El maltrato en las personas mayores

Identifique las diferentes formas en que una persona mayor puede ser víctima de abusos y tome algunos consejos para prevenir o manejar esta situación.

No hay excusa para que haya violencia contra una persona mayor. Ellos mismos y sus allegados deben estar alerta a cualquier trato inadecuado. Al igual que el maltrato no se acepta contra los niños, tampoco es excusable en el caso de los adultos.

La Organización Mundial de la Salud define el maltrato al adulto mayor como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”.

La violencia física no es la única forma en la que se manifiesta, también incluye cualquier expresión que vulnere su dignidad, sus derechos y su voluntad; desde un grito hasta quitarles el derecho a decidir sobre su dinero. Pues no son, aunque se diga en broma, “niños grandes”, sino personas con una vida vivida, mucha experiencia y muchas cualidades para respetar y aun emular.

El problema comienza desde la percepción que la sociedad tiene de la vejez. Desde la década de 1950, la juventud ha ganado derechos trecho a trecho, hasta convertirse en la etapa de la existencia más importante y valiosa. Y aunque lo es, la adultez también es maravillosa con toda la experiencia, tiempo para realizar otras actividades, hobbies y destrezas que aún se pueden desarrollar. ¡La vida no se acaba con la juventud! Puede seguir treinta, cuarenta años más y terminará solo cuando exhalemos el último aliento.

Según la OMS, la población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de 900 millones en 2015 a unos 2.000 millones en 2050. Así que por sentido común, la vejez tendría que recuperar su espacio en la sociedad y esta tiene que generarle posibilidades para que las personas mayores sigan siendo autónomas, independientes, productivas y lleven una vida digna, saludable y rica en experiencias y vivencias. Un reto para la ciudad, para la sociedad y para cada individuo en la búsqueda de un futuro digno.

La calidad de vida de las personas mayores puede ser evaluada de acuerdo con los determinantes del envejecimiento activo establecidos por la OMS: económicos, personales, conductuales, sanidad y servicios de salud, entorno físico y sociales. Dentro de los determinantes personales se encuentran el bienestar, lo afectivo, la familia, el cuidado y el maltrato.

Junto con ellos, es invaluable la calidad de las relaciones que la persona entable con su entorno social, afectivo y familiares para disminuir el riesgo de maltrato y para desarrollar factores protectores frente a él.

Seis situaciones de maltrato en los mayores

1. Explotación económica o abuso financiero. Se puede dar por parte de un familiar o de un extraño e incluye:

• Uso ilegal o inapropiado de sus propiedades o reservas financieras, sin su permiso o por medio de engaños.
• Vivir a costa de esa persona sin su consentimiento.
• Forzarlo, amenazarlo u obligarlo a dar dinero o a firmar papeles o intercambiar dinero o bienes por los cuidados que requiere y luego no dar ese cuidado.

2. Maltrato psicológico o emocional. Es el menos evidente, pero el más prevalente de todos e incluye:

• Infligir angustia, estrés, ansiedad, culpa o miedo de cualquier forma verbal o no verbal.
• Control desmedido del cuidador o aislamiento del anciano.
• Amenazar a la persona mayor con abandonarlo, entre otros.

3. Negligencia del cuidador o abandono

• Es la negación, con intención o sin ella, de suplir las necesidades básicas de cuidado de la persona como su alimentación, higiene, acompañamiento para hacer sus necesidades fisiológicas, carencia de medicamentos, gafas o las ayudas necesarias para mantener su salud, así como desatender golpes, escaras o heridas.

4. Maltrato físico

• Es el uso de cualquier fuerza física que pueda causar daño corporal, dolor o discapacidad. Incluye zarandear, golpear, pinchar o quemar.

5. Abuso sexual

• Cualquier contacto sexual no consensuado.

6. Menoscabo grave de la dignidad y falta de respeto

• Es desconocer la voluntad de la persona, gritarla, maltratarla verbal o psicológicamente.

El silencio, cómplice del maltrato

El abuso muchas veces no se reporta por:

• Vergüenza de contar lo que les está aconteciendo.
• Sentimiento de que ellos son en parte responsables de lo que les está pasando.
• Miedo a retaliación.
• Miedo a perder a la persona que los cuida.
• Miedo a que se los ingrese en una casa de ancianos.
• Impotencia, sensación de que no hay ayuda disponible o posible.
• Resignación a la situación, “es así y va a seguir así”.
• Dependencia económica y por lo tanto miedo a quedar desprotegidos.

Signos de que una persona mayor es vulnerada

• Cambios inexplicables en su conducta.
• Alejamiento de su entorno cotidiano y abandono de sus actividades regulares.
• Decaimiento emocional inexplicado.
• Cambios afectivos.
• Miedo.
• Ansiedad frente a personas específicas.
• Confusión.
• Soledad – Aislamiento.
• Sentimientos de desamparo.
• Apariencia descuidada, ropa sucia o mal puesta
• Cuando presenta hambre, sed o pierde mucho peso.
• Vivienda sucia, descuidada o demasiado desordenada.
• Empeoramiento de las condiciones de salud.
• Presencia de moretones, golpes, cojera, o dolores sin explicación alguna.

Una persona que ha sido sometida a abuso o violencia debe recibir ayuda, sea de la familia o de un profesional para superarlo y continuar con una vida plena y feliz.

La mayoría de los casos de maltrato provienen de personas de confianza, sea un cuidador, familiar, hijo, nieto o esposo.

Fuente: María Isabel Zuluaga-Callejas. Psicóloga, máster en Salud Pública.