Consejos para crear el hábito del ejercicio

Si cada vez que empieza a realizar una actividad física o un deporte falla en el intento, tal vez no ha escogido el adecuado. Conozca cuál le conviene más y cómo empezar.

Hacer deporte se considera la mejor medicina. Es bueno para el cuerpo y bueno para el alma. Escogerlo depende de nuestra condición física, pero sobre todo del gusto personal, para no abandonarlo al primer tropiezo.

Antes de empezar siempre debe haber una evaluación con un médico deportólogo. Es importante revisar cómo estamos (corazón, articulaciones, masa muscular, entre otros), así como saber a dónde queremos llegar. Por eso, además de revisar nuestro estado, nos guiará en el acondicionamiento físico que requerimos para realizar la actividad o deporte que escogimos.

El acondicionamiento físico es el entrenamiento de la condición física o de las condiciones físico/atléticas (fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad y hasta el mismo descanso) para poder practicar cualquier actividad, ejercicio o deporte, no solo con miras a grandes objetivos como correr una maratón o participar en una vuelta ciclística, sino para los más simples como comenzar a trotar o a jugar fútbol regularmente.

Hacer deporte involucra algo más que decidirse y “arrancar”. La capacidad cardiorrespiratoria (corazón y pulmones), la elasticidad, la fuerza y la resistencia se van perdiendo con el sedentarismo y se recuperan poco a poco, de forma que lleguemos a un punto en el que se pueda practicar el deporte, disfrutándolo y sin que el choque sea demasiado alto para nuestro organismo.

Deporte, un camino desde la infancia

La actividad física debería hacer parte de la vida desde la infancia. Por un lado, para que se convierta en algo tan importante como comer o respirar y, por el otro, para que se obtengan todas las ventajas y aprendizajes que el deporte brinda como la disciplina y el trabajo en equipo.

Para que se vuelva una parte vital en la cotidianidad de los niños, es fundamental que encuentren por ellos mismos el deporte que quieren practicar. No el que los padres decidan, el que ellos quisieron realizar y nunca pudieron, sino aquel que los pequeños descubren y con el que se sienten cómodos y felices.

¿Cuál es el indicado?

Hay deportes de velocidad, de potencia y aeróbicos, que requieren ciertas características que vienen ya incluidas en el core genético de cada niño y la idea es que ellos participen en muchas actividades para que identifiquen sus aptitudes, gustos y capacidades.

La iniciación deportiva les permite escoger y les va señalando en cuáles deportes les irá mejor. Por ejemplo, en el basquetbol se desempeñan mejor individuos altos; en la gimnasia los pequeños, pues hay un centro de gravedad más estable; el patinaje requiere fortaleza y flexibilidad de músculos y tendones en pie y rodilla, y la natación, una buena capacidad cardiorrespiratoria.

Aunque el deporte desde el punto de vista competitivo selecciona a los “más aptos” y muchas veces el mismo niño al sentirse perdedor busca otra actividad, si definitivamente quiere practicarlo, puede acondicionar su cuerpo para disfrutarlo a nivel recreativo.

Las edades decisivas

• De 3 a 5 años: se desarrolla la motricidad fina y la motricidad general y cuando se adquieren, es el momento de la iniciación deportiva.
• A los 7 años: se desarrolla la motricidad deportiva.
• Cada práctica deportiva tiene sus propios ciclos, mientras que los gimnastas por ejemplo empiezan a edades muy tempranas (desde los 5/7 años), es entre los 15 y los 25 años cuando empiezan a competir; los futbolistas, en cambio, inician sus carreras entre los 18 y los 20 años.

Fuente: César Torres Llano, M. D. Deportólogo.