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Guía para una buena higiene personal

30 mayo 2017 Revista 5 Sentidos

Lavarse muy bien todas las partes del cuerpo evita la aparición de enfermedades infecciosas.

Ducha

Evitar enfermedades contagiosas es muy sencillo. Ponga en práctica las siguientes recomendaciones para mantenerse limpio y sano de la cabeza a los pies.

El baño diario debe hacerse de arriba abajo y es importante prestar atención a esas partes del cuerpo que ignoramos el resto del tiempo para librarnos de “visitantes” indeseados que facilitan la aparición de enferemedades contagiosas. La desinfección de las superficies que nos rodean y de los alimentos también las mantendrá fuera de nuestra vida.

1. Boca

Para una buena higiene oral hay que cepillarse los dientes y la lengua, masajear las encías tres veces al día y usar seda dental. Los alimentos pegajosos o con alto contenido de azúcar contribuyen a la formación de la caries dental, se debe controlar su consumo.

Cuando se presenta un desequilibrio por mala higiene, las bacterias de la boca pasan al resto del cuerpo y lo afectan de múltiples formas.

La placa bacteriana puede producir gingivitis, periodontitis (dientes flojos) y caries. Así, es fundamental una adecuada higiene oral y la visita al odontólogo cada seis meses.

2. Pelo

No utilice agua muy caliente porque resecará el cuero cabelludo ni exagere en la cantidad de champú. Enjabone y masajee suavemente con las yemas de los dedos, no con las uñas. La frecuencia en el lavado del pelo depende de qué tan grasoso o qué tan seco sea. Si se sufre de seborrea, es necesario consultar con un especialista, ya que posiblemente requerirá manejo farmacológico o específico con champús especiales.

3. Nariz

Por ella pasa todo el aire que llegará a nuestros pulmones. Es la puerta de entrada y en ella se queda toda la “suciedad” externa, por lo tanto, requiere una limpieza regular, pero cuidadosa, ya que sonarse demasiado fuerte o tapando ambas fosas nasales puede romper los delicados vasos sanguíneos de las paredes.

Se pueden utilizar regularmente soluciones fisiológicas (agua o agua con sal) para facilitar el drenaje nasal y evitar una colonización bacteriana del moco. Los pelos tienen una función protectora, pero como no son muy estéticos es recomendable cortarlos, aunque solo lo suficiente para que no asomen fuera de la cavidad nasal. Es preferible usar unas tijeras romas o una máquina con protección.

4. Orejas

Para evitar infecciones y problemas auditivos, es recomendable limpiar la oreja (el pabellón auricular) y la cavidad del oído externo diariamente: envolviendo el dedo índice en un paño limpio y húmedo y pasándolo por toda la superficie frontal y posterior. Evite utilizar aplicadores de algodón o cualquier elemento similar.

La cera es una secreción natural que protege el oído de agresiones. No es necesario retirarla por completo, sino simplemente limpiar la parte visible para evitar momentos incómodos.

Por estética y para evitar la acumulación de suciedad, el vello que crece puede cortarse con cuidado para evitar lesiones.

5. Ojos

Se limpian solos con las lágrimas y la grasa producida por las glándulas de Meibomio y se protegen gracias a las pestañas y las cejas que evitan la entrada de agentes externos. Diariamente se debe retirar cualquier rastro de maquillaje, se recomienda utilizar un limpiador a base de aceite, aceite de almendras, oliva o jojoba, aplicarlo sobre un pad de algodón y dejarlo sobre el ojo cerrado entre cinco y diez segundos. Retirar luego sin restregar.

6. El torso

La espalda es otra área descuidada por la dificultad de acceder a ella. El pecho, la región abdominal y el ombligo deben lavarse también con agua, masajeando suavemente, y con especial cuidado debajo de los senos, ya que al ser zona de pliegue puede desarrollar humedad, bacterias y mal olor.

7. Las uñas

Límpielas con un cepillo y no las corte demasiado a ras. Nunca corte la cutícula, su función es proteger la raíz de la uña de infecciones y al cortarla se facilita la entrada a los agentes patógenos.

Para limpiar las uñas de los bebés y de las personas mayores es recomendable utilizar un cepillo de cerdas suaves, de esta forma se garantiza que se elimine cualquier rastro de suciedad.

8. Cara y cuello

Los productos básicos para lavar la cara son el agua y un jabón neutro. Es importante limpiar el cuello y la nuca cuidadosamente y secarlos bien, ya que sus pliegues acumulan suciedad.

9. Las axilas

Son punto de “drenaje” del cuerpo, por ello su temperatura es un poco más alta y generalmente están más húmedas, favoreciendo la aparición de bacterias y la producción de olores. La limpieza diaria, retirar el vello y el uso de un buen desodorante o antitranspirante (si es necesario) minimiza el desarrollo de olores anormales. Seque muy bien las axilas después del baño y antes de aplicar el desodorante.

