¿Las redes sociales han transformado la promoción de lectura?

Plataformas como Youtube e Instagram han hecho que el papel de los impulsores de los libros tenga nuevos alcances. Conozca la evolución de este oficio.

Que la lectura siempre pase por el cuerpo, por los sentidos. Que active conexiones a través del sonido, el movimiento, las pausas, la respiración. Que emocione mediante el ritmo, el tono y el volumen de la voz. Que genere interacción, crítica y análisis​. Que regale nuevas experiencias estéticas con tipografías, ilustraciones y portadas. Que introduzca a un universo en el que el lenguaje e​s rico e inacabable.

Esas son las premisas bajo las cuales trabajan los promotores de lectura cuando intentan que su público se enamore de los libros, esos objetos que se convierten en una máquina del tiempo y del espacio por su capacidad de transportar la mente a lugares inimaginables y distantes al cuerpo.

Deisy Barbosa sí que sabe de eso. Ella es bibliotecóloga de la Universidad de Antioquia y fundadora de la Corporación Letrainquieta​, una entidad independiente que trabaja en tres líneas: la participación en eventos de divulgación del libro en Medellín, los talleres corporativos alrededor de la lectura y la escritura, y la formación de booktubers —la comunidad de YouTube que sube videos para opinar y recomendar publicaciones editoriales— para la producción crítica y contextualizada de contenidos sobre libros.

Con esta última, Letrainquieta logró gestionar recursos públicos para formar a 30 personas aficionadas a la creación de este tipo de material durante 2018, y en 2019 espera capacitar de la misma forma a los influenciadores de Instagram que se hacen llamar bookstagrammers​. Esa experiencia, sumada a la investigación sobre booktubers que hizo la promotora para la maestría en Promoción de la Lectura y la Literatura Infantil y Juvenil, en la Universidad de Castilla La Mancha (España), le ha permitido analizar cómo los nuevos medios han intervenido en la misión de animar a la lectura y cómo han contribuido para derribar algunas ideas preconcebidas como que “leer es aburrido” y “da sueño”.

“La dificultad más grande de la promoción es la obligatoriedad que la escuela le ha puesto a la lectura y la escritura. En cambio cuando la gente descubre que los libros les hablan de sus realidades y de lo cotidiano se sorprende y se aficiona”, cuenta Barbosa, y sugiere que esto puede pasar tanto en el mundo tangible como en el virtual porque en ambos se trabaja con los mismos criterios. Por eso cuando alguien le dice que los promotores de lectura en internet no tienen idea de lo que están haciendo, ella argumenta que también es probable encontrarse con un promotor que no haga bien su trabajo en un espacio físico.

Con ideas como esta, la promotora derriba algunos mitos de la promoción virtual y presencial. Aquí algunas de sus conclusiones:

1. Los promotores en internet son ignorantes.

No es cierto. Los booktubers y bookstagramers han entendido que para hablar de libros necesitan formarse para expresar sus ideas con claridad y desarrollar un criterio para recomendar obras (tras un análisis del lenguaje, los personajes, la historia…). Es la razón por la que han empezado a asistir a ferias del libro como validadores de publicaciones mientras abren micrófonos para discutir cómo internet ha cambiado el mundo editorial. También por la que cuentas de Youtube como KyokoSwords y Crónicas de una merodeadora tienen 20 mil y 63 mil seguidores, respectivamente. “En ocasiones la calidad de lo que hacen no es la mejor, pero es posible encontrar muy buenos ejemplos. No se puede seguir desconociendo que están haciendo una labor importante y que muchos jóvenes empiezan a leer a partir de estos contenidos”, asegura la bibliotecóloga.

2. Solo el promotor tradicional sabe conectarse con los lectores.

Es claro que la empatía entre lector y promotor genera procesos de lectura sólidos y fluidos, pero lo que muchos ponen en duda es si ese vínculo puede establecerse en la virtualidad como se ha hecho tradicionalmente en espacios físicos. Barbosa cree que sí es posible. “Esa interacción o cercanía entre el sujeto que está en la pantalla y el sujeto lector se da gracias a todas las estrategias que los booktubers implementan para comunicarse con sus seguidores, por ejemplo, con secciones para hablar sobre su vida, sus gustos, su cotidianidad. Y tal vez eso sea imposible de entender para generaciones que no tuvieron estas herramientas y que necesitan del tacto, el olfato…; pero para ellos esa forma de comunicación es natural”.

3. Los booktubers e instagramers son adolescentes.

No es cierto. Aunque hay muchos que son estudiantes de colegio o que están iniciando la universidad, también hay casos de niños y adultos que han empezado a usar estos canales para hablar de la pasión que les despiertan los libros. Algunos ejemplos son los canales Angela de letras​ y Halcón literario​ (formados por Letrainquieta), en la categoría de adultos, y Brenda Gutvay​, para los niños.

4. ¿Quién debe ser protagonista: el libro o el promotor?

Hay quienes dicen que los libros se “salvan por sí solos” y que no necesitan de alguien que los defienda. Sin embargo, Barbosa explica que el papel del promotor puede ubicarse en el centro de la ecuación, sobre todo en los movimientos que se impulsan a través de redes sociales, teniendo en cuenta que el reconocimiento de alguien en esta actividad le da validación a la lectura e invita a los usuarios a encontrar relación entre los textos y sus vidas​.

5. Los espacios físicos tienen mayores posibilidades de conquistar lectores.

Muchos aseguran que la reproducción de un video no garantiza que el usuario esté conectado con el contenido, pero Barbosa dice que llenar un auditorio o una sala de lectura tampoco garantiza que los asistentes estén “presentes mentalmente”. Por eso la promotora destaca que, al contrario del mundo físico, internet potencia el alcance de las ideas más que cualquier otra herramienta, “porque no hay límites de tiempo ni espacio​. Si no te puedes conectar para ver una transmisión, la ves horas después. Y una persona de cualquier lugar del mundo puede acceder. El contenido tiene más posibilidades de ser visto, de ser medido, de ser comentado. Por eso veo grandes posibilidades en estos medios”.

Las transmisiones en vivo en las distintas redes sociales y los webinars —presentación o taller virtual mediante un software de videoconferencia que permite discutir información en tiempo real— son otras opciones que pueden explorar los promotores de libros para ampliar su rango de alcance. Representan nuevos horizontes para que instituciones como librerías y bibliotecas sigan poniendo la lectura al servicio del contexto social y cultural de sus públicos porque, como dice Barbosa, “los promotores deben ser siempre un poquito magos. Su labor es tener un ojo muy abierto para entender la intención del lector, y es algo que ahora también se puede hacer en la web”.​

Fecha de publicación: abril 29 de 2019.
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