El maltrato en parejas es más común de lo que cree. Aprenda sobre las formas de maltrato, síntomas y consecuencias.
Sin importar el nivel socioeconómico, raza o credo, el maltrato no es normal ni aceptable. Aprenda cómo identificarlo y sus consecuencias.
El primer y gran problema del maltrato de pareja es que la persona que lo sufre llega a pensar que “se lo buscó” o “se lo merece” y de allí que se perpetúe una situación desequilibrada y poco sana, dañina tanto para quien la sufre como para los hijos que lo atestiguan.
La violencia en la pareja se refiere a cualquier comportamiento, dentro de una relación íntima, que cause o pueda causar daño físico, psíquico, mental, emocional o sexual a los involucrados. Suele ser sistemático, es decir, que no solo tiene lugar una vez, sino que se repite en el tiempo. Aunque es más frecuente que suceda contra las mujeres, también ocurre contra los hombres.
Las formas de la violencia
- Agresiones físicas: son las más visibles y van desde abofetear, golpear, patear, pegar o zarandear.
- Violencia sexual: cuando se dan relaciones sexuales forzadas y otras formas de coacción sexual.
- Maltrato emocional: insultos, denigración, humillación constante o intimidación. Amenazas de causar daño a la persona o a sus seres queridos o alejar a los hijos.
- Comportamientos controladores o dominantes: aislar a una persona de sus familiares y amigos; vigilar sus movimientos; controlar su teléfono, Facebook, WhatsApp y correo; restringir o controlar el uso de recursos financieros, dominar el acceso a atención médica, educación o empleo.
Según la PAHO (Organización Panamericana de la Salud), hay factores comunes asociados a la violencia como son:
- Juventud
- Bajo nivel de instrucción
- Haber sido víctima o testigo de violencia en la niñez
- Antecedentes de maltrato
- Trastornos de la personalidad
- Consumo nocivo de alcohol y drogas
- Aceptación de la violencia como algo normal
También hay algunos rasgos personales característicos:
- Dificultad en el control de emociones y reacciones
- Temperamento controlador
- Baja autoestima
- Poca tolerancia a la frustración
- Egocentrismo
- Poco respeto a la diferencia, a la otredad
- Falta de capacidad de expresión o verbalización de emociones
- Temperamento manipulador
Los costos de la violencia
- Daño físico en la persona: muchas veces con secuelas a largo plazo, sea por violencia directa, o por enfermedades resultantes de haber sido sometido a estrés prolongado.
- Daño en la salud mental: al generar trauma, estrés, baja autoestima, depresión, ideación suicida, abuso de alcohol o drogas, trastornos alimentarios, trastornos de sueño, entre otros.
- Daño a los hijos: es frecuente encontrar en los niños de parejas disfuncionales problemas de ansiedad, depresión, desempeño escolar insuficiente y problemas de salud. Es altamente probable que los hijos de padres violentos busquen a su vez relaciones en las que serán abusadores o abusados.
- Social: una persona abusada o dominada es una persona que no desarrolla su potencial mental, laboral o económico. Generalmente es una persona dependiente que no ha podido explorar su capacidad de “aportar” todo lo que puede darle a la sociedad.
¿Por qué el abusado no abandona a su pareja violenta?
- Temor a represalias.
- Falta de otros medios de apoyo económico.
- Preocupación por los hijos.
- Falta de apoyo de familiares y amigos.
- Inseguridad personal y miedo a no ser capaz de valerse por sí mismo.
- Miedo a una estigmatización o la posible pérdida de la custodia de los hijos.
- Amor y esperanza en que la pareja cambie.
¿Qué hacer?
- Buscar apoyo y ayuda: romper el ciclo de aislamiento en el que posiblemente está la persona y recurrir a la familia, amigos, el médico de cabecera o buscar apoyo psicológico.
- Empoderarse: ser conscientes, aceptar y afirmar que tenemos derecho a la dignidad y tenemos un potencial enorme que podemos y tenemos la responsabilidad de aprovechar.
- No permitir escalar la situación: se puede excusar una explosión, un error, pero cuando ocurre una segunda y una tercera vez, ya se está frente a una situación peligrosa.
- No aceptar la violencia: en ninguna de sus expresiones. Nadie tiene el derecho a maltratar a otro ser, bajo ninguna excusa.
- Sobrepasar el sentimiento de vergüenza: el dicho dice que “es mejor colorado un rato que pálido toda la vida”. No hay por qué sentirse avergonzado por haber caído en una situación de maltrato; puede ocurrirle a cualquier persona, por inteligente, preparada o fuerte que sea. Lo importante es salir de allí, para comenzar una vida libre, constructiva y de crecimiento personal.
¿Me están maltratando?
Diez preguntas básicas que hay que hacerse a sí mismo para confirmar si se está bajo un régimen de violencia:
SÍ NO ¿Tengo miedo a mi pareja? ¿Evito expresar mi opinión, decir o hacer algo que pueda “molestarlo” o no le gusten para evitar sus reacciones?
SÍ NO ¿Tengo problemas para tomar mis propias decisiones? Interviene mi pareja en cómo me visto, me peino, qué hago con mi tiempo libre, con mis recursos o cuáles son mis planes a futuro.
SÍ NO ¿Soy culpable de las reacciones violentas de mi pareja? Son frecuentes las frases “Es que tú me haces enojar”, “tú tienes la culpa de que yo… (te pegue, te grite, te castigue)”.
SÍ NO ¿Toma él/ella las decisiones sin consultarme? Sobre el manejo del hogar, los hijos, el dinero, etc.
SÍ NO ¿Él/ella controla el dinero? ¿Debo rendirle cuentas sobre cada centavo que gasto? ¿No cuento con recursos propios, aún para pequeños gastos?
SÍ NO ¿Debo informarle todo lo que hago y todo lo que ocurre? ¿Con quién hablo, a dónde voy, y se molesta si olvido cualquier cosa?
SÍ NO ¿Él/ella suele minimizar mis logros, mis proyectos o mis capacidades?
SÍ NO ¿Es alguien que me insiste que sin él/ella mi vida no sería nada y yo no sería nadie?
SÍ NO ¿Controla mis redes sociales? WhatsApp, Facebook, correo electrónico, Twitter, entre otras.
SÍ NO ¿Se ha deteriorado mi calidad de vida a causa de la relación de pareja?
Si la mayoría de las respuestas a estas preguntas son afirmativas, se está bajo violencia de pareja y es recomendable buscar ayuda.