El mindfulness se concentra en el presente y en tener consciencia plena de sí mismo. Entre más te conozcas y vivas el hoy, más fácil recuperarás tu ritmo natural.
Los seres humanos no estamos en contacto con el presente: vivimos atados al pasado por nuestros miedos, dudas e inhabilidades. Habitamos el presente con prisa y siempre con ansiedad de lo que está por venir: el futuro.
La meditación es la gran herramienta
La meditación que no es ni una relajación, ni un trance, en realidad permite entender cómo funciona la estructura mental a través de la consciencia para salir de ahí, para recuperarse y aterrizar en la energía del momento. A través de esta práctica, el ser humano cambia las gafas del juicio y la culpa por la curiosidad y la amabilidad. El mindfulness nos conecta con el aquí, ahora.
No se trata de juzgar, se trata de ver con curiosidad por qué hacemos lo que hacemos, qué sentíamos en ese momento y el por qué de esos sentimientos.
Tres claves para meditar
- Estar – parar: Alejarse del ruido. Sentir el cuerpo, sumergirse en un estado de plenitud.
- Ver – contemplar: Ser testigo de los pensamientos y emociones sin entrar en sus trampas.
- Andar – amar: Ver lo que no nos gusta de nosotros mismos y, en lugar de enojarse, sonreír ante las carencias, tensiones, emociones.
Los tres principios de la vida
La vida se manifiesta a través de luz o conciencia, amor o felicidad y energía o potencia. Entrenar estas habilidades permite desarrollar un potencial que es único, pero que aparece como triple para el ser humano: inteligencia, afectividad y energía vital.
Hoy nos entrenamos muy bien en el plano físico, lo que trae muchas ventajas en la salud y el estado psíquico, pero hace falta extender el entrenamiento a las dimensiones mentales, a la inteligencia, la afectividad y la alegría de vivir.
¿Cómo saber cuál de los elementos entrenar más? La respuesta está en mirar dónde duele más, dónde hay problemas.
El músculo afectivo o emocional, por ejemplo, exige mayor entrenamiento a las personas que se sienten solas, desatendidas, deprimidas. que buscan quién les dé alegría o que tienen conflictos en sus relaciones.
Se debe entrenar la energía vital, si se empiezan cosas que no se terminan, si se siente inseguro, débil o tímido. El deporte sirve mucho para esto porque proporciona disciplina y desarrolla la voluntad.
Si no se está en una disposición generosa, afectiva y empática, cada vez será más pobre de amor; si no se cultiva la capacidad de interesarse y entender el entorno, cada vez se vivirá con afectividad y empatía en menores posibilidades, y si no se moviliza la energía, cada vez se tendrá menos.
¿Qué hacer ante el sufrimiento?
- Entenderlo: una cosa es lo que pasó y otra los sentimientos o emociones que causan un hecho. Es importante que primero ubiques dónde está el dolor, cómo es y cómo lo vives, sin centrarte en qué ha pasado. Además, analiza cómo se manifiestan las energías en tu cuerpo y hazte cargo de ellas.
- Asúmelo desde el amor: ábrete al dolor, no lo rechaces, ni lo reprimas. Siéntelo, respiralo, vívelo y déjalo morir. Piensa en los problemas que te aquejan y mira qué sientes. Ábrete a él hasta que encuentres la calma. Luego, retoma la actitud positiva.
- Medita: identifica lo que permanece aún frente al cambio contínuo. Los seres humanos somos como las olas, debemos observarnos sin compararnos y aceptar que, así como las olas son parte del océano, nosotros somos parte del universo y debemos soltarnos a la existencia.
Frases para practicar el mindfulness día a día
- “Cada vez que nos cerramos a lo que está pasando, estamos reteniendo el flujo de nuestra vida, lo cual nos genera sufrimiento”.
- “Somos un potencial de vida y en nosotros está todo, simplemente hay que ir sacándolo y manifestándolo. La vida es un proceso creativo».
- “Ser consciente y soltar las trampas mentales, mirar las emociones y darse cuenta de que uno es más que solo un patrón mental”.