Sandra Zuluaga, directora de la Fundación Ratón de Biblioteca, cuenta cuáles son los beneficios de leer en familia y cómo construir este hábito en casa.
Los libros, físicos o virtuales, no solo son los contenedores por excelencia del conocimiento en todos sus campos, sino que son también un mapa de ruta que señala puntos de encuentro vital para sus lectores porque producen nuevas conversaciones, experiencias, reflexiones y sensaciones. Es por eso que pueden convertirse en visitantes grandiosos para familias que buscan conectarse mediante experiencias comunes y que reconocen que una historia tiene el poder de mejorar la forma en la que se comunican.
Ese es tan solo uno de los beneficios de leer en familia, según Sandra Zuluaga, directora de la Fundación Ratón de Biblioteca, una entidad que tiene cuatro bibliotecas en barrios populares de Medellín: dos en Manrique, una en Castilla y otra en Villatina. Allí promueven actividades alrededor del libro, como clubes de lectura y talleres de literatura, dirigidos a madres gestantes, población de primera infancia, estudiantes de primaria, adolescentes, adultos mayores y maestros de distintas instituciones educativas.
Zuluaga es también comunicadora social, especialista en Gerencia Social y magíster en Educación y Desarrollo Humano. Con ella hablamos sobre la importancia de leer en familia y cómo fomentar un entorno lector en casa.
¿Cómo empezar a construir un hábito de lectura en el hogar?
Ante la llegada de un niño, las familias se preparan de muchas maneras: le adecúan un espacio dentro de la casa, le compran juguetes, planean cómo mantenerlo saludable (…), pero no siempre tienen en cuenta los libros. Es muy importante que desde la gestación se les lea a los bebés porque ahí se empieza a construir un hábito, un ritual que es más fácil de conservar mientras los niños crecen.
Cuando están más grandes, es necesario empezar a trabajar con historias, narraciones, ritmos, fantasía y cuentos que sean adecuados para su edad y que les permitan a los papás generar conexiones con ellos, teniendo en cuenta que la lectura en casa potencia la comunicación.
Si los padres no han sido lectores pero quieren que sus hijos lo sean, ¿cómo pueden lograrlo?
Lo primero que deben pensar es que se enseña con el ejemplo. Si en una familia los adultos prefieren hacer una cosa distinta a leer, va a ser muy difícil que los niños sumen esta actividad a su rutina. Un papá que no lee fue quizá un niño al que no le leyeron, lo que significa que puede aprovechar la posibilidad que le da un hijo de conocer literatura infantil y dedicarle tiempo a un hábito en el que encuentra valor.
Mientras un niño ve televisión está sentado o cargado de espaldas a sus padres, mientras que uno al que se le lee está de cara a sus padres. Los libros ayudan a que una conversación sea más nutrida, explore nuevos temas, tenga emoción y produzca reflexiones.
¿Cómo hacer que los niños vean la lectura como un disfrute?
Es indispensable establecer rutinas de lectura a partir del compartir, del estar juntos, de crear momentos en familia. Por eso esta actividad debe tener su espacio, lejos de otras rutinas del hogar como comer o ver televisión. Para los más pequeños, puede ser antes de dormir porque hay poco ruido, no hay afán por las labores domésticas. También es importante visitar bibliotecas, que además de ser gratuitas tienen cada vez mejores colecciones infantiles.
¿Cuál es la fórmula para mantener el interés por la lectura después de la primera infancia?
En Ratón de Biblioteca hemos visto que a un niño al que le gusta leer y que ha adquirido un ritmo en su casa, sigue haciéndolo mientras crece. Además, empieza a aprovechar otras opciones, por ejemplo, leer desde el celular o el computador, que son herramientas en las que pueden encontrar la literatura que les gusta y tener libros digitales.
Un niño lector es curioso, por eso en la medida en la que va creciendo y las preguntas se van ampliando, es esencial acompañarlo en la búsqueda de respuestas. Para el caso de los adolescentes, que hoy tienen tantas opciones con sagas que los encantan, es importante que se mantengan las conversaciones con los bibliotecarios y libreros. Lo que deben hacer los papás es escuchar, sin ser muy incisivos en las preguntas obvias, para saber qué es lo que los emociona, los controvierte y qué es lo que encuentran en el autor.
¿Por qué es importante fomentar la lectura en familia?
En Colombia, con “Leer es mi Cuento”, una estrategia del Ministerio de Cultura que lleva más de nueve años implementándose, se hizo una evaluación y se encontró que las familias que leían tenían una mejor comunicación y mayor facilidad para resolver los problemas que los papás y los hijos que no leían. Estos últimos, según el programa, tienen mayores índices de castigos físicos.
Además, estudios de impacto que se han hecho sobre los modelos de lectura en la primera infancia, dicen que los niños que leen tienen mejor desarrollo cognitivo y del lenguaje.
Es común que la lectura se convierta en una obligación cuando los niños inician su etapa escolar, ¿por qué?
Tiene que ver con la selección de los colegios que hacen las familias. Hay colegios que enseñan a leer antes de los seis años y eso no es lo adecuado. Por eso la familia tiene que preguntarse cuál es su interés en que el niño sea un lector: si es porque piensan que es algo automático o si es porque quieren que sea una persona que disfrute de los libros.
Si a mí desde chiquito me están diciendo que tengo que leer para ser más inteligente, eso me llena de taras. Pero si me dejan leer porque quiero, porque hace parte de mis pasatiempos y de mi diversión, lo veo con más naturalidad. No hay que ponerle tantos propósitos a la lectura sino disfrutarla.
¿Cómo garantizar que haya comprensión de lectura?
A los niños no se les debe decir: “tienes media hora para leer esto”, sino conversar sobre lo que lee. Más allá de definir el tiempo de lectura, debemos crear un entorno para analizar los puntos de vista de cada uno porque es así como se va formando la opinión, el discernimiento, y la capacidad de expresar una idea y de argumentarla. Los papás deberían leer también lo mismo que los hijos, no con la idea de censurar ni de ver si es la lectura que ellos quisieran para ellos, sino para sensibilizarse con los gustos y las preferencias que tienen.
¿Cómo aprovechar la tecnología como una aliada en la promoción de la lectura al interior del hogar?
No se debe satanizar la tecnología, sino que se debe hacer un acompañamiento en la indagación de formatos y opciones. Incluso a veces ese acompañamiento sucede al contrario: como el niño o el joven manejan mejor los dispositivos, terminan enseñándole a los adultos a usarlos.
De todas formas en nuestro medio todavía convivimos con el libro físico. Hay opciones en libros digitales, por ejemplo la colección de la Red de Bibliotecas de Medellín, pero eso no ha hecho menos importante el consumo de libros físicos.
Fecha de publicación: abril 29 de 2019.
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