Comer adecuadamente en la vejez nos permite estar sanos y disfrutar de grandes experiencias.
Los sabores, texturas y olores hacen que comer sea un placer que nos acompaña en todas las etapas de nuestras vidas.
Decía el gastrónomo francés Brillat-Savarin que “comer es un placer que dura toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos, cuando otros placeres ya no son accesibles”. Y es que sentarse a la mesa con quienes queremos y disfrutar olores, sabores y colores puede hacernos felices.
Sin embargo, la malnutrición en las personas mayores es más frecuente de lo que se cree y esto representa un peligro para la salud. La comida nos da energía, nos ayuda a mantener la mente, los músculos, los órganos y el espíritu en buen estado y nos proporciona el líquido que requerimos para que nuestro organismo funcione perfectamente.
¿Por qué comer nos deja de interesar?
El proceso de envejecimiento puede traer cambios en la agudeza de nuestros sentidos (vista, olfato, gusto) o en nuestras capacidades funcionales (problemas para deglutir, dolor o dificultad al masticar), que hace que los alimentos ya no sean tan agradables como antes.
Por otro lado, comienzan las restricciones: de dulce y grasas (en casos de obesidad, colesterol o cuando hay problemas de azúcar o diabetes) o la sal (en casos de hipertensión o retención de líquidos). Los azúcares, la sal y las grasas son los que mayor sabor les dan a los alimentos (principalmente industrializados) y si se restringen o eliminan comienzan a no saber a nada.
A jugar con los sentidos
Los sabores
El gusto de los alimentos es fundamental. Aunque haya que disminuir sal, azúcar y grasa (potenciadores de sabor), se puede compensar con sazonadores naturales como el cilantro, el perejil, el romero, el tomillo, el orégano, el ají, la cebolla o el ajo, que hacen los alimentos más sabrosos y esto puede incitarnos a comer. También en alimentos como un pescado, se puede añadir limón para que sea más sabroso.
Si queremos estar sanos debemos darnos la oportunidad de explorar otros sabores y aceptar determinados cambios, que no tienen por qué ser menos ricos que los que vamos dejando, por ejemplo, si nos fascina el dulce podemos aprovechar el que vivimos en uno de los países con más variedad de frutas del mundo y consumir las de cosecha que suelen ser más dulces. Las frutas son alimentos llenos de vitaminas, fibra, nutrientes, fitoquímicos y agua, además de saber delicioso alimentan.
Los colores
El proceso digestivo comienza al mirar el alimento y por lo tanto, un plato debe estar lleno de color. Un puré de papas puede estar coloreado con unas ramitas de cilantro; una crema de guineo o un caldo de carne puede tener unos pedacitos de queso, de orégano o unos trocitos de pimentón rojo o amarillo que lo alegren un poco. La naturaleza está llena de color y solamente hay que mirar y tomar un poco de esto y otro de aquello, para tener un plato multicolor.
El tacto
Los procesos de masticación y salivación son fundamentales para la digestión, no solo porque se procesa el alimento a una textura apta para ser digerida, sino por la cantidad de enzimas que tiene la saliva y que ayudan a aprovecharlo mejor. Sin embargo, masticar y tragar no deben convertirse en una lucha y todo debe estar en el punto en el que sea fácil de consumir (blando,no crudo), aunque no sea el ideal, según los manuales de cocina o de nutrición. Si es cómodo, sabroso y nos apetece, así debe ser.
La compañía
Comer es compartir. Los estudios muestran que muchas veces la falta de apetito está relacionada con pereza a alimentarse solos. La compañía parece ser un factor determinante en el gusto de comer y tener un familiar, un amigo, un ser querido con el cual comer se vuelve algo agradable, algo que se hace con gusto. Es importante construir toda una red de apoyo que pueda secompañía y alegría en los momentos de sentarse a la mesa.
¿Restricciones?
Restringir significa disminuir el consumo, no eliminarlo. Si existe un problema de anorexia o desinterés por la comida hay que darle preferencia a los alimentos que más nos gustan, eso sí, con moderación y en forma controlada, pero garantizando que se tenga la nutrición que se requiere para estar sanos. Algunos tips:
- Evitar los alimentos industriales que tienen grandes cantidades de sal, azúcar y grasas y priorizar alimentos naturales. De esta forma se puede controlar la cantidad de estos elementos, utilizar ingredientes de calidad y variar sabores con hierbas, ajo, cebolla.
- Comer entre cinco y seis veces al día. Para mantener nivelado el azúcar en la sangre y por lo tanto tener toda la energía necesaria, la glicemia estable y los procesos metabólicos en su punto. Lo importante es comer pequeñas porciones, garantizando que al final del día se haya consumido la cantidad de harinas, proteínas, grasas, verduras y frutas que debemos tomar diariamente.
- Escoger los ingredientes más saludables. Harinas integrales en vez de refinadas; aceite de oliva o ciento por ciento girasol (o soya, canola, maíz) en vez de mezclas; frutas dulces en vez de dulces previamente preparados y carnes magras mejor que grasas.
Cuidado con el glutamato (cubitos de caldo) tan utilizado para potenciar el sabor de las comidas. No está recomendado por su alto contenido de sal.
¿Comparte con sus familiares a la hora de preparar y consumir los alimentos? ¿Qué estrategias usa para darle mejor sabor, color y textura?