Alternancia: medida de bioseguridad clave para instituciones educativas

Debido a la alta población que tiene el sector educativo, es necesario acudir a alternativas que favorezcan el distanciamiento físico y prevengan el contagio por covid-19.

No solo los profesores y estudiantes (población de primera infancia, niños, adolescentes y jóvenes) conforman la comunidad estudiantil. Si algo caracteriza a este sector es la gran cantidad de personas que congrega, incluyendo el personal administrativo, de apoyo, oficios varios y visitantes.

En días de emergencia sanitaria, en los que debemos priorizar el distanciamiento físico para evitar el contagio por covid-19, es necesario implementar medidas que favorezcan la seguridad y el bienestar de todos, sin interrumpir las actividades educativas. Una de ellas es la alternancia, es decir, la posibilidad de turnar la presencialidad con la virtualidad, buscando darle un mejor control a la situación. 

Flor Edi Gualy, profesional en prevención de riesgos de ARL SURA, explica que la alternancia no es que una persona asiste un día a la institución y al otro no; se requiere un análisis de vulnerabilidad para identificar quiénes (personas adultas o menores) pueden cumplir con sus responsabilidades de manera presencial y quiénes no, según sus condiciones de riesgo.

Esta medida de rotación garantiza que se cumplan los protocolos de seguridad (principalmente el distanciamiento físico), controlando la cercanía entre las personas. Para lograrlo, las instituciones deben acatar lo dispuesto en la Resolución 1721 del 24 de septiembre de 2020, el cual señala que el aforo máximo permitido es del 35 % de la población.

Recomendaciones especiales para el sector educación

• Cerciórate de que se cumplan los protocolos de bioseguridad: distanciamiento físico de, por lo menos, dos metros; uso de protección respiratoria (mascarilla o tapabocas) y lavado de manos con agua y jabón, como mínimo, cada hora.
• Define si se consumen o no alimentos en la institución. En caso de que sí se haga, garantiza la distancia entre las personas, pues esta actividad requiere quitarse el tapabocas.
• Promueve la seguridad en el transporte particular: en las rutas escolares se regula y controla la situación por medio de la higienización de las manos y el distanciamiento dentro de los vehículos, pero hay casos en los que varias personas, que no son parte del mismo núcleo familiar, comparten un automóvil. 
• Haz control y seguimiento de los síntomas del personal (estudiantes o no). Esto facilita la toma de decisiones sobre si alguien debe ausentarse o aislarse, lo que aporta al cuidado de su salud y la de los demás.
• Opta por una adecuada ventilación: es necesario que el virus no se quede estacionado, sino que salga. Hay que ventilar salones, oficinas administrativas y zonas comunes como baños. De igual forma, garantiza la limpieza y desinfección de superficies.
• Asegúrate de que no haya contacto estrecho sin protección respiratoria. Hablamos de contacto estrecho cuando alguien interactúa con otra persona a menos de dos metros de distancia y por un tiempo igual o superior a quince minutos sin tapabocas o mascarilla.
• Habilita y acondiciona lugares para el esparcimiento. Verifica que sean recintos amplios, abiertos y señalizados con las distancias requeridas tanto para compartir como para estar solos y sin protección. Los lugares cerrados y estrechos pueden ser restringidos temporalmente.
• Refuerza los roles de control y vigilancia en descansos y recreos por parte de las personas adultas con el fin de que se corrijan comportamientos en los menores que los expongan a riesgos.
• Promueve la conformación de un comité de bioseguridad que monitoree el cumplimiento de las normas y genere mecanismos de comunicación. Por ejemplo: boletines que informen sobre protocolos, casos positivos y sospechosos, logros y otras actualizaciones.

Fecha de publicación: febrero 15 de 2021.

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