Conozca cómo actuar en caso de que usted o un familiar la padezca.
La fibromialgia es una enfermedad que no se detecta fácilmente y aunque es poco comprendida, es más común de lo que parece. Conozca cómo actuar en caso de que usted o un familiar la padezca.
¿Qué es? Un síndrome de dolor musculoesquelético crónico distribuido por todo el organismo, sin que haya lesiones visibles, responsables de la sintomatología y que dura más de tres meses sin remisión. Es una agudización en la percepción del dolor dependiente de los neurotransmisores, es decir, que el umbral del dolor disminuye y hay mayor excitabilidad de forma que un simple roce puede sentirse como un golpe agresivo.
¿Qué la produce? Sus causas son desconocidas, aunque no se ha descartado que tenga un componente genético. Lo que se sabe es que ocurre una disminución de la serotonina, el neurotransmisor responsable de regular la intensidad de las señales en las células nerviosas.
¿Quiénes la sufren? Se estima que entre 2% y 5% de la población mundial la sufre y es más prevalente en mujeres que en hombres (en algunos grupos poblacionales hasta con relación de cinco mujeres por cada hombre). Se cree que tiene un altísimo componente emocional, por lo que personas con una estructura psíquica frágil, hipersensible, perfeccionistas o psicorrígidas son más propensas.
¿Cuándo aparece? No se presenta a una edad determinada, aunque es más frecuente en personas de mediana edad, especialmente mujeres entre los 35 y los 45 años y aumenta en personas mayores de 60 años. Frecuentemente aparece tras una infección, virosis aguda, accidente, un trauma físico, trauma emocional o una enfermedad severa que actúan como disparadores.
¿Es secundaria a otras enfermedades? No se conocen casos de fibromialgia como patología única. Generalmente viene asociada a otra condición o condiciones de salud, muchas veces de tipo reumatoideo, lupus eritematoso sistémico, enfermedades musculoesqueléticas inflamatorias, depresión o patologías ansiosas. Aún no se tiene claro si la fibromialgia es causa o resultado de estos estados emocionales.
¿Cómo se diagnostica? Por descarte. Primero hay que cerciorarse de que no se trata de alguna otra patología dolorosa crónica. Anteriormente, para diagnosticar fibromialgia la persona debía cumplir con el criterio de tener mínimo 11 puntos dolorosos de 18 (puntos de Russell), pero hoy ya se sabe que puede estar cursando la enfermedad sin que todos estos puntos se hallen necesariamente activados.
¿Qué profesionales la tratan? El tratamiento es multidisciplinario. Se recomienda que a la cabeza esté un médico de familia o internista que conozca la patología, tenga cercanía con el enfermo y dirija el tratamiento en su conjunto. También es deseable la intervención de varios especialistas, entre ellos psiquiatra, reumatólogo, fisiatra y nutricionista si hay problemas de peso.
El tratamiento contra la fibromialgia no busca una cura, sino el alivio de los síntomas. Es recomendable tener expectativas racionales frente a los resultados, pues todo avance, por pequeño que sea, es importante, pero la mejoría suele ser progresiva y lenta.
Al ser una enfermedad crónica, la fibromialgia puede ser devastadora. Un tratamiento solo farmacológico no es suficiente. Se requiere apoyo del entorno, del médico tratante y una actitud positiva frente a la enfermedad: decidir vivir la vida, no centrarse en vivir el dolor.
Conocer la enfermedad, tener un papel activo y comprometido en la terapia, expectativas realistas y mucho apoyo alrededor, puede marcar la diferencia.