuando tenemos una conversación pendiente.
Como su nombre lo indica, estas son las charlas que no han tenido lugar porque evitas el encuentro con esa persona con la que debes cerrar un ciclo. Y aunque en muchos casos esto te produce irritación, hay que ponerles fecha para que no se sigan aplazando.
“Las conversaciones pendientes son mecanismos de defensa que tenemos las personas, conductas que hemos adquirido y no nos permiten cerrar una experiencia o una relación”, explica Kelly Mojica, sicóloga. Estas se dan por tres razones:
- Introyecto: culturalmente te han dicho que es mejor quedarte callado, no responderles a los mayores y hasta no opinar porque todo lo que digas puede ser usado en tu contra. Al no contestar, generas un círculo vicioso que nunca se cierra.
- Pones en el otro lo que te pasa a ti: “es que él dice que yo soy la culpable”, “es que ella no quiere hablar conmigo y no le voy a rogar”. Muchas veces vemos en el otro lo que no queremos admitir en nosotros mismos y eso no permite que se cierre el ciclo.
- Te desensibilizas: cuando no percibes las sensaciones de malestar, no registras lo que se vive en la conversación y, por ende, no das una respuesta ni te defiendes, lo que produce un estado de desensibilización. En este escenario, puedes estar enfrentándote a un trastorno sicológico debido a la falta de autoestima, a la depresión o al maltrato intrafamiliar.
Pasos para resolver las conversaciones pendientes
Toma la decisión: resolver una conversación es de valientes. No significa que vas a agachar la cabeza ni que tienes que asumir todas las culpas; recuerda que el objetivo no es que tú o tu interlocutor reconozcan sus culpas. La clave es transmitirle al otro lo que te ocurrió a ti frente a lo que él dijo o hizo. Si el otro no quiere resolver contigo esa conversación pendiente, no te preocupes. Tú puedes hacerlo con ayuda terapéutica.
Prepárate para la conversación: ya acordaste con tu interlocutor el lugar, el día y la hora de tu conversación. El paso a seguir es que racionalices estos tres temas y los pongas por escrito:
- Lo que te molestó de lo que dijo o hizo la otra persona.
- Lo que tú piensas al respecto.
- Las emociones que te generó y lo que te sigue afectando.
Rompe las barreras: en el momento de iniciar una conversación pendiente, privilegia el sentir sobre el pensar y sitúate en un lugar de respeto, comprensión y compasión tanto contigo como con el otro. Da el primer paso y no te pongas a la defensiva. Ten en cuenta que tu interlocutor no es un adivino y no sabe lo que estás pensando. Recuerda que estás ahí porque necesitas resolver un conflicto que afecta tu vida; estás buscando un cambio que te haga sentir mejor y te genere bienestar.
Estas son unas pautas para llevar una buena conversación
- Habla desde el yo en el aquí y el ahora.
- No juzgues ni pongas en el otro la responsabilidad de tu problema.
- Conversa y no malinterpretes.
- Habla directamente con el otro y ponte en su lugar.
- Alcanza acuerdos. El resultado de la conversación debe ser bueno para ambos.
- Suelta el ego y el orgullo.
- Mira al futuro y no te atasques en una explicación pasada.
Fecha de publicación: mayo 13 de 2020.
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