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Mitos y realidades alrededor de la leche

25 agosto 2016 Revista 5 Sentidos

La leche no es una bebida buena o mala. Así como es fuente de beneficios para el organismo, también puede causarle molestias. Aprenda más sobre este tema.

tazón frutos secos y vaso de leche

Si la leche de vaca se consume hace cientos de años, ¿cómo va a ser mala?

El consumo de leche aparece con la ganadería, unos 10.000 años atrás. En América es más reciente, pues la vaca llegó con los conquistadores y no hay registro de que se haya consumido leche de llama, de vicuña ni de ningún animal autóctono. Eso explica por qué hay más intolerancia a la lactosa en los americanos que en los europeos, pues el tubo digestivo aún no se ha adaptado a ella.

Por otro lado, en los mamíferos cada leche materna está diseñada para las necesidades específicas de la especie que la produce y la vacuna, con alto contenido de proteínas, grasa y carbohidratos, resulta perfecta para los terneros. Aunque se considera altamente alimenticia y algunos niños o adultos pueden aprovecharla, otros no tienen el “diseño biológico” para digerirla.

¿La intolerancia a la lactosa es lo mismo que la alergia a la leche?

La intolerancia es específicamente a la lactosa, o sea, el azúcar de la leche, y provoca por lo general molestias a nivel gástrico (gases, cólicos, dolor, diarrea, etc.). La alergia se presenta frente a la proteína de la leche de vaca y los síntomas pueden ir desde el prurito, heces con sangre en los bebés, hasta un choque anafiláctico en casos extremos, es decir, que compromete más órganos y funciones corporales que la intolerancia.

Una persona con intolerancia puede continuar utilizando algunos productos lácteos como yogures o quesos maduros, tomar enzimas para metabolizar la lactosa, o por el contrario, tabletas para no metabolizarla, mientras que una persona alérgica solo tiene mejoría eliminando completamente el consumo de lácteos.

¿La leche aporta el calcio de más alta calidad?

La leche es rica en calcio, pero no se trata del único alimento que lo contiene. Lo encontramos en los vegetales, en los pescados, en los cereales, en la chía, en las bebidas vegetales o en la “leche de soya”. Una dieta variada y equilibrada debería suplir los requerimientos básicos de calcio, pero hay que tener especial cuidado en caso de embarazo, en niños entre los 10 y los 20 años y adultos mayores, etapas en las que cobra mayor importancia.

¿Los bebés pueden desarrollar alergia a la leche materna?

bebé tomando biberón

Un lactante puede desarrollar una alergia a algún producto que la madre está consumiendo y que se filtra a través de la leche materna, pero no a la leche materna en sí. Un especialista debe realizar pruebas específicas para determinar cuál es el producto que está generando esta reacción para eliminarlo de la dieta de la madre.

Se puede presentar intolerancia a la lactosa de la vaca, pero si se elimina la leche de la dieta de una mamá lactante o se eliminan las leches “maternizadas”, es decir, las leches que reemplazan la leche materna (con base en proteína de leche de vaca), es imprescindible que se compense con otros alimentos nutricionalmente adecuados, para lograr los niveles de calcio y proteínas requeridos para el crecimiento normal del bebé.

¿Las leches vegetales reemplazan a las animales?

Las bebidas vegetales que se venden en reemplazo de la leche generalmente vienen enriquecidas para aumentar sus valores nutricionales, pero no alcanzan los mismos niveles de las leches animales, que tienen mayor cantidad de proteínas que cualquier leche vegetal. Hay que revisar la etiqueta para conocer el contenido real del producto.

¿Solo la leche de vaca genera alergias?

La leche de soya o la leche de almendras tienen tanta posibilidad de generar alergia como la de vaca. En medicina y alergología se habla de los “grandes siete”, que son los siete alimentos que tienen más potencialidad de producir alergias. Estos son la leche, la soya, las almendras, los pescados, los mariscos, las fresas y el huevo. La de soya por ejemplo no se considera apta para niños, ya que fuera de su potencial alergénico tiene un alto contenido de estrógenos. Es preferible utilizar leche de arroz.

¿El calcio de la leche se absorbe mejor que cualquier otro calcio?

Esto no está científicamente probado. La vitamina D, que resulta indispensable para la fijación del calcio en el hueso, es liposoluble y su absorción puede favorecerse por la grasa de la leche, pero el calcio, al ser un mineral, no necesita de un vehículo graso para fijarse.

¿La leche de vaca está relacionada con enfermedades autoinmunes como esclerosis múltiple o diabetes tipo 1?

Este es un tópico que sigue en estudio y que aún no tiene respuestas concluyentes. Se sabe que algunos pacientes con diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, asma o rinitis mejoran al eliminarse la leche de su dieta, pero los mecanismos de interacción no están claros.