María Clara Choucair pone la ingeniería al servicio de la sociedad

Esta empresaria, quien potencia la transformación digital de las compañías en Hispanoamérica, cuenta cómo ha llegado a ser líder del sector tecnológico.

“Las empresas no tienen dueños; les pertenecen al mundo”. Esa es la opinión que se ha formado María Clara Choucair, fundadora y CEO de Choucair Testing S.A​., tras más de dos décadas liderando el sector tecnológico del país y observando casos de éxito empresarial que demuestran que los buenos productos y servicios son más importantes que sus artífices. Esto, según dice, porque “aunque nosotros los inventemos en algún momento, los entregamos a la sociedad para resolver un problema o una necesidad”.

Ese enfoque en la producción de soluciones para las problemáticas de la sociedad es justamente, a sus ojos, el propósito de la ingeniería sin importar el campo en el que se aplique. Ella, por su parte, lo ha hecho en el mundo del software​ desde que se formó como ingeniera de sistemas en la Universidad Eafit —institución de la que posteriormente se graduó como especialista en finanzas— y decidió sumergirse en una dimensión que le resultaba cercana: la de crear empresa.

Y le era cercana porque, como recuerda, invirtió largas horas de su juventud en el restaurante de su mamá, quien hizo de ese negocio el sustento para su familia y una fuente de conocimiento para María Clara. “Eso me hizo muy consciente de la responsabilidad que acarrea ser empresario. Entendí que no se trata solo de tener una fuente de ingresos, sino de una decisión de vida que hace que muchas personas dependan de ti. Por eso me demoré en tomar la decisión de lanzarme al agua con mi idea, que fue inicialmente incubada por una empresa para la que trabajé”, recuerda esta mujer de ascendencia libanesa por línea paterna.

Fue así como, hace 20 años, Choucair Testing S.A. empezó a ofrecer un servicio novedoso de validación de tecnologías creadas por compañías en sectores diversos. “Nos dedicamos a probar si esos desarrollos sirven para lo que fueron concebidos”, dice la ingeniera, poniendo en palabras simples un proceso lleno de tecnicismos y matemáticas. En ese sentido, aclara que los números están al alcance de todos y que la idea de que hay poca participación femenina en su campo hay que derribarla “porque la gente cree que las matemáticas son para hombres o para superdotados, pero yo puedo decir que en mi oficina la mitad del equipo son mujeres”.

Al respecto, añade que nunca le preocupó ser mujer en un escenario que, como se cree popularmente, está hecho por y para hombres. Más bien, siempre tuvo la seguridad de que en el universo de las ideas, la ciencia y el conocimiento no hay distinciones de sexo, raza o edad. Esa manera de pensar, reconoce María Clara, le evitó pensarse en una posición de desventaja con respecto a sus colegas hombres y le permitió enfocarse en abrir caminos para su empresa​, la misma que al día de hoy genera 700 empleos y tiene oficinas en Lima, Ciudad de Panamá, Bogotá y Medellín.

El reto de emprender

Otro de los motivos por los que María Clara logró posicionar su proyecto fue el haber sorteado las dificultades que le llegaron con su rol de empresaria, como los miedos al fracaso, a no cumplirles a sus clientes y empleados y a tomar una decisión equivocada. Sin embargo, recuerda que esas preocupaciones que la aquejaban en el día y la desvelaban en las noches, desaparecieron con una mezcla de tiempo, experiencia, buenos consejeros y disciplina. Además, tener una estrategia clara para diferenciarse de la competencia le dio paso a nuevos ciclos y preguntas porque, asegura, ser líder empresarial implica replantearse y reinventarse cuantas veces lo exija el contexto.

Más tarde, el crecimiento y la consolidación en el mercado le permitieron entender que Choucair Testing S.A. no era solo una máquina para pagar nóminas, sino un “vehículo de equidad”: un concepto que usa para explicar que su enfoque por las buenas prácticas la llevó a certificar sus procesos dentro del movimiento B Corporation, que agrupa a las empresas con altos estándares en contribuciones sociales y ambientales, transparencia pública y legal y construcción de una economía inclusiva y sostenible.

“Se puede juntar gente alrededor de una idea para bien o mal. Y me di cuenta de que nuestros empleados, sus familias, los clientes y los accionistas conformaban un grupo que, bajo una visión y un liderazgo, podía incidir en la solución de problemas desde distintos frentes. Por ejemplo: hicimos siembras de árboles​ y creamos un club para mamás que necesitaban apoyo”, dice Maria Clara, convencida de que las compañías deben desarrollar proyectos que tengan buenas intenciones teniendo en cuenta su poder de impactar la sociedad.

“Somos ciudadanos y lo público nos pertenece. En ese sentido debe haber una conciencia que nos lleve a resolver lo que no nos gusta de nuestro entorno”, concluye, haciendo una invitación abierta para construir una ciudad soñada mediante pequeñas acciones que nazcan de motivaciones personales, las mismas que, reconoce, a ella le despertaron las lecciones de humildad y generosidad que ha recibido como empresaria​.

Fecha de publicación: marzo 22 de 2019.