10. Las manos

Su limpieza es más importante que la de cualquier otro órgano del cuerpo porque van y vienen transfiriendo bacterias de aquí para allá. Hay que lavarlas con regularidad: cuando llegamos de la calle, cuando vamos a comer algo, antes de tocarnos la cara, la barba o arreglarnos el maquillaje, después de ir al baño y antes de cargar a nuestros hijos. El 15 de octubre es el Día Mundial del Lavado de Manos (CDC).

11. Zona anal

Se recomienda lavar primero la zona anterior y posteriormente la zona anal para evitar la transferencia de bacterias. No se aconseja el uso de esponjas o paños. Lave las manos antes de continuar con la limpieza del resto del cuerpo.

12. Órganos genitales femeninos

La vagina es una zona del cuerpo gobernada por el pH, cualquier cosa que lo afecte altera el equilibrio y la higiene de la vagina y favorece infecciones. Su olor natural puede variar con la sudoración, pero es normal. Lavarse esta zona varias veces al día elimina la flora vaginal protectora. Los jabones para el cuerpo tienen un pH alto (de 8), por lo que no se recomiendan en edad reproductiva. Los jabones íntimos no se deben utilizar antes de la menstruación o en la menopausia porque modifican el pH vaginal. Tampoco deben usarse duchas vaginales (internas) o desodorantes íntimos, porque alteran el pH y eliminan las bacterias protectoras (lactobacilos). La recomendación es lavarla con agua solamente o con jabones íntimos que contienen ácido láctico y hacen que ese pH sea menor.

13. Órganos genitales masculinos

Un hombre sin problemas de irritación ni infecciones debe lavarse todos los días con agua y jabón corrientes y secar concienzudamente. Si no ha sido circuncidado, debe hacerse con el glande descubierto y luego secarlo muy bien, antes de volver a taparlo.

Lavarse las manos antes de orinar y hacer una buena higiene después de tener relaciones sexuales puede evitar infecciones e irritaciones.

Quienes sufren de irritación del prepucio (balanitis), deben lavarse y secarse muy bien tres veces al día, porque la humedad favorece que se presenten infecciones. También los que sufren de prepucio estrecho y con problemas para limpiarse adecuadamente, tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de pene y por ello es recomendable que se circunciden.

14. Glúteos y piernas

Es importante masajear suavemente con agua los glúteos, la región de la ingle y detrás de las rodillas, así como secarse muy bien. Estas son zonas de pliegue que acumulan suciedad, humedad y bacterias.

15. Pies

Se deben lavar las plantas de los pies, los talones, los espacios entre los dedos y los tobillos con abundante agua y jabón de pH neutro y utilizar un cepillo suave para eliminar el mugre acumulado en las uñas.

Para evitar hongos, seque muy bien con papel secante el intersticio entre los dedos y la superficie de las uñas. El talco no es efectivo para todo el mundo y puede resecar la piel, si se va a utilizar, debe hacerse en muy poca cantidad, solamente en la planta y entre los dedos. Se recomienda preferir las medias de algodón, dejar airear los zapatos después de su uso y utilizar de vez en cuando sprays antibacteriales para evitar la proliferación de microorganismos en su interior.

Las uñas de los pies deben cortarse rectamente, sin dejar puntas y no demasiado a ras, ya que puede dejarse desprotegido el tejido de los bordes o bajo la uña, dando pie a laceraciones, hongos o infecciones.

Elementos para una buena higiene

  • Agua: no muy caliente, porque reseca la piel y puede generar afecciones en el cuero cabelludo.
  • Champú: preferible uno suavee, de pH neutro y sin sales, a menos que el dermatólogo haya recomendado un producto para una condición especial.
  • Jabón: que tenga pH neutro para que limpie sin dañar el manto protector de la piel. Se debe utilizar jabón en axilas, cuello y ano, pero el resto del cuerpo solo se debe lavar con agua. Los jabones especializados se recomiendan en el caso de afecciones específicas como dermatitis, acné o seborrea.
  • Esponja o paño: no se recomiendan porque pueden eliminar el manto graso de la piel causando mayor resequedad y en ocasiones favorecer algún tipo de patología cutánea.
  • Toalla: debe airearse después de utilizarse y cambiarse frecuentemente para evitar microorganismos. Un buen baño merece una toalla limpia.

La limpieza significa respeto por uno mismo, por quienes nos rodean y conciencia de cuidado propio y de los demás.

¿Cómo le pareció esta guía? ¿Conocía estas recomendaciones? Cuéntenos.

Fuentes: Luis Eduardo Vélez Guerra, M. D. Cristina Lotero Acevedo, M. D. Dermatóloga. Mónica Lotero Torres, M. D. Ginecóloga. Andrea Garzón Sogamoso, M. D. Podóloga. Juan David Bedoya Gutiérrez, M. D. Otorrinolaringólogo. Julio Ferrer Montoya, M. D. Urólogo. Ángela Janeth Garzón Gil, Higienista dental. Luis Fernando Monsalve Bustamante, M. D. Oftalmólogo.