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Redistribución de los ejes de poder: la tendencia de la política en el mundo
5 agosto 2020
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Mientras las personas no puedan transitar de un país a otro, la ciencia y la tecnología recorren el planeta más rápido que nunca.
Aunque la tecnología y la ciencia han diluido fronteras físicas, los países se han encargado de reforzarlas. Esta paradoja global ha dado lugar a la transformación tanto en las relaciones entre Estados como en las políticas de cada nación, provocando una deconstrucción del discurso histórico en términos de poder, economía y sociedad.
Frente a una emergencia sanitaria que no discrimina entre regiones, los gobernantes han tomado la decisión de aislar a las poblaciones. Determinación que, de manera inmediata, pone en jaque las relaciones de comercio, así como las políticas internas y externas que funcionaban hasta entonces. Simultáneamente, se comparten en tiempo real un sinnúmero de datos, investigaciones, desarrollos, modelos de atención y acciones innovadoras que se replican entre países. Es cierto que las personas no pueden moverse entre un territorio y otro, pero hoy las ideas recorren el mundo más rápido que nunca.
Las consecuencias de este nuevo paradigma son evidentes. Una de ellas tiene que ver con la acumulación de datos masivos que facilita a los gobiernos regular la actividad social de los ciudadanos, aumentando su capacidad de monitorear su ubicación, gastos e interacciones. Como resultados ligados a esta tendencia surgen la invasión de la privacidad, el impedimento en la realización de acciones colectivas, la hipervigilancia y el hipercontrol.
Sobre este tema, el investigador social Alejandro Reyes Posada advierte en su columna en El Espectador que, dadas las nuevas circunstancias, surge un “temor generalizado de que, después de pasada la pandemia, los gobiernos no quieran ceder el nuevo poder adquirido en la emergencia y lo quieran usar para hacer más exigua la democracia que descansa en las mayorías”.
A este escenario se le suman los nuevos nacionalismos y valores alrededor de la cohesión social como efectos colaterales en las personas, quienes en entornos cercanos y conocidos se unen desde la afiliación y la protección, mientras que toman una actitud de rechazo al “otro”, que se visibiliza como amenaza.
Por otro lado, el nacimiento de políticas económicas y fiscales, exclusivamente con el objetivo de ayudar a las empresas y ciudadanos, también es un producto inmediato ligado a la coyuntura generada por el covid-19. Este reenfoque de presupuestos estatales se ha dado de manera distinta en cada país.
Por ejemplo, el Congreso de México aprobó la reforma de presupuesto y responsabilidad hacendaria para “cuidar la salud de los mexicanos, que es la prioridad, y la salud de la economía”, como lo afirmó el primer mandatario Andrés Manuel López Obrador. En El Salvador, el presidente Nayib Bukele anunció que se suspendería el pago de servicios básicos como agua, luz, e incluso internet, durante tres meses para toda la población y que aplazaría por el mismo período el pago de alquileres y cuotas de créditos, con el fin de evitar que la emergencia sanitaria afecte a los sectores más vulnerables.
Sin embargo, no en todos los países las decisiones han estado unificadas. Un ejemplo de ello es que, ante la necesidad de tomar determinaciones con agilidad y rapidez, en Colombia se ha generado una descentralización del poder en la que han sido los alcaldes y gobernadores los que han declarado, en gran medida, las acciones a emprender dentro de las ciudades y departamentos, situación que ha generado choques con el ejecutivo nacional.
El politólogo Yann Basset explica que “la crisis ha creado un desequilibrio entre los poderes ejecutivos, tanto nacionales como locales, que han asumido un protagonismo excepcional con el estado de emergencia, y unas instancias de control político, como Congreso y Concejos, que tienen dificultad para reorganizarse. Un desafío fundamental en este contexto va a ser restablecer poco a poco los canales de representación a medida que salgamos de la emergencia”.
En todo caso, la pandemia ha tocado las fibras políticas más profundas de las comunidades, ciudades, países y continentes, lo cual, de hecho, terminó por abrirle las puertas a nuevas agendas locales, nacionales y globales en torno a la salud pública, el desarrollo sostenible y la economía, lo que incluye en el panorama a la academia, la empresa privada y la sociedad civil con nuevas incidencias.
Evidencia de esto es el caso de InnspiraMED en Colombia, iniciativa que unió esfuerzos y voluntades de compañías, universidades y Estado para poner al servicio de los pacientes críticos de covid-19 tres modelos de respiradores funcionales fabricados en el país, a la vez que cedió sus diseños en Open Source para ser replicados en otros contextos.
Los panoramas que hoy cambian en la política invitan a la reflexión y al reconocimiento de un posible nuevo orden mundial donde la ciencia, la tecnología, los gobernantes y las empresas asuman liderazgos que lleven a una mayor capacidad de ejecución, posibilitando ritmos, mesas de concertación, políticas públicas y liderazgos diferentes que permitan ampliar sus márgenes y roles en la sociedad, pero, sobre todo, de articulación y sensibilidad social.
Desde SURA te compartimos diversas señales e impactos identificados en el contexto actual, a partir del análisis de la transformación que hoy se vive en distintas áreas para descubrir nuevas maneras de habitar.
Fecha de publicación: agosto 05 de 2020.
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