Lunares que pueden ser malignos

Existen muchos mitos sobre los lunares. Conozca qué son, qué tipos hay y aprenda a diferenciar los benignos de los malignos

Existen muchos mitos sobre los lunares. Conozca qué son, qué tipos hay y aprenda a diferenciar los benignos de los malignos.

¿Qué es un lunar?

El lunar o nevus es una proliferación de células benignas caracterizada por el crecimiento de los melanocitos, que son los que nos dan el color de la piel, el pelo y los ojos y se encuentran en otros órganos como meninges, ojos e intestino.

Pueden ser congénitos o adquiridos. Los congénitos aparecen desde el nacimiento o en el primer año de vida y los adquiridos van surgiendo, sea por carga genética, por exposición solar o por agresiones a la piel. La infancia y la adolescencia son las épocas donde más lunares aparecen.

Las personas de raza blanca (fototipos I, II y III) y los pelirrojos tienen más posibilidad de desarrollar nevus.

¿Qué hacer con un lunar?

• No se debe quemar porque solo se quita su parte visible, pero se deja su “raíz”. Si el lunar se maligniza será más difícil de detectar, ya que se ha eliminado su componente visible. Además, en cualquier momento puede reproducirse y volver a salir.
• Si se quiere eliminar un lunar porque resulta incómodo o roza, es preferible extraerlo quirúrgicamente de raíz y enviarlo a patología para descartar una malignidad.
• Realizar una revisión mensual de los propios lunares y de las personas que tenemos a cargo (niños, pareja, papás) y cerciorarse de que no cambian ni sangran.

Cortar los pelos en vez de arrancarlos para no generar inflamación ni alterar la fisiología del lunar.

¿Cuál es la diferencia entre una mancha y un lunar?

Las manchas son de color café claro, con bordes irregulares, planas, pueden estar desde la infancia y aumentan a medida que la persona crece porque la piel se estira.

El lunar puede tener diferentes tamaños, puede palparse o ser plano. Los lunares congénitos se clasifican de acuerdo con el tamaño como congénitos pequeños, medianos, grandes y gigantes (pueden cubrir un torso entero o una cara entera). Generalmente los lunares que tienen pelos están presentes desde la infancia y estos permiten diferenciarlos de las manchas o pecas.

Tipos de lunar

Saber diferenciar los lunares benignos de los malignos puede salvar nuestras vidas y la de quienes nos rodean.

¿Cómo diferenciar un lunar sano de uno sospechoso?

El cáncer de piel

Es multifactorial, se desencadena principalmente por exposición solar (adquirida) y es menos común debido a un componente genético. Puede ser de tipo melanoma o carcinoma. La única manera de prevenir un cáncer de piel (no genético) consiste en exponerse al sol de manera responsable, evitando quemaduras (insolaciones) y el uso de cámaras bronceadoras.

Melanomas

El cáncer que se desarrolla a partir de los melanocitos (células presentes en los lunares) generalmente es un melanoma. Aproximadamente 15% se dan por un componente genético y 85% por exposición solar; 80% aparecen de novo y 20% vienen de un lunar preexistente. Es el cáncer de piel más agresivo y de mayor cuidado, pues tiene un alto riesgo de metástasis si se diagnostica de forma tardía (tasa de supervivencia a 5 años del 15% en caso de ser metastásico).

Los más agresivos tienden a presentarse en personas con exposiciones solares intermitentes (insolarse dos veces al año en las vacaciones), más que en personas que están expuestas diariamente a la luz solar. En los hombres es más frecuente en la espalda y en las mujeres en las piernas.

Detectarlos tempranamente puede ser vital y por eso la importancia del autoexamen de la piel al menos una vez al mes. Deben tener especial cuidado:

• Personas con antecedentes familiares de melanoma y cáncer de páncreas (muy relacionado con el melanoma).
• Personas con antecedente personal de melanoma.
• Personas con más de cien lunares, que han sufrido múltiples quemaduras o insolaciones (incluso en la infancia).

Personas pelirrojas.

Carcinomas

Son más frecuentes que el melanoma, pero menos agresivos. El basocelular (de las células basales) es el tumor maligno más frecuente en el mundo, pero tiene un riesgo menor al 1% de metástasis. El espinocelular o escamocelular (de los queratinocitos) posee un riesgo de metástasis hasta de 5%. Los carcinomas se desarrollan habitualmente en zonas expuestas (cara, brazos, hombros, pecho), sin relación con los lunares. Se ven por lo general como granos rosados que sangran, que aparecen de forma reciente, con crecimiento muy lento, o placas rojas que descaman y que no sanan. Están altamente relacionados con la exposición solar.

Tenga en cuenta:

• La gran mayoría de los melanomas aparecen como lesiones nuevas y por eso es importante detectar los de reciente aparición.
• Los lunares no caminan. En los niños pueden moverse en la medida en que la piel se estira, pero en una persona adulta no cambian de lugar.
• El prurito o rasquiña generalmente se debe a irritación por roce. No indica malignidad.
• El daño solar es acumulativo Una insolación a los 15 puede llevar a un melanoma a los 50.

¿Conocía la importancia de autoexaminarse la piel por lo menos una vez al mes? Dejénos sus dudas y comentarios