A diario recibimos grandes volúmenes de información en la red, saber diferenciar entre lo importante y lo trivial es fundamental para evitar una intoxicación de contenido.
Los mensajes de WhatsApp, fotos, videos de redes sociales, los correos electrónicos y la publicidad, son solo una parte de esos miles de datos que debemos procesar y que han despertado un sentimiento colectivo de saturación o de infoxicación.
Te ofrecemos algunos consejos para tener en cuenta al momento de consumir contenido en línea:
1. Clasifícala con base en su relevancia, calidad y actualidad:
La información es similar a esos alimentos que requieren un consumo moderado, por los efectos secundarios que pueden generar. Debes aprender que no todo lo que está disponible es útil ni tiene las características necesarias para convertirse en conocimiento.
2. Verifica su vigencia:
Este parámetro te ayudará a depurar. Si estás revisando un sitio y desconoces la fecha de publicación, basta con que selecciones un fragmento del artículo, des clic derecho y elijas la opción buscar. Las fechas asignadas en los resultados que arroja el buscador aclararán tus dudas.
3. Valida el emisor:
Si recibes la información a través de un medio como WhatsApp o Facebook, verifica si quien la envía es una persona que conoces y si te genera confianza. Si no lo es, revisa sus perfiles, el tipo de contenidos que publica y la frecuencia con que lo hace.
4. Revisa la confiabilidad de la fuente:
Si estás navegando en la web de un medio de comunicación, evalúa aspectos como la imparcialidad, el tono, las fuentes y la pauta publicitaria. Esta última, en ocasiones, determina la forma de presentar la nota.
5. No te quedes con el primer resultado de la búsqueda:
Cuando hagas una consulta directa es ideal que explores varias páginas, compares la información y busques elementos claves dentro del artículo, como referencias bibliográficas, descripciones sobre la experiencia y formación de los autores. La calidad también se hace evidente en la redacción, ortografía, resolución de las imágenes y videos, como también, en la composición gráfica del sitio web.
6. Verifica la veracidad de las fotografías:
En especial, aquellas que tienen contenido sensible como indicios de violencia, rostros en primeros planos o las que describen aparentes episodios históricos. Si dudas de su veracidad o vigencia, haz uso de la búsqueda inversa de Google. Para encontrar esta opción digita en la barra de Google la palabra “Imágenes”, y localiza en la parte inferior derecha, el ícono de una cámara. Una vez subas la imagen encontrarás cuál es su origen.
7. Cuidado con los anuncios:
Piensa dos veces antes de seguir los anuncios que encuentras en las páginas que frecuentas. Recuerda que el malvertising o publicidad maliciosa pone en riesgo tu privacidad. Evita instalar plugins o extensiones innecesarias. Ten instalado un antivirus y cerciórate de tener la última versión de tu navegador.