El movimiento Female Gaze ha evolucionado en el tiempo. Su lucha principal es lograr la equidad de género.
El propósito del movimiento Female Gaze es interpretar el mundo desde diferentes visiones. Conozca cómo ha evolucionado en el tiempo y cuál es su principal lucha.
La expresión Mirada femenina (Female Gaze) fue acuñada en 1975 por la teórica del cine y feminista Laura Mulvey. Lo hizo como una contraposición a lo que en su artículo de análisis “Placer visual y cine narrativo”, argumentó era la mirada masculina que permeaba la industria cinematográfica de su época, y que se evidenciaba en el desarrollo de sus contenidos y puesta en escena.
Mulvey partía de su observación de La ventana indiscreta, la cinta de Alfred Hitchcock, pero vista desde el sicoanálisis. La historia, enfoques, ángulos, tiros de cámara y escenarios que en cada toma reflejaban esa postura masculina y patriarcal: las mujeres vistas por hombres.
De acuerdo con la sicóloga e investigadora de la Universidad San Buenaventura en Medellín, Jolly Castrillón, la expresión en un contexto más amplio hace referencia a la tendencia de posicionar a la mujer como un “objeto para el placer visual”. Una posición, dice la investigadora, que desde el análisis realizado por Laura Mulvey denota una violencia no visible. Si bien aún hoy la expresión todavía sigue ligada a las manifestaciones artísticas visuales, su impacto sí sugiere una denuncia a formas de relacionamiento desiguales entre hombres y mujeres.
La crítica hecha por Mulvey relata una mirada androcéntrica del mundo, con una influencia más relevante del hombre, en tanto que la experiencia femenina queda relegada a ámbitos domésticos.
Cuarenta años después, y también por cuenta de la industria cinematográfica, esta expresión cobra de nuevo notoriedad y deja de ser un referente solo entre algunos académicos. Las denuncias hechas por algunas actrices potenció expresiones de reivindicación de la necesidad de un trato de respeto e igualdad entre ambos sexos y de luchar contra cualquier forma de abuso.
Movimientos como #Metoo se han convertido en portavoces de esas reclamaciones, y expresiones como Mirada femenina se convierten en una herramienta para dar cuenta de las expectativas y la visión que las mujeres tienen sobre sí mismas.
Incluso, señala la investigadora de la Universidad San Buenaventura, la fortaleza que generan las redes sociales, en las que las referencias tanto al Female Gaze como a #Metoo son cada vez más frecuentes, hace que se generen puntos de coincidencia que le dan potencia a la reclamación y las iniciativas que buscan la equidad y el respeto de género.
Polarización vs. Alteridad
Jolly Castrillón plantea que entre las visiones diferentes de hombre y mujer se ha creado una polarización que ha permeado todos los ámbitos, no solo en las expresiones culturales, también en la economía, la política, las relaciones sociales, la sexualidad. La polarización evita el encuentro, la oportunidad de establecer comunidad.
Frente a esto, ella propone una nueva forma de asumir la relación entre ambos géneros. Por eso habla de la alteridad, esa capacidad del ser humano de reconocerse en el otro, de ser uno a través del otro, o de manera mucho más simple “ponerse en el lugar del otro”, para entenderlo, comprender sus motivaciones, sus expectativas. La alteridad abre la posibilidad del diálogo que permite el reconocimiento a la pluralidad entre hombres y mujeres. “La desigualdad comienza a ser eliminada cuando reconozco algo que yo no soy, pero que puede complementarme”.
Female Gaze en la pantalla
Así como a mediados de los años setenta Laura Mulvey desarrolló su teoría sobre la Mirada femenina, y criticó las posturas que privilegiaban la visión masculina del rol de la mujer, hoy tanto el cine como la televisión replantean esa relación y visibilizan las expresiones que desde la ficción están cambiando el foco y privilegiando las propuestas de productoras, realizadoras, directoras y actrices que con su trabajo dicen lo que piensan de la situación de la mujer hoy en el mundo.
Estas propuestas, como lo señala el analista de medios de comunicación y director del Centro Ático de la Universidad Javeriana, Germán Franco, son importantes y relevantes como alternativas a las formas tradicionales de contar historias porque asumen una visión diferente del conocido punto de vista masculino.
Cintas o series que le han apostado a esta tendencia
- La mujer maravilla: ¿La mujer maravilla (The Wonder Woman) una abanderada de la tendencia Female Gaze? Puede leerse como algo un poco extraño, pero para muchos la taquillera franquicia de DC Comics, que recaudó más de 800 millones de dólares en las salas de cine del mundo en su exhibición durante 2017, es una de las representantes de esta tendencia que aboga por propiciar mayores espacios para la llamada Mirada femenina, y que se refleja con especial fuerza en el mundo de las artes audiovisuales. La cinta se convirtió en la primera película live action dirigida por una mujer, Patty Jenkins; además, es el primer film que da el protagonismo a una heroína femenina. Aunque parte de un guion y una idea escrita por hombres, la crítica destacó el aporte de Jenkins para generar una visión diferente. Incluso, algunos comparan el vestuario elegido por la directora para caracterizar a las guerreras amazonas, compañeras de la protagonista en la película, con el vestuario elegido para esas mismas guerreras en otra de las franquicias estrenadas por DC Comics ese mismo año, La liga de la justicia, en la que su director Zack Snyder las despoja de su armadura y las viste con diminutos trajes de dos piezas. ¿Mirada femenina vs. Mirada masculina?
- Los cuentos de la criada (The handmaid’s tales) a partir del libro del mismo nombre, escrito por Margaret Atwood, que narra una sociedad distópica del inmediato futuro con bajos índices de natalidad, regida por una dictadura teocrática y en la que la mujer ha quedado reducida a un papel de repositorio para la reproducción, mas en la que también existe una soterrada pero creciente fuerza de resistencia a ese régimen.
- Harlots: la propuesta más reciente, presentó su primera temporada en 2017, corre por cuenta de las realizadoras Moira Buffini y Aliso Newman. Una serie que da vida a un grupo de mujeres que tienen por oficio la prostitución en la Londres de mediados de 1700. Dos burdeles enfrentados en competencia. Sus conflictos personales y morales, el papel que les asigna la sociedad de su época y su lucha por ganarse un espacio en ese entorno hacen parte de la trama. Un drama de época que desde su concepción y puesta en escena está atravesado por el aporte femenino.
- Transparent: ficción creada por Jill Soloway, con la historia del padre de familia que rompe un día con la cotidianidad de todos para confesar que siempre se ha identificado más como una mujer, y comienza a desarrollar esta faceta. Se inició en 2014. Paradójicamente, esta comedia dramática que hablaba de la necesidad de entender al otro pese a las diferencias, fue sacudida a principios de este año por la realidad del acoso sexual, su protagonista Jeffrey Tambor fue despedido por la productora Amazon luego de recibir e investigar denuncias de acoso cometido por este contra dos mujeres.
“Hoy hay una búsqueda cada vez mayor de lo que se podría llamar una perspectiva de genero sobre los relatos que muestran la televisión y el cine”. Germán Franco. Analista de medios.