Excited father and son playing computer game at home
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El valor del entretenimiento

3 agosto 2018 Revista 5 Sentidos

Productos como las series y los videojuegos no solo deberían entretener, también motivar preguntas, conmover o promover la empatía.

persona con el control en la mano viendo televisión

Productos como las series y los videojuegos no solo deberían entretener, también motivar preguntas, conmover o promover la empatía. Conozca más del ocio de hoy.

Las tecnologías de la información y las comunicaciones no solo han cambiado la manera de comunicarse o relacionarse, también la forma de entretenerse y el tiempo que cada persona invierte en eso.

Para Ómar Rincón, crítico de televisión, director del Centro de Estudios en Periodismo y docente de la Universidad de los Andes, “el entretenimiento hoy es la industria fundamental de la cultura. Es el gran negocio de la sociedad contemporánea y determina el estilo de vida, el buen estilo, lo cool y el paradigma de la felicidad”. Es decir, no solo el cine, la música o la literatura deben proporcionar placer, sino la vida misma.

Esto no siempre fue así. La modernidad y el capitalismo dividieron los tiempos de ocio y los productivos. Las personas no se podían entretener mientras trabajaban o estudiaban, y la capacidad de emocionarse se consideraba a comienzos del siglo XX como un asunto exclusivo de la élite. Fueron la prensa, la radio y la televisión las que popularizaron las artes e implementaron a través de sesiones o franjas unos tiempos para educarse, informarse o divertirse.

“Lo que está pasando con el ámbito digital es que se fusiona el esparcimiento con lo formativo. Uno debe hacer videojuegos hasta para aprender física o para enseñar idiomas”, explica Germán Franco, director del Centro Ático de la Pontificia Universidad Javeriana.

Empresas como Amazon, Apple, Facebook, Microsoft y Alphabet –la empresa matriz de Google– y su amplia oferta de lecturas, músicas, películas, series, videos y juegos no solo lo han atendido, están transformando las esferas política y social, y dominarán, según The New York Times, una gran parte de la vida en el futuro próximo, aunque “tengan dificultades para entender y navegar el caos de las plataformas que han construido”.

Likes para sobrevivir

“Habitamos el ocio productivamente, crece el tiempo que invertimos en pasarla bien y cada vez consumiremos más cosas que nos hagan felices. Seremos juzgados por cuán entretenidos la hemos pasado”, afirma Ómar Rincón.

Así, aparecen términos como maratón –que describe las horas dedicadas al consumo de una serie sin la dependencia de los horarios– o la expresión fear of missing out o el miedo de estarse perdiendo de algo importante debido a la multiplicación de plataformas, la necesidad de consumir lo que resulta tendencia, la masificación de relatos globales y el incremento de tiempo en la generación o consumo de contenidos. Solo YouTube es alimentado con más de 400 horas de video por minuto en el mundo.

Sin embargo, para Mauricio Velásquez, docente de la Universidad Eafit, una de las consecuencias consiste en que “en vez de expandirse, los universos narrativos se están comprimiendo. Se están multiplicando los mismos tipos de historias y la web termina por ofrecer lo mismo con distinto empaque”.

En síntesis, los productos de entretenimiento deberían lograr:

  • Motivar preguntas.
  • Conmover.
  • Promover la empatía o la sensibilidad frente a la situación de otros.
  • Generar explicaciones para entender lo que sucede en el mundo.
  • Cultivar el sentido del humor.

La televisión en Colombia

1954: 3 horas y 45 minutos duró la primera emisión de la televisión pública en Colombia.

1979: unas palabras del Presidente de la República, Julio César Turbay, emitidas desde el Palacio de Nariño, dieron paso a la primera señal de televisión en color.

1984: Hildebrando, basada en el libro de Jorge Franco Vélez, ha sido uno de los seriados más famosos desde el nacimiento de Teleantioquia, el primer canal regional del país.

1987: con cuatro canales codificados –Familiar, Deportes, Cine e Internacional– inició la televisión por suscripción.

1998: Yo soy Betty, la fea es la novela más exitosa de todos los tiempos según los Guinness Records, estrenada un año después de la apertura de los dos nuevos canales privados: RCN y Caracol.

2011: de 45.000 suscriptores a más de 500.000 pasó Netflix desde su lanzamiento.

“Hoy no se juzga solo al entretenimiento como una expresión de la cultura. La docencia, el amor, el turismo, la moda, la filosofía… todo debe entretener”. Ómar Rincón