La resiliencia es una habilidad necesaria en cualquier momento de la vida. Cultivarla y enseñarla a tus hijos desde temprana edad los guiará en el descubrimiento de su mundo emocional y les ayudará a enfrentar los desafíos en el camino.
Según la RAE, la resiliencia es la “capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”. Si pensamos en nosotros, podemos decir que resiliencia es la capacidad de recuperarnos de los problemas y las luchas que inevitablemente surgen en la vida.
La infancia es el momento indicado para empezar a cultivar esta habilidad que resulta indispensable para la madurez, por lo que instruir desde el amor y el acompañamiento debe convertirse en el mapa para lograr la resiliencia. María Camila Moreno Piedrahíta, sicóloga especialista en salud mental del niño y el adolescente de SURA, comparte 5 pasos para promover la resiliencia en los más pequeños.
Paso 1
Fomenta en los niños habilidades como la toma de decisiones, el control de emociones y del cuerpo, el autoconocimiento, el análisis, la ética, la resolución de problemas, la tolerancia a la frustración y la flexibilidad cognitiva (es decir, la capacidad de reajustar los pensamientos y la conducta cuando sea necesario). Por ejemplo, ante el miedo de tu hijo frente a un examen puedes actuar de manera receptiva y proactiva, escuchando sus razones, entendiendo que eso es importante para él y ayudándole a buscar una solución, con consejos como: “¿qué tal si cuando sientas miedo respiras profundo como soplando una vela?”.
Paso 2
Si los pequeños muestran comportamientos indeseados, es una señal de que aún hay destrezas que necesitan fortalecer. Edúcalos en el respeto, la paciencia y el autocontrol por medio del juego y de actividades que puedan realizar juntos.
Paso 3
Permite que tu hijo sienta emociones desagradables como el enojo, el miedo o la tristeza. Así obtendrá herramientas cognitivas y emocionales para afrontar situaciones similares en el futuro, y entenderá que la adversidad, la perseverancia y el éxito son parte de la vida. Por ejemplo: si tu hijo o hija adolescente se resiste a unirse a un grupo deportivo puede ser por temor al rechazo. Empieza a afianzar sus habilidades desde la casa y motívalo a dar pequeños pasos en el deporte que le interese.
Paso 4
Haz preguntas que le permitan a tu hijo identificar el sentimiento y entenderlo, para fortalecer el autoconocimiento y el de los demás (inteligencia emocional). Formula preguntas como: ¿qué sientes? o, ¿qué te llevó a sentir eso? Recuerda que las actitudes de reproche ante la tristeza y la falta de diálogo desestimulan la resiliencia.
Paso 5
Confía en la capacidad de los pequeños para resolver los conflictos. Tú papel debe ser el de acompañarlos y mostrarles diferentes opciones para responder positivamente a lo que les pasa, mas no resolver los conflictos por ellos.
En conclusión, educar en la resiliencia le dará a tu hijo mayores capacidades para adaptarse a diferentes situaciones, fortalecer sus emociones y obtener aprendizajes valiosos de cada experiencia.
La resiliencia se adquiere
Podemos desarrollar esta habilidad a cualquier edad, pero la primera infancia es un momento crucial para fomentarla. Imagina el cerebro de tu hijo como una casa en construcción: el primer piso representa la parte inferior del cerebro, encargada de las funciones que nos permiten estar vivos (respiración, frecuencia cardíaca, etcétera) y de las emociones intensas. El segundo piso está en construcción y se denomina cerebro superior, el cual estará madurado alrededor de los 25 años de edad. En esta región encontramos funciones como la toma de decisiones, la flexibilidad, la empatía, la racionalización, el control del cuerpo y de la mente, y otras que le permitirán al niño y al joven obtener y fortalecer la habilidad de la resiliencia durante ese proceso de maduración.
Fecha de publicación: mayo 17 de 2021
